domingo, 1 de febrero de 2009

Paquete I de Sadelas Publicadas desde años atrás

Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud

Dinámica de la Propiedad Artística Europea

Manuel C. Martínez C.

Estamos dirigiendo estas observaciones hacia el acervo pictórico y escultórico de los principales museos de Bellas Artes europeos, con el Louvre y los florentinos a la cabeza.

La admiración que los pueblos de América y el venezolano sienten por esas obras exóticas comienza desde la educación secundaria nacional en cuyo pénsum de estudios tiene fuerte peso el programa de Educación Artística. Esta incorporación de esta asignatura en la raíz misma de la Educación Venezolana es un recurso imperial conocido psicológicamente como efecto subliminal. Según ese programa, primero se nos imbuye y condiciona nuestra admiración hacia la producción artística europea, y mucho después se nos habla y escribe sobre la autóctona.

El punto es que en esos escenarios artísticos de vieja tradición transcultural se recoge una evidente evolución de la riqueza producida por las continuadas expropiaciones que los grandes imperios occidentales practicaron y siguen haciéndolo en el continente más tardíamente incorporado a la cartografía internacional.

Los primeros invasores más connotados, como los españoles y portugueses, así como los ingleses, holandeses y franceses, primero practicaron el saqueo en especie mediante la sustracción de ingentes masas de oro, plata y piedras preciosas. Para estos países costeros y peninsulares fue vital el aguijón de la necesidad de una ruta más corta para comerciar con el Lejano Oriente desde donde importaban mercancías de exquisito consumo: sedas, especias y demás exoticidades. En términos de propiedad privada, esa forma de apropiación por invasión original representó el abuso que les permitió a dichos intrusos erigirse progresivamente como imperios postmedievales.

Y ocurrió que con esta riqueza, hoy por hoy indiscutible y comprobadamente mal habida a todas luces, pudieron financiar y costear la producción artística que entonces estuvo muy estimulada, sobre todo en materia pictórica y retratística, en una época donde los recursos de la fotografía brillaban por su desconocimiento. Ni qué decir acerca del auge que tomó la representación en lienzo de las divinidades justamente al comienzo de la universalización de la flamante y monoteísta religión cristiana. Esta segunda etapa puede considerarse como el uso.

Y llegamos pues a la presente etapa cuando la colección y recolección de galerías de bellas artes, con ayuda de los aportes privados de familias muy enriquecidas durante la etapa imperialista, permitieron erigir los museos que bañan casi toda la "atractiva y turística ruta " geográfica de la moderna Europa.

Esta etapa actual representa el usufructo que están haciendo ahora esos países mediante la explotación de sus raídas y derruidas obras pictóricas (La Gioconda), sus deteriorados y descoloridos cacharros, sus mutilados ( Venus de Milo) y afines para que el visitante de este continente siga enriqueciendo a los mismos abusadores y usuarios de la misma riqueza origiriamente americana. Tal es la dinámica artística con sus tres principales componentes de la propiedad privada: abuso , uso y usufructo presentes en la pinacoteca, arquitectura y escultura museística europea.

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ESTAFAS y BELLAS ARTES

El oro y otros metales preciosos tienen un valor que les viene dado por sus mismas y naturales características físicas o extraculturales. Muy por el contrario, el valor atribuible a las obras de arte están en función de la original creatividad de sus artífices, para el momento de su lanzaminto al mercado como mercancías, y por las manipulaciones y sobrevaloraciones financieras que los traficantes del arte vienen impreimiéndoles al venderlos y comparlos como depósitos de valor, ante la inseguridad imperante en el mercado mundial para proteger los patrimonios de las personas.

El dinero fiduciario está sujeto a los manejos fraudulentos de gobiernos inescrupulosos, y esta característica dice presente en casi todos los países que la Historia Universal registra en su abundante data.

Las cajas fuertes son vulnerables, las instituciones bancarias son susceptibles de quiebras fraudulentas, la vigilancia personal privada es corruptible, y ni qué decir de la policía pública.

El desarrollo del comercio internacional y las ingentes e indetenibles fortunas amasadas por los inversionistas de amplio giro, mediante la contrata de asalariados local, regional y globalizadamente, ha ido configurando el mercado de las obras de arte.

Es así cómo las pinturas de artistas famosos por su estilo, su género y originalidad han estado supliendo el oro y las piedras preciosas como depósitos de valor. Como sabemos, estas joyas tienen un valor restringido según su tamaño, y demás propiedades especificas, y su escasez no permite cubrir el monto de esas fortunas que necesitan un respaldo seguro, mientras que una *obra de arte* connotada y tasada por los mismos tenedores y traficantes de estos mercados puede recibir cultural y caprichosamente todo el valor que en sus pujas le vayan asignando los sucesivos y correspondientes subastadores de turno.

Son pasmosos, asombrosos y capaciosos los precios que han alcanzado unas obras artísticas cuyos precios de venta logrados por el autor en su oportunidad han dejado abiertamente de corresponderse con aquellos, y por eso nos atrevemos a inferir que se trata de inflacionarios manejos bursátiles en el el mercado de bellas artes, de cara a sobrevalorar interesadamente cada pieza adquirida en la subasta, en una suerte de tácito y fiduciario convenio entre los grandes pinacotecarios del mundo, como una manera de conservar, asegurar y disponer de sus grandes fortunas sin el riesgo que supone las modalidades tradicionales de custodia o representación de valor.

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El porqué le pica a usted su nariz

Entre las órdenes sensoriales que externamente nos envía nuestro cuerpo, para que voluntariamente respondamos, se hallan las molestias bronquiales, las picaduras de insectos, las presiones intestinales y, particularmente, la picadura nasal.

Se habrá preguntado usted la causa de esa picadura y hasta dado su propia respuesta, pero aquí va la nuestra: El moco nasal tiene por función mantener lubricada la mucosa sensorial y calórica, filtrar impurezas del aire y atenuar la resequedad y frialdad a la que aquella está sometida por causa del flujo respiratorio y por su proximidad al exterior.

Precisamente, la aerofacción continua del roce que experimenta el paso del aire y los efectos térmicos del exterior van deshumectando y deshidratando los excesos de moco que se alojan entre la pilosa red de la cavidad nasal.

