Contribución al deslinde entre la Administración de valores de uso (costes y precios) y su Valoración económica (capital y plusvalía)
Manuel C. Martínez M.
17/03/2012 18:15:52
"La utilidad de una cosa hace de ella su valor de uso, por ejemplo, vestir, enseñar, alimentar, producir otros bienes. Esa utilidad no tiene nada de vago e indeciso y está determinada por las propiedades (materiales e individuales) del cuerpo de la mercancía. Cuando de habla de valores de uso se sobrentiende determinada cantidad, como 2 m de tela, 1 bisté, 2 asalariados, 1 Manual de Organización de Empresas, 1 PC.
Los valores de uso de las mercancías constituyen el material de un saber especial, de la ciencia y la rutina comerciales .
Tomado de Carlos Marx
Precorolario: "Donde se lea: "Los problemas sociales no deben dejarse en manos de los Economistas", debe leerse: Los problemas sociales no deben dejarse en manos de los Ingenieros que funjan de Economistas.
Acusaciones desconsideradas y carentes de verdaderos soportes científicos han venido cargándoles indebidamente a los Economistas las culpas de muchos males sociales en materia de unas supuestas decisiones políticas prescritas por "economistas". Las bombas bélicas, por ejemplo, han servido para destruir bienes y personas, pero ninguna de esas morbosas y perversas aplicaciones de los bienes y mercancías caen bajo la responsabilidad de los Economistas, aunque sí de los Físicos, Biólogos, Químicos, quienes todos en común son ingenieros. Ciertamente, los Economistas Vulgares son y han sido en sí mismo una variante de la Ingeniería de Costes, en cuanto que tampoco van al fondo económico del asunto, sino que se quedan en la contabilidad de insumos varios, en la funcionalidad y aplicabilidad productiva para tales o cuales productos, sin tocar ni aludir las relaciones sociales de producción, ya que para la Ingeniería esas relaciones sólo representan indistintamente el piso sobre el cual se yergue cualesquiera estructura tecnoproductiva, fabril, comercial y financiera, como ciencia aplicada y como ciencia investigativa, en lo teórico del presente y porvenir, y en lo práctico e inmediato.
Hasta los Políticos menos sobresalientes han estado más cerca de comprender los asuntos económicos o sociales, que el más acabado de los Ingenieros de costes, atrapados como se hallan estos en la corporeidad material de los bienes producidos y consumidos. Es común de ellos, limitarse a decir: Esto cuesta tanto, y aquello otro tanto; esto es de primera calidad, y aquello de tercera; el obrero tiene bajos, medianos o altos rendimientos; este empresario es eficiente, la empresa luce próspera y gananciosa, cosas así.
Cuando un Ing. habla de cómo se produce una mercancía en particular, se refiere a cuánto de ella se dispone oportunamente, de los excedentes o faltantes de producción; se refiere al tipo de máquinas o a la manualidad de las operaciones productivas, a partir de tal o cual materia prima, a sus características intrínsecas de orden fisicoquímicas, y de esta o aquella forma organizativa de los factores materiales de la producción, en un intento por minimizar el albur productivo, vale decir, la contingencia o el azar natural que presente en todo proceso humano y dinámico.
Cuando un Economista se topa con la misma pregunta (cómo se produce), la remite a las relaciones entre los patronos y los trabajadores, los primeros como dueños de toda la producción, y los trabajadores sólo del salario que cobra al crédito. El Economista habla de productividad, de plusvalía, de pobreza proletaria, conceptos todos relativos al conjunto de todos los trabajadores en funciones como tales, y con inclusión de la parte desempleada de recursos y de mano de obra, un asunto que no es competencia del Ing. Este da cuenta del buen funcionamiento aislado de una empresa, de una o varias mercancías. El Economista se ocupa del buen o mal funcionamiento de todas empresas y mercancías y de todos los procesos involucrados.
