Sadelas
Sociedad Amigos de la Salud *
El carácter Prestamista de las Inversiones Extranjeras
(La Deuda Externa Integral)
Manuel C. Martínez M.
20-Dic-06
Cuando solicitamos cancelar la DEUDA EXTERNA estamos también abogando
para que cesen las Inversiones extranjeras en nuestro país.
Ingenua y estereotipadamente, solemos decir que el patrono da u ofrece trabajo, cuando es todo lo contrario. Sus empleados trabajan para él, y este se limita al aporte o préstamo de capital dinerario.
Asimismo, es común admitir que las Inversiones Extranjeras son beneficiosas para el país receptor, pero, de perogrullo quien invierte busca y obtiene un beneficio para sí y obviamente este debe ser con cargo a aquel.
La conseja de que el patrono o inversionista extranjero ayuda a la Economía de un país, acompañada del criterio según el cual los países necesitan esa ayuda extranjera porque carece de capital criollo es la que más alegremente se maneja, la que guía la política económica de los países importadores de capital, y la que mejor encubre los verdaderos objetivos del capital extranjero que tan afanosamente buscan, contratan y hasta protegen los gobernantes de los países prestatarios.
Pero bien miradas las cosas, la realidad es otra. Resulta que cuando un país se vale de capital extranjero, pongamos por caso, para el montaje y funcionamiento de empresas burguesas, está contrayendo de hecho una DEUDA que a corto, mediano y largo plazos deberán honrarla los habitantes del país deudor.
Estamos haciendo esta aclaratoria porque suele reservarse la denominación de DEUDA EXTERNA a las Inversiones Financieras convencionales, mejor conocidas como empréstitos, por excelencia destinadas a la producción manufacturera en el país que las acoge, con miras al empleo de mano de obra local y de esta manera sustituir importaciones de las mercancías proyectadas.
Pero es que, por ejemplo, cuando ingresa un dólar a nuestro país ipso facto estamos contrayendo tal vez la más onerosa y especulativa de las DEUDAS EXTERNAS.
Nos explicamos: mientras la carga rentista o el pago de intereses generados por un empréstito directamente financiero está cuantitativamente limitado al tipo de interés contractualmente preconvenido, el pago de los *intereses gananciosos* del capital importado y aplicado a una manufactura es de un monto indiscutiblemente muy superior al primero.
El caso es que la ganancia bruta arrancada a los trabajadores de una empresa burguesa no sólo sirve para alimentar el aparato político burocrático mediante la figura de la tributación municipal y nacional, sino que de dicha ganancia bruta sale el pago mismo de los intereses financieros convencionales, y por supuesto la ganancia industrial propiamente dicha.
De manera que la DEUDA EXTERNA de un país debe medirse en términos del monto global de las inversiones extranjeras sitas en el país y que permanentemente están garantizándoles a los habitantes del país prestamista una jugosa, parasitaria y continua renta que pesa oprobiosa y abrumadoramente sobre los hombros de los habitantes del país prestatario.
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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.
Manuel C. Martínez C.
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