Por causa de ese progresivo desecamiento los pelillos sufren templaduras que hacen crisis cuando el moco que los rodea termina contrayéndose, momento para el cual se lleva consigo al pelo circundante; sobreviene la molestia del estiramiento de éste , y es en entonces cuando usted siente esa imperiosa e irrefrenable necesidad de rasgarse su nariz.

Manuel C. Martínez M.

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Fidelio, en alemán es una bella obra, y F. en otra lengua, es otra aunque bella también esta sea.

(Curiosidades IV)

Los nombres propios, extranjeros para uno, son de partida intraducibles, máxime cuando estén referidos a personas. Así, por ejemplo, Charles, Peter, Marzha y John deben seguir siendo: Charles, Peter, Marzha y John, respectivamente, mientras se les emplee para identificar a tal o cual Charles, Peter, Marzha o John, quienes, como personas, hayan sido así bautizadas en su país de origen, y a nadie se le ocurrirá dirigirse a ellos como Carlos, Pedro, Marta o Juan, con la seguridad de que no se darán por aludidos. Desde luego, Charles y Marzha pueden equivaler a Carlos y Marta, respectivamente, pero sólo como nombres potencialmente atribuibles a otras personas de origen latino en el momento del bautizo. Tocamos este punto porque abunda la literatura con traducciones latinas de nombres extranjeros. El caso es que cuando se ha tratado de George Washington se le señala como *Jorge* W., e igual, cuando leemos *Carlos* Dickens como traducción de Charles D.

De esa intraducibilidad nominal surge una derivación musical analizable: Creemos en Sadelas que las composiciones vocálicas para Óperas, en general, no pueden ser perfectamente ni fielmente ejecutables o interpretadas con cantantes ajenos a la fonética propia del lenguaje del compositor original, por virtuosos que aquellos resulten. Hay una cadencia y modulación exclusiva de quienes hayan asimilado el lenguaje correspondiente desde sus primeros balbuceos o lenguaradas.

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* Hemos adecuado nuestro léxico a la reciente reforma de la Real Academia de la Lengua Española, recogida en su Diccionario lexicográfico, en materia de superlativos y comparativos adjetivales. Esa honorable academia admitió el vulgarismo *buenísimo* y afines como opción a óptimo, cosas así, y de allí que podamos, y así lo hacemos, crear un extrasuperlativo para los tradicionales. Diremos en lo adelante: infimísimo, optimísimo, mejorísimo y cuanta vulgaridad idiomática supuestamente popular y dinamizante se nos ocurra. Si el ignorante y analfabeto logró con su sistemática usanza la aprobación de sus aberraciones lingüistas, pensamos que si las comete el alfabeto su admisión debe ser más expedita.

078_27_02-KK5 (#865, año XyVIII-05-03-1998)

Manuel C. Martínez M.

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003.24.08.2000 Manuel C. Martínez M.

84_01_02_KK3 (02/09/1995) Manuel C. Martínez M.

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Sociedad Amigos de la Salud

Los hombres que calculamos

Como bachilleres que fuimos, tenemos que recordar el famoso problema del reparto de la herencia de 35 (X) camellos, a razón de: 1/2X; 1/3X, y 1/9X, según instrucciones testamentarias que el de cujus dejó para sus tres hijos.

Los calculistas que se han ocupado en la solución de dicho problema, hasta donde yo sé, se han limitado a exponernos la que empíricamente elaboró <>, y pensamos que éste lo hizo con la pedagógica esperanza de que los estudiantes le dieran la explicación algebraica correspondiente.

Bien, Sadelas ofrece a sus lectores la única solución matemática que resuelve el aparente enigma de cómo Beremiz Samir se hizo partícipe de la herencia en cuestión, sin mermar en nada las alícuotas de los herederos, y hasta terminó asignándoles un poco más de lo que testamentaria y matemáticamente debían recibir.

Esta es la solución:

(1/2 + 1/3 + 1/9) X = [(4,5 + 3,0 + 1,0)/9] X = (8,5/9) X < X = 35, y, en consecuencia, la herencia no fue enteramente asignada a los hijos. Por tal razón, el calculista de la fábula ingeniosamente redondea por exceso y hasta 18 la mitad de 35, hasta 12 su tercera parte, y hasta 4 su novena, sumandos todos que todavía no agotan la herencia dejada, sino que dejan por fuera uno de los caballos que tomó en pago el hombre que sacó las cuentas.

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DIVERGENTE MORAL y ENCONTRADAS LUCES

Cada cultura, y con ella las luces irradiadas sobre la población que la cultiva, termina produciendo y multiplicando inmorales con muchas luces, y analfabetos de elevada moral. Esta contradicción social se explica por la división clasista que en todas las saciedades conocidas hasta ahora han practicado los agentes de mayor poder de convencimiento pedagógico. No puede haber una moral común para una población con tan distintos recursos económicos, con tan diferentes fuentes informativas, ni con tan distintos dioses a quienes alabar y rogar. Concordantemente, no se concibe un patrón común de enseñanza para un universo demográfico que saca de los centros de estudio a los más, y llena sus pupitres con los menos.

Harto conocida por productiva es la estrategia de los grupos de poder, según la cual, por medio de la enseñanza sistematizada, la publicidad comercial y hasta aparentemente no lucrativa, así como a través de la cultura popular trasmitida de persona a persona, van perfilando un ciudadano medio que, mientras más se instruye sistemática y tendenciosamente, menos libre es de las amenazas ideológicas que le son bombardeadas desde su cuna misma. Y viceversa. Esta fea realidad nos plantea una urgente revisión de hasta qué punto y de qué calidad debe ser la enseñanza popular, así como de sus límites distributivos.

Pareciera, pues, que aquella estrategia ha sido mal entendida por parte de sus diseñadores y practicantes, habida cuenta que, contradictoria y paradójicamente, para ellos, a mayor marginalidad, menos control ideológico. Efectivamente: practicar viejos ritos religiosos, manejar un vocabulario anacrónico y desintelectualizado tienen la ventaja de impermeabilizar la piel y mente de aquellos ciudadanos a quienes, a pesar de hallarse oprimidos económicamente (y por la misma razón) se van dotando de una mayor autonomía de pensamiento y sindéresis. Sólo de quienes hayan sido rígidamente disciplinados es expedita una obediencia incondicional para el halago y seguimiento de quienes los opriman en la empresa, a pesar de que les den un mejor trato social en la academia y centros culturales afines.