Sepamos, pues, que la Economía comprende la Ingeniería, pero no lo contrario. Eso afirmamos y corroboramos porque la Economía ventila forzosa e indirectamente los valores de uso, porque estos representan el soporte y vehículo de los valores de cambio, y estos son el meollo de la Economía, como ciencia y no como contabilidad ni ingeniería de la producción. Los valores de uso representan la riqueza material de una sociedad, absorben trabajo pago e impago y materializan también la relación obrero patronal. De allí que, como tales, los valores ingenieriles de uso y contabilización deban ser manejados por el Economista a fin de conocer y demostrar bajo cuales condiciones se realiza la producción y, particularmente, permiten deslindar las relaciones hombre-Naturaleza, de la relación hombre-hombre, entre Economía e Ingeniería.
Digamos que mientras el hombre explota la Naturaleza, y de eso trata la Ingeniería, el hombre también explota al hombre, y de esto se ocupa la Economía Científica o Economía por excelencia. Dejamos a un lado la Economía vulgar porque esta no guarda mayores diferencias con la Ingeniería ni con la Contabilidad burguesa. Un sano ejercicio profesional ingenieril no ventila asuntos económicos como el valor y su fuente, porque una cosa es la cuantificación de valores dados o precios constitutivos del Producto Interno Bruto, y otra, el conocimiento de las mercancías o costes financiados por el empresario sumadas a las inversiones en trabajo realizadas por el trabajador, y de esto se ocupa la "contabilidad" económica propiamente dicha, la usada por Economía Científica. ¿Qué explica la diferencia de los resultados entre una contabilidad y otra? Sencillamente, que la primera esconde la ganancia, la explotación burguesa, y la segunda la devela.
Los valores de uso interesan al Ingeniero cuando entran como factores de producción y como mano de obra , y cuando salen convertidos en nuevos valores de uso como resultado del consumo y de la aplicación útil de la fuerza de trabajo a determinada materia prima, con o sin el concurso de otros medios de producción, todo con miras a producir un tercer bien no existente hasta ese momento, en beneficio, primeramente del capitalista o explotador, según el momento histórico que nos ocupe, y en segundo plano, de los consumidores a quienes, gústeles, o no, deberán consumir esa producción y al precio que conciliadamente así imponga la Ingeniería de costes al servicio incondicional del productor burgués.
El manejo de los valores de uso corre a cargo, ciertamente, de la Ingeniería que los evalúa en calidad y cantidad, que evalúa y prescribe las combinaciones técnicas productivas de mano de obra de determina calidad y cantidad, con las correspondientes dosis de medios de producción. La Ingeniería, contabiliza, y vela porque se cumplan principios de rendimiento, vela porque la empresa fabricante respete la necesidad capitalista de fabricar un máximo volumen de producción con la menor inversión posible. Este principio técnico con visos de ley se le viene atribuyendo a la Economía, como Ley de oro de la Economía, pero entiéndase que en este caso se trata de la Economía Vulgar o Ingeniería Económica.
Por ejemplo: la fijación del valor-precio de una materia prima o maquinaria, desde el momento de su adquisición hasta su uso y consumo en la fábrica y la puesta en los centros de expendio corre a cargo de los Ingenieros de costes, y tales actividades tan particularizantes podrían llamarse Ingeniería Económica o Microeconomía, mientras la Economía propiamente dicha se ocupa de todo el paquete de los diferentes valores de uso, homogeneizados como valores de cambio que comprenden y reflejan el valor que uniforma todas las diferentes formas ingenieriles. La Economía es Macroeconomía por excelencia.
Corolario: Esta confusión manifiesta en la identificación de la Ingeniería con Economía, bien ha podido ser inducida por los apologistas del sistema capitalista, y responder a un interés velado a fin de tergiversar las nobles y humanitarias funciones de la Economía científica y su consecuente defensa y armamento ideológico del proletariado.
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