Indignados y Dignificados (1)
El Manifiesto Comunista y las inferencias de Marx y Engels sobre Conciencia y Defensa Social
Manuel C. Martínez M.
jueves 1 de marzo de 2012
El ensayo socialista soviético (URSS) arrancó en el año 1922 con 4 países para luego perfeccionarse a 15 o más sovietizados, mediante un proceso de unión progresiva de los trabajadores (obreros y campesinos) de avanzada pertenecientes a algunos países euroasiáticos desenganchados de las garras del idealismo feudal y burguesista, una unión rural y proletaria que evadió la Europa Occidental la cual se mantuvo en sus trece y continúa haciéndolo hasta el presente cuando la tasa de ganancia empieza su caída mundial en picado y ya la alternativa capitalista para ampliar el mercado mundial no es ni puede ser otra que la pauperación de la clase media que se ha arrogado excluyentemente una mejor parte de la plusvalía arrancada a todo el proletariado mundial (2), con cargo a las ingentes masas de miserables proletarios, ex proletarios, conocidos en bloque como lumpen, y los lumpemproletario a quienes despectivamente y acientíficamente se les atribuye una falsa conciencia social y hasta su carencia de ella (3).
Digamos que la URRS saltó desde dos -2- modos, del burgués incipiente y del feudal de vieja raigambre, al novísimo socialismo científico (4). Logró unir al campesinado con los proletarios fabriles, suerte de uniformación de los modos salientes. Esa unión popular de los trabajadores del campo y la ciudad, simbolizada respectivamente con la hoz y el martillo de campesinos y "obreros", no contó con la uniformidad de criterios, de conciencia ni visión, del proletariado euroccidental frente a la clase burguesa porque esta, en su "defensa social" ha fomentado la conciencia, gracias a la cual se induce el falaz criterio de una dicotomía maniqueísta, y hace ver al mundo que es factible un "capitalismo bueno" al lado de uno malo, como si se tratara de dos -2- voluntades empresariales
(5).
Ocurre que el segmento técnicamente más desarrollado y mejor remunerado de los trabajadores es sencillamente usado por la burguesía de la Cercana Europa para mantener dividida la opinión del bloque proletario de cada país y cada continente. Esta es una razonable explicación de porqué Marx y Engels, lejos de invitar a revoluciones prematuras contra la burguesía, abogaba por una resistencia laboral contra las pésimas y retrógradas condiciones capitalistas, como única forma de precipitar la revolución socialista a través de la unión de los proletarios del mundo (6), cuya cristalización parece estar actualmente presentando sus necesarios prolegómenos mundiales. Ahí están los indignados en franco proceso de depauperación a millón, condición necesaria para adquirir una conciencia social verdaderamente revolucionaria en su correcto sentido marxista, a cambio de su actual "defensa social".
(3) Cuando
la Literatura Occidental-la que leo y aquí llega_ afirma que el lumpemproletario
carece de conciencia social, se trata de una mentira; ella niega la capacidad
potencial de cualquier persona para desarrollarse alguna vez. No existe
conciencias adquiridas ni carencia de ellas. Su tenencia responde a un proceso
cultural que va cubriendo sus fases a través de maduraciones en el fragor de la
lucha laboral, del trabajo mismo. Obviamente, quien no ha luchado o trabajado
jamás, mal puede conocer nada ni tener nada en su cónica cabecita
“donfulgenciana”.
El trabajo es la fuente de la conciencia
social, y si una porción del proletario se aburguesa, lo hace por sufrir una
forma patológica de conciencia que, a propósito, es la que caracteriza y
adolecen los escuálidos venezolanos
y los hoy llamados “indignados” de la
rancia Europa Occidental. Ahora, que de lo que se trata es del desarrollo de las fuerzas productivas en un
monobloque mundialista, porque mientras haya ignorantes, esclavos, vasallos
y ociosos, no podría activarse el potencial que alcanza toda al sociedad con su
trabajo de consuno, en grupos, en grandes masas, cosas así, única manera segura
de tener éxito cualquier ensayo socialista, rumbo al Comunismo de más allá. Es
una verdad “científica” que la burguesía
carece de conciencia por definición ya que ella no trabaja; lo que tiene es
“defensa social”.
(4) Curiosamente, el adjetivo “científico” debe
acompañar inseparablemente al “socialismo marxista y leninista” porque las
literaturas política y económica burguesas suelen omitirlo cuando pretenden “vender” su gato por liebre,
y se limitan a confundirlo con el socialismo
vulgar de los tiempos premarxistas.
[5] Por lo
demás, la conciencia social uniforme lucha contra la tremenda desigualdad
social que caracteriza el “desarrollo desigual y combinado” de todos los
mercados del mundo, según la genial ley filosófica descubierta por Lenin.
Esa desigualdad del capitalismo es virtualmente ineluctable dentro del
burguesismo por cuanto en este coexisten capitalistas con diferentes grados de
tecnología o composición orgánica del capital. Cónfer:
(6) Marx manejó
la tesis de un proletariado que podría “acortar el período de gestación y atenuar
los dolores del parto”. Cónfer: Carlos Marx, El Capital, Prefacio de la Primera Edición Alemana. Cartago. Contra de esa sugerencia, Lenin
se esforzó por dar el salto al Socialismo, y ya conocemos sus resultados para
el año 1991, a pesar de estar él mismo consciente, contradictoriamente, de que las condiciones mundiales estaban para
ese entonces más desiguales que ahora en materia de conciencia social.
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