¿Será, acaso, más demagógico repartir mejor la riqueza y dar una común educación a todos los ciudadanos para que, in sólidum, respondan subyacentemente a quienes controlan los hilos del poder? ¿hasta qué punto podrán seguir sosteniendo los opresores sociales una doble moral, un doble discurso y una doble enseñanza, en una sociedad que cada vez se hace más resistente a las viejas lecciones educativas que tanto entusiasmaron a los analfabetos de otrora?

Porque hasta ahora los intelectuales y alfabetizados en general han estado demostrando ser la porción más reaccionaria frente a los brotes revolucionarios que las mayorías, menos ilustradas y menos académicas del planeta, con sus mayores dosis de independencia ideológica están emprendiendo. Para ello, han ido descubriendo que detrás de cada libro burgués, de cada centro cultural, de cada cuadrilátero televisivo y de cada docente se halla un potencial de veneno ideológico que sólo ha buscado la conservación del desigual estado social que (?) afortunadamente ha impedido, paradójicamente, que esa masa de marginales haya caído en las sutiles redes del aburguesamiento estúpido y complaciente.

De resultas: cada clase con su divergente moral, y cada una de ellas con sus distintas luces, mientras ser culto signifique cuadrarse para convalidar el sistema, y ser marginado, depurarse preventivamente del veneno ideológico de unas luces que cuando han llegado inexplicablemente más nos han oscurecido el camino a la libertad y la justicia.

Manuel C. Martínez M.

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003.24.08.2000 Manuel C. Martínez M.

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Sociedad Amigos de la Salud

DESPOTISMO ILUSTRADO vs. DEMOCRACIA IGNARA

Sí, desde los días posrenacentistas franceses, la ilustración de los enciclopedistas les permitió a éstos ejercer un poder político que culminó con la instauración europea de las monarquías propias del siglo XVIII. En su favor, tal despotismo se manifestó en un férreo interés por desarrollar el movimiento cultural académico dirigido hacia el factible progreso de las ciencias en general.

Digamos que la pérdida de libertades (religiosa, inclusa) tuvo como contrapartida un mejoramiento educativo, una merma del analfabetismo y un combate cuasimortal del imperante empirismo. Los enciclopedistas se hicieron ilustres y su ilustración los hizo déspotas para imponer así la nueva concepción que del mundo se formaron y que todavía se hace sentir en nuestros días.

Bueno, con marcada simetría negativa, los demócratas de nuestros países populistas implementaron el imparabolismo despectivo del "laissez fair, l. passer", que vendido y envuelto en las banderas de la democracia, ha dejado que cada quien tire por su lado.

Este ejercicio democrático ha corrido a cargo gruesamente de ignaros metidos a la Política y el precio pagado por esa democracia ha sido una excesiva elasticidad educacional ¿libertad? que se ha traducido en la mediocridad que caracteriza nuestra educación, para un país donde la educación media y universitaria ha sido mantenida a raya con la contrata de docentes e investigadores pagados con la métrica de los obreros. Los salarios de hambre han anquilosado el progreso científico, y los ignaros han podido ejercer a sus anchas para gobernar una población mayoritariamente demócrata, libre e ignara al mismo tiempo.

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Física y circos

(Popularidades de la Física)

Manuel C. Martínez M.

Y es que desde los sucesos más complejos hasta los + simples tienen una explicación de naturaleza fisicolegal. Así, en los circos contemporáneos es muy conocido el expectante acto del equilibrista: Ya casi nadie desconoce que su truco reside en la barra, la cual maneja con raudos desplazamientos horizontales y precisos ora a la izquierda, ora a su derecha a fin de mantener su frágil balance sobre la tensa y vibrante cuerda.

Otra popularidad de esos circos consiste en los saltos interpersonales de dos atletas que se encuentran en el aire separadamente, para luego arribar juntos a uno de los dos sitios de partida. Para ello, echan manos de la inercia newtoniana: Cuando ambos saltarines se lanzan al aire con sus piernas asidas a sus respectivos columpios, lo hacen con determinado desfasamiento temporal entre sí. De esa manera , justo en el momento y lugar donde termina la curva descrita en el aire por el primero de los saltarines, el otro interrumpe su vuelo y se agarra firmemente a los antebrazos de aquél, de tal manera que ambos trapecistas vuelven al punto de partida, gracias al retorno pendular y gravitacional que forzosamente devuelve a ambos al columpio del primer trapecista.

Lo fascinante del último truco es que sólo la Física puede dar cuenta del no desprendimiento de los brazos del trapecista cargador. Efectivamente, así como el beisbolista airea la pelota recibida para evitar ser golpeado por ella, los trapecistas aprovechan la fuerza de gravedad que hace crisis en el retorno del primer saltarín, con lo cual el empuje del peso del otro se halla minimizado, y el acto pueda ser felizmente popularizado.

Abstracción hecha del origen del alma, de la creación del primer hombre (completico, como el Adán bíblico), en nuestro entorno espacial conocido y hasta más allá del espacio ubicado donde alcanzan los más poderosos telescopios y microscopios, podemos afirmar que todos los fenómenos , por intrincados que luzcan, se hallan gobernados por la Física. Sólo bastaría conocer el origen de tales leyes.

Es dubitable que las trayectorias planetarias, y estelares en general, respondan a una <> kepleriana, como tampoco a las descalificadas órbitas circulares copernicanas. En mi concepto, iniciada una primera ronda, los astros volarían y tendenciosamente describirían ora lo uno, ora lo otro, pero sin que ninguna de esas curvas se cierre. Se trataría de movimientos paracirculares espiralados en una interminable y apretada helicoide de nunca acabar.

Hemos inferido que las elipses de Kepler son los mismos círculos de Copérnico, sólo que mirados en perspectiva, como cuando observamos una circunferencia cualquiera en posición inclinada, es decir: entre los 90° y 0°, salvedad hecha de una bola perfectamente esférica la cual logra evadir esta pérdida de perspectiva, al mantenerse permanentemente circular, independientemente del á

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Elipses, círculos y espirales

(Popularidades de la Física)

Manuel C. Martínez M.

Es dubitable que las trayectorias planetarias, y estelares en general, respondan a una <> kepleriana, como tampoco a las descalificadas órbitas circulares copernicanas. En mi concepto, iniciada una primera ronda, los astros volarían y tendenciosamente describirían ora lo uno, ora lo otro, pero sin que ninguna de esas curvas se cierre. Se trataría de movimientos paracirculares espiralados en una interminable y apretada helicoide de nunca acabar.

Hemos inferido que las elipses de Kepler son los mismos círculos de Copérnico, sólo que mirados en perspectiva, como cuando observamos una circunferencia cualquiera en posición inclinada, es decir: entre los 90° y 0°, salvedad hecha de una bola perfectamente esférica la cual logra evadir esta pérdida de perspectiva, al mantenerse permanentemente circular, independientemente del ángulo de giro que le imprimamos.

Y es que desde los sucesos más complejos hasta los + simples tienen una explicación de naturaleza fisicolegal. Así, en los circos contemporáneos es muy conocido el expectante acto del equilibrista: Ya casi nadie desconoce que su truco reside en la barra, la cual maneja con raudos desplazamientos horizontales y precisos ora a la izquierda, ora a su derecha a fin de mantener su frágil balance sobre la tensa y vibrante cuerda.

Otra popularidad de esos circos consiste en los saltos interpersonales de dos atletas que se encuentran en el aire separadamente, para luego arribar juntos a uno de los dos sitios de partida. Para ello, echan manos de la inercia newtoniana: Cuando ambos saltarines se lanzan al aire con sus piernas asidas a sus respectivos columpios, lo hacen con determinado desfasamiento temporal entre sí. De esa manera , justo en el momento y lugar donde termina la curva descrita en el aire por el primero de los saltarines, el otro interrumpe su vuelo y se agarra firmemente a los antebrazos de aquél, de tal manera que ambos trapecistas vuelven al punto de partida, gracias al retorno pendular y gravitacional que forzosamente devuelve a ambos al columpio del primer trapecista.

Lo fascinante del último truco es que sólo la Física puede dar cuenta del no desprendimiento de los brazos del trapecista cargador. Efectivamente, así como el beisbolista airea la pelota recibida para evitar ser golpeado por ella, los trapecistas aprovechan la fuerza de gravedad que hace crisis en el retorno del primer saltarín, con lo cual el empuje del peso del otro se halla minimizado, y el acto pueda ser felizmente popularizado.

Abstracción hecha del origen del alma, de la creación del primer hombre (completico, como el Adán bíblico), en nuestro entorno espacial conocido y hasta más allá del espacio ubicado donde alcanzan los más poderosos telescopios y microscopios, podemos afirmar que todos los fenómenos , por intrincados que luzcan, se hallan gobernados por la Física. Sólo bastaría conocer el origen de tales leyes.

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S A D E L A S

DIOS, El SOLITARIO

Manuel C. Martínez M.

Sirios y troyanos, buenos y malos; el yin y el yang, Heródoto; Homero, Mahoma, La Biblia, y todo ese volumen de literatura filósofo-religiosa, bajo una que otra versiones, han tratado la lucha entre el bien y el mal, entre <> o entre Dios y el diablo (así, hasta con minúscula).

Tan así es que uno termina creyendo en la existencia real de ambos contrarios meramente esterotipados por literatros interesados, sólo que en esa dicotomía, Dios, eufemismo del bien, es, en respeto de la verdad y sin disgustarnos por ello, presentado como un dechado de virtudes, cargado de fuerzas imbatibles, lleno de belleza, bondad, magníficas intenciones y tremendos aciertos, mientras que a su opositor, a diablo, se le endilga todo género de defectos, de inferioridades, maldades y equívocos.

Han sido concepciones ultramonoteístas, y metafísicamente interpretadas. Así, el icono estrellado de los judíos consta de seis picos, mientras que el cristiano, de cinco. Mediciones físicamente matematizadas han revelado que la paridad es característica sine qua non de las irradiaciones celestes, y que, consecuencialmente, en la base dialéctica de todos los orígenes de la naturaleza y del hombre necesariamente debió darse una lucha inicial de por lo menos dos contrarios igualmente dotados, y, si como resultado de esa larga lucha, al final, el hecho de que uno prive sobre el otro es una cosa, y que de antemano cada intérprete se juzgue tenedor de la verdad divina es simplemente concebir un Dios lúdicamente muy solitario.

Se trata, entonces, de una lucha mal cazada de partida, y por eso infiero que creer en Dios es como jugar al solitario. En semejante *juego* están basadas las banderas religiosas que afanosamente buscan encauzar al hombre por caminos unidireccionales, y desechan de partida todas las erráticas desviaciones que caracterizan toda la fenomenología universal.

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EL BLUE JEAN

Ennoblecimiento del pauperismo

SUCESO:

Jacqueline Kennedy, primera dama estadounidense, baja presurosa de su departamento rumbo al supermercado para realizar compras de última hora. Lo hace vestida con un desteñido BLUE JEAN.

REACCIONES:

Un fotógrafo avizor capta en celuloide la inusual escena, para una mujer marcadamente fastuosa en su atuendo y demás accesorios. Las fotos cruzan electrónicamente el mundo por vía de prensa y TV.

RESULTADOS:

El blue jean, ropa propia de peones, vaqueros, marineros, mineros, artesanos, pescadores y cazadores, todo lo cual implica derroche de energía, vitalidad y, particularmente, de juventud, estimula la imaginación de los modistas y a partir de ese momento comienza un proceso de ennoblecimiento para semejante prenda de vestir con el consecuencial cultivo en el ya abonado terreno de la industria textil gosipina o algodonera.

FINALMENTE:

Esta ropa, fresca, duradera, encubridora de suciedades, susceptible de deterioro por concepto de raeduras, desteñido y deshilachaduras, sin merma en su utilidad, prendió fértilmente en las grandes masas populares en atención a su relativo bajo precio, por lo menos durante la fase de promoción tendente a crear hábitos de consumo en aquellas damas y caballeros un tanto alienados, mismas que venían asociando blue jean con trabajos innobles y gente pobre, razón por la cual dicha prenda no figuraba en sus vestuarios, salvo para específicas faenas obreriles, artesanales y deportivas.

Cubierta esa fase promocional, bajo el aguijón de la publicidad y de los efectos psicológicos que en gente adulta provoca la proyección de una joven imagen ofrecida por el blue jean, éste logra imponerse y se hace moda como útil disfraz para la negada vejez que a aquella gente va ineluctablemente envolviendo.

CONCLUSIONES:

El blue jean, hasta hace pocos años, vejado y menospreciado comienza a ser demandado para ser usado con finos calzados y medias para bailar y gerenciar, para pasear y hasta para hacer visitas, pero no tanto por el ennoblecimiento que de esa prenda se hiciera, sino porque, al final de cuentas, se convirtió en la ropa más asequible a los menguados ingresos de la gente trabajadora quien, ahora, sin aún caer en cuenta de ello, se halla virtualmente uniformada, y así enmascara el pauperismo in crescendo en que firmemente va cayendo.

101-04-03-KK3-3er. Paquete de publicaciones Manuel C. Martínez M.

S A D E L A S

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Dinámica del color

bese que el genio de Woolsthorpe, Lincolnshire, Inglaterra, Sir Isaac Newton, hace siglos descubrió el origen de los colores que embellecen nuestra naturaleza.

Sábese también, gracias a los supuestos descubrimientos de Her Albert Einstein, que la luz, como fuente calórica del color, es una forma material doblemente dotada de movimiento: El de carácter corpuscular, y el de índole ondulatorio. De manera, pues, que lo que sentimos los videntes es siempre una figura o imagen dinámica, y consecuencialmente tridimensional. Tal fenómeno supone una visión que no reposa nunca.

Tales referencias vienen al caso para destacar los titánicos (?) y científicos esfuerzos que hicieron los artistas de la paleta y el pincel para recoger la esencia y comportamiento del color. Nos referimos a esa admirable e imperecedera actitud pictórica de los <>: Manet, Monet, Degas, Renoir, Van Gogh, Renoir, Singer, etc.

Bien, en materia de visualización, ciertamente, jamás vemos una figura plana, como erróneamente se ha afirmado por allí: Es fisiológicamente imposible congelar los reflejos lumínicos que desprenden los cuerpos opacos interferentes de una que otra longitud de onda. Los reflejos ópticos percibidos nos llegan ondulatoria y corpuscularmente movidos, haciendo volumen o <> en sucesión y superposiciones continuas.

El caso es que cuando pintamos una figura cualquiera, esta está bañada de luz de uno o variados colores, y estos se mueven, y esta dinámica pictórica es virtualmente imposible de llevar a lienzo alguno; menos, a una fotografía, ya que los cuerpos coloreados, paradójicamente, son no fotografiables. Lo que las cámaras foto o videográficas, y los pintores, aun los más virtuosos, nos ofrecen son figuras adulteradas.

Tan así son las cosas del color, que siempre serán pobres hasta los cuadros originales de los más connotados pintores del impresionismo, ya que el color reflejo posee una dinámica con una velocidad más energética que aquella brindada por los reflejos que ofrecen los reflejos plasmados en las pinturas más realistas conocidas y por conocerse. Tal es la irrefrenable e irreproductible dinámica del color.

S A D E L A S

LOS GLÚTEOS AMPULOSOS

Aquí no se trata de la parte erótica: Se trata de percibir la relación directa, aunque no necesariamente lineal, entre el volumen y prominencia de las <> y el grado de civilización alcanzado generacionalmente a lo largo de la existencia de la especie humana.

Ocurrió que en las primeras etapas , correspondientes a la infancia de las sociedades, las asentaderas quedaron establecidas como órganos para sentarse; de aquí su nombre, y de allí la causa de su gran contenido de tejido adiposo, muy adecuado para que las personas (de ambos sexos) de entonces se posaran y descansaran o trabajaran. Y lo realizaban a cuero limpio, en contacto directo con la Naturaleza, vale decir que echaban glúteos a cualquier rolo 'e palo, a una piedra o al suelo para sentarse con su mullido órgano.

Con el correr de la civilización, fue diseñado un mueble conocido con el nombre de silla, la cual, primeramente, fue uno que otro taburete, tosco y duro, pero soportable gracias a la ampulosidad glútea. Pero la civilización continuó su proceso de desarrollo, y progresó más aún, como así lo hizo en una que otras regiones del globo terráqueo, aunque lo hizo de manera desigual y combinada.

De resultas, hubo civilizaciones que perfeccionaron aquella silla hasta convertirla en una que, si bien podríamos conocer de su existencia, muy probablemente no todos la usamos por limitaciones económicoclasistas. Me refiero a que hoy hay sillas dónde apoltronarse , artificialmente mullidísimas, las mismas que , diseñadas por las sociedades más avanzadas o más industriosas, hicieron que progresivamente la función original de los glúteos fuera desaplicándose hasta virtualmente extinguirse, hecho este que se manifestó en una progresiva reducción de su volumen de adiposidad y de curvilinealidad. Todo ello, mientras en otras latitudes, donde sólo hubo rezagos civilizatorios , y por razones inoportunas de detalle, la ampulosidad de los glúteos siguió vigente y se conserva casi sin alteración alguna, a manera de continuidad biosocial que sigue siendo muy útil hoy, como ayer, para que esos glúteos se presten para sentarse en cualquier orilla de acera o en un tosco y duro pupitre escolariego, en la tangente del tubo más cercano y hasta para hacerlo en el suelo pela'o. De manera, pues, que cuando usted vea glúteos prominentes, haga por segundos abstracción de su eroticidad, y mire en ellos sólo visos de de un primitivismo atávico en sus propietarios o portadores. De allí la relación entre la ampulosidad glútea y su origen primitivo.

033_20_10_KK2(26/5/87 Año V No. 149)

102-04-03-KK3(059-27-10-1996,año XVI) Manuel C. Martínez M.

Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud

Las finas huellas del ser querido

Casi todos nosotros sabemos sentir la fuerza de las relaciones , por intangibles que se nos presenten: la vieja casa donde discurrió la infancia, la improvisada escuelita, el primer juguete regio cargado de fantasías. De tentativos y platónicos amoríos, no se diga.

Estas relaciones , indelebles per se, nos visitaron una vez y se apropiaron de nosotros cual invasor que busca albergue para cubrir su propia soledad. Tal es el caso de nuestra <>, un gran perro chiquito que vivió con nosotros para encanto de todos. Le puse Motica por su frondosa e incipiente pelambre, acabadito de nacer, y es que a primera vista se dificultaba reconocerle su parte frontal de su trasera.

Así de peludo era Motica. Luego vino el encariñamiento, sus retozos y travesuras, el perfeccionamiento de sus negricirculares ojazos, sus recortadas paticas traseras en perfecta armonía con su mermada y chucuta cola.

Bueno, Motica se hizo querer y también nos quiso mucho, a su manera, por supuesto. Y fue así cómo quedaron en nuestras vidas las firmes, dulces y amorosas huellas, tan hondamente puestas, que a todos los perritos que le sucedieron, luego de su muerte natural, les seguimos llamando Motica, a pesar de haberles dado muy diferentes nombres.

Estoy hablando de ese ser querido, de las finas huellas de aquel hijo de <>, quien hubo de dejarnos las suyas propias y prolongadas en sus encantadores descendientes, a tal punto de que hoy sigo arrepentido por ese despectivo nombre con que la bauticé para expresar así mi descontento con tanta inservibilidad burocrática y edilicia de la que sí no quisiera recordarme.

Los Verdaderos Héroes

Manuel C. Martínez M.

28-01-2007

Con las clases sociales burguesas se perfila solapadamente la división entre pobres y ricos, en reemplazo de la evidente distinción entre esclavos y feudatarios, con sus esclavistas y señores. Las clases son conglomerados sociales caminantes, cada uno por su lado y entremezclados físicamente, aunque diferenciados por sus roles activos frente a la sociedad, al trabajo, a la cultura y a la tecnociencia. Los ricos suelen meterse a burgueses y explotadores, y los pobres reciben la condición de asalariados o de lumpen.

Pero, la pobrería se nutre con toda persona venida a menos, los padres y sus descendientes y ascendientes, con quienes sólo tienen limitadas fuerzas para mover todos los procesos productivos, y esa orfandad social muy suya de quienes carecen de patrimonio propio para vivir holgadamente.

En semejante escenario, y donde a los trabajadores les toca moverse paradójica y estrechamente en la amplia banda de la pobreza, saber vivir, sobrevivir y adecuarse a una ituación de constantes estrecheces o de apuros económicos de toda índole, ha ido fomentando, desarrollando y perfeccionando una admirable experiencia que bien puede identificarse como acervo tecnocientífico de supervivencia en pauperismo, sumado a la calidad de resistencia física que eso supone, y que nos revela quienes en la Historia de la Humanidad han sido los verdaderos héroes y heroínas.

Afirmamos que todo tipo de progreso humano tiene un autor originario: los trabajadores de todos los mundos y los tiempos, y ellos estos por antonomasia son los asalariados de hoy, los enfeudados de ayer y los esclavos de todas las épocas supuestamente superadas.

Por supuesto, saber ser pobre para sobrevivir como tal es todo un arte de vieja data cuyos artífices han ido recogiendo acumulativamente todos los aportes que cada generación de paupérrimos, de indigentes y marginales quienes han ido ingeniándoselas para hacer ranchos, para sacarle sangre a una piedra, para hacer de tripas, corazones; ingeniárselas para darle un apetitoso sabor a cuatro conservas de sardinas o a un pestilente mondongo; para atacar sus enfermedades con yerbas milagrosas, con brujos y aguarapa’os.

Tales pobres se adecuan y hasta han <>, para tranquilidad de todos los ricos ya establecidos y/o en proceso de formación.

Pero, quienes, perdiendo por equis causa de su holgada posición económica, abstracción hecha de la buena o mala fuente de su poder adquisitivo, pasan a engrosar la clase de los necesitados, tristemente, entonces se hallarán en el insufrible problema de no tener experiencia alguna para sobrevivir en su nueva situación de pobreza adquirida, habida cuenta que jamás fueron pobres. Esto explica la gran desesperación que suele acompañarlos en su férrea defensa del poder preadquirido, ante su carencia de mecanismos alternos para sobrevivir como pobres, luego de haber sido ricos desde ñema.

SADELAS

Sociedad Amigos de la Salud

Produce y dirige:

Econ. Manuel C. Martínez M.

39_27_10_2K2 917Año X y VIII

LA RELATIVIDAD de la L I B I D O

-1---------- Homosexuales ------ 0 -------- Heterosexuales --------+1

Taxonómicamente hablando, entre las mutaciones sexuales humanas se hallan la misoginia y la misandria, suerte de anomalías que en materia biológica se traducen en un freno natural a la reproducción de la especie.

Como se sabe, en la experiencia del apetito heterosexual le va al hombre su continuidad como especie; por supuesto, si la libido (apetito sexual) no se halla presente o es de bajo índice de presentación, la garantía de la reproducción se tambalea.

Ahora bien, los valores de los índices libidinosos se mueven en el intervalo: [-1 +1 ], para -1 = homosexualidad pura ora masculina, ora femenina; y para +1 = heterosexualidad pura. Infiérese que el índice libidinoso = ± 0 recoge los sujetos pacientes de misoginia o de misandria, respectivamente.

De resultas, es muy valioso precisar dentro del rango libidinoso la ubicación clínica de, pongamos por caso, los ministros religiosos, quienes asumen votos de castidad para el cumplimiento de su obligatorio celibato; asimismo, la de aquellas féminas que con gran humildad y resignación cristiana suscriben la monjía y hacen de Dios su espiritual consorte. En Sadelas, a esos casos puntuales y específicos les atribuimos el justo valor = 0.

Dentro de esos valores extremos, y salvo el valor intermedio, se da toda una gama de síndromes, como el de aquella persona que, estando en la parte izquierda del correspondiente segmento derecho, concretamente, en las proximidades del + 0, bien podría corresponderse con quienes se les conocen como personas frígidas; y quienes se hallan en la proximidad de 0, bien podrían considerarse homosexuales, aunque de bajo apetito hacia sus congéneres.

54 _ 15.11.02 Manuel C. Martínez M.

S A D E L A S

Sociedad Amigos de la Salud

Los mil ojos del pintor

Informaciones especializadas han asegurado que la fotografía de un objetivo cualquiera jamás podrá superar el encanto que sólo las pinceladas del pintor saben imprimirle. Sadelas considera que las explicaciones técnicas de críticos y afines no logran satisfacer la interrogante que nos hacemos los admiradores de ambos géneros.

Pensamos que el mecanismo visual involucrado se desenvuelve así: Cuando la cámara fotográfica dispara, esta recoge sólo uno de los infinitos vértices hacia los cuales la mirada observativa del pintor de brocha fina se dirige cambiante y simultáneamente durante su vigilante y plástico proceso.

Esta propiedad multivisual hace de todo pincel manual, además de un original irrepetible, una representación de mil enfoques y perspectivas hacia donde terminan dirigiendo sus propias miradas quienes funjan de meros y diletantes espectadores.

Y es que, por sofisticada y computarizada que sea una fotografía alcanzable por los descendientes del magnífico Da Vinci, los mil ojos del pintor, consciente o inconscientemente, siempre sabrán ofrecernos la encantadora imagen de una pintura que terminará siendo complacientemente gobernada por quienes la miremos u observemos, propiedad ésta que jamás iguala aún la tiesa, monocular y truculenta captación fotográfica.

112_02_04_KK3(337-26-01-1994-año XIII) Manuel C. Martínez M.

SADELAS

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Los callos de la humildad

Observe los tendones de Aquiles, particularmente los suyos, o los de las demás personas, damas y señoritas. En la mayoría de los casos muestreados verá una formación callosa cuyos orígenes se remontan a la adolescencia.

Ocurre que , cuando se trata de gente humilde, el calzado que pudieron usar fue generalmente batatico. Esta baratura, como se infiere, está asociada a zapatos de tercera calidad, aunque muy boniticos a los ojos de los ávidos ojos de todo menesteroso.

Esa pésima calidad se refiere a que su confección va con cargo a suelas y cueros tiesos y rústicos, que darán inmediata salida a una seguidilla de ampollas que a fuerza de costumbre e insistencia se transforman en tremendos callos. No se diga de aquellos zapatos que le quedaban apretados, pero que se resignó a usar, no fuera cosa que mientras se encontraban los adecuados se le atravesara una necesidad urgente a su comprador.

Tales callos blanquecinos pasan a ser la defensa natural ante cuanto zapato de tercera siga poniéndose la gente de los humildes, y de <> pasan a ser tendones de Aquiles, por aquello del lado flaco que representan, pues no es necesario buscar documentación curricular para reconocer el estatus de una persona: Basta con mirarle sus talones y las coyunturas superiores de sus dedos inferiores.

De vez en cuando usted observará personas con unos taloncillos divinamente tratados; estos revelan que sus padres fueron gente de buen dinero, que pudo adquirirle al dueño de esos tendones calzados de primera en suavidad, talla y elegancia, y única forma esa de evitarle al usuario la formación de los mencionados callos de la humildad. 1

SADELAS

El CLONAJE ANTIIDIOTAS

(Segunda versión con addenda subrayada)

La apropiación privada y sectaria del poder económico, social, cultural e ideológico les ha garantizado siempre a los poderosos de turno la tenencia de amplias facultades para adquirir por trueque, por compraventa o por la fuerza, todo tipo de bienes materiales e inmateriales.

Por ejemplo, han secuestrado y recibido como botín a personas dotadas de acervo cognoscitivo e inteligencia superior. Así lo hicieron los romanos con los griegos, y lo hizo el papá de Alejandro Magno con Aristóteles, quien fungió de preceptor de ese afamado conquistador. También EE UU se repartió leoninamente, y con la URSS, la plantilla de científicos de punta, quienes a la sazón trabajaban para Hitler en la elaboración de las primeras bombas termonucleares, justo después que los capos del fascismo fueron vencidos por los aliados del terror angloyanqui.

Pero hasta allí ha llegado el ecuménico y suprapoder de los antisociales de siempre: anteayer, esclavistas; feudales, ayer; hoy, salaristas.

Ocurre que, como ningún fenómeno es cerrado ni completo,siempre ha habido un bien incompartible, inadquirible,incomprable,inexpropiable,intransferible,amer-cantilizable,inendosable e insintetizable.

trátae e un bien que no está disponible en ningún mercado. Hablamos de la inteligencia humana, del talento, valores estos y hasta ahora que sólo azarosamente aparecen depositados en los seres humanos, sin ninguna obediencia a diferenciaciones de ningún tipo, porque se trata de paquetes neuronales de intrincadas configuraciones no comprobadamente hereditarias, cual variable aleatoria o probabilística, y supuestamente inclonable.

Este es el punto: Tal sería, a nuestro juicio, el objetivo final de los ensayos que viene realizando la moderna Microgenética. Todo comenzó en mamíferos con la oveja Dolly. Es que , así como los homosexuales masculinos han soñado y suspiran por salir encinta para consumarse como hembras, asimismo, quienes ostentan fortunas y poder mundial sobre los demás no han podido tener, ni comprar todavía, hijos de inteligencia superior, quienes suelen aparecer en los vientres de cualquier persona con absoluta independencia de sus condición socioeconómica.

El error de los genetistas del CLONAJE humano (que los convierte en timadores in vitro) es que, por idénticos que sean los paquetes genéticos, ningún clon garantizará que la estructura neuronal y combinatoria del cerebro configurará necesariamente la misma inteligencia del original. Ésta es inverosímilmente duplicable. Hasta ahora, dos gemelos normales se parecen muchísimo entre sí y en todo, menos en su cerebro, aunque de ínfima <> para esto.

Podríamos también hipotetizar que cada espermatozoide de las miríadas lanzadas en cada eyaculación porta una exclusiva configuración cerebral de las otras tantas miríadas heredadas del arcano árbol genealógico que se halla presente en cada progenitor (hay especialistas que atribuyen a la herencia una trasmisión de aprox. 5.000 años).

Verdaderamente, que sea el espermatozoide portador de una inteligencia privilegiada procedente de algún pariente de atrás es simplemente un asunto que sólo la probabi lidad en juego puede resolver.

Por supuesto, para ningún magnate de las finanzas puede ser de su agrado que su *cachifa* dé a luz un hijo de inteligencia superior a todos los suyos propios, y, para evitar esa <> sociogenética, han estado haciendo lo imposible para el logro sintético de un cerebro humano, que, sin embargo, a la luz de estas inferencias bien pudiera resultarle perfecta y artificialmente tarado.

Manuel C. Martínez M.

60_27_11_KK2

65_12-12_KK2-(1017_año XIX_09_03_1999) Manuel C. Martínez M.

SADELAS

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ESCRITORA de PINTURAS

Al decir de los especialistas, las plantas vegetales se estiran heliocéntricamente.

En su indetenible carrera hacia el polarizante Sol, todos los posibles obstáculos serán salvados.

Fue así cómo mi enzarcillada cayena, replegada por sus vecinas del jardín, buscó su camino hacia el cielo,

visitó el foliáceo y estéril mamón, y dibujó sobre su copa el más pintoresco ramo de flores que naturaleza alguna podía ofrecerle.

En un primer momento no supe salir de mi sorpresa, suerte de fina mixtura entre curiosidad y admiración,

para luego caer en la preciosa cuenta de que mi cayena exhibía por esa vía su incuestionable facultad de escritora.

Que podía pintar aquí, allá y acullá con el más natural de los pinceles: su propia flora, su obediente conducta solar y su primaria pintura carmesí.

SADELAS

La ruina inminente de la Oligarquía Criolla

Sábese desde tiempo atrás que todo capital o patrimonio en régimen burgués debe estar a cada segundo en movimiento, es decir: invertido para la utilización del personal ejecutivo manual e intelectual, correspondientemente especializado. De otra manera, perece por inanición. Semejante modo de vida industrial, ha garantizado a los patronos y accionistas un estándar de vida holgadísimo y rayano en la más elevada frivolidad suntuaria.

En el caso venezolano, tales patronos ni siquiera han tenido que recurrir a sacrificios personales ni a economías acumulativas para la dotación de su capital originario. Simplemente, lo han tomado del Erario Público Nacional. Las empresas que han gerenciado han sido sólo mamparas administrativas, para llenar los requisitos legales que les han dado una apariencia jurídica de apego a las leyes y a la Constitución, y así poder drenar para sí buena parte del Presupuesto Nacional, y pseudoempresas que (algunas) han sido la fachada legal para actividades de oscuro propósito, pero de jugosos beneficios adicionales al margen de todo control fiscal. Hablamos, por supuesto, del grueso del empresariado, ese que hoy se debate en indetenible ruina industrial.

En este marco operacional, <> rentas, disfrutadas y provenientes de empresas que han gozado de todo tipo de protección, para garantizarse la colocación de sus mediocres productos, aunado a la evasión de impuestos, al secuestro de las retenciones del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, y al escamoteo de salarios y prestaciones sociales, amén de los repetitivos e impagos créditos blandos arrancados a todos los gobiernos que ellos mismos han puesto allí como tales, esas rentas, decimos, representan todo su patrimonio.

De tal manera que, ahora, cuando la oligarquía criolla ha visto cortado su <<ñemeo>> presupuestario, por un gobierno que no les sigue linealmente su metodología política, su patrimonio entrará en reposo improductivo, y consecuencialmente, sus rentas caerán en picado.

Como quiera que esa O. C. empieza a sufrir los efectos de una competencia industrial de patronos sustitutos; y dado que los sicarios contratados para la comisión de sus variadas triquiñuelas ( administradores, abogados, contadores, médicos, concejales, gobernadores, ex ministros, policías, militares, Presidentes de la república), en compañía de ese cachifaje que les conoce la vida y milagros de toda su fútil vida, de todas sus trampas y delitos encubiertos, de tipo mercantil y delictual, y les ha servido incondicionalmente, estos colaboradores suyos, pues, al verse sin los cargos y salarios que alegremente esa oligarquía criolla les garantizaba, entonces, muy probablemente, les pasarán periódicas, sucesivas y masivas peticiones pecuniarias de carácter chantajista y extorsionistas, y estas <> en bloque, sumados al cobro que deberá hacerle el Estado para la recuperación de los créditos y demás pasivos impositivos pendientes de pago, con sus correspondientes moras, al lado de sus onerosos hábitos de vida, les precipitarán sus déficit presupuestarios y terminarán obvia e inminentemente en la ruina.

Manuel C. Martínez M.

68_13_12_KK2-Año 3 de la Revolución Chavista

124_18_04_KK3-(523-02-11-1993 año XIII) Manuel C. Martínez M.

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Newton: Descubridor del mundo visible

Efectivamente, allá por el año 1664, Sir Isaac Newton, natural de Lincolnshire, Inglaterra, gracias a su portentoso poder de observación, cayó en la cuenta de que la luz solar y toda luz blanca están constituidas por un paquete de atractivos colores.

Este hallazgo científico suyo, lo hizo y perfeccionó mediante los efectos espectroscópicos de los prismas (trozos poligonales de vidrio transparente), a través de los cuales la luz que los<> queda <> o derrama nuevas luces policromáticas.

El haz de luces descompuestas exhibe los colores: violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo, además de los ultra e infracolores invisibles para la vista humana; una verdad de Perogrullo desde hace más de 300 años terrestres, gracias a este magnífico investigador del mundo.

Y he aquí que tal descubrimiento newtoniano se tradujo en el conocimiento de que podemos ver al mundo porque este se halla pintado de mil colores, logrados por las variadas mezclas de aquellos c. primarios que el espectro solar ofrece y distribuye c o n s t r a s t a d a m e n t e .

Es ese contraste de colores lo que nos permite apreciar las formas y corporeidades de las cosas, personas, vegetales y animales que pueblan al mundo. Porque, si no se diera los contrastes pictóricos, el mundo sería tan invisible como lo es cuando el sol o la luna dejan de alumbrarnos.

He ahí una modesta extensión (hipotética, por demás) de que los llamados <> espaciales podrían ser de cualquier color aislado, y no necesariamente negros.

Inferimos también que en lontananza pareciera que la luminosidad del brillo natural de los colores se remezclan entre sí, intentan retomar el nido óptico de donde proceden, y dan paso a la luz blancuzca que suele dificultarnos la visión de lejos, en la justa y proporcional medida de la mayor cantidad de luz que cónicamente va <> el objeto alumbrado.

Es así cómo las figuras que solemos ver en 'perspectiva', van como recortándose alrededor de su periferia total, y de las periferias de cada parte componente de la imagen en cuestión. A tal punto, esa irradiación luminosa empequeñece las figuras de lontananza, que perfectamente las termina borrando de nuestra retina, por causa, paradójicamente, de exceso de luz, en un campo visual y penumbroso que nos presenta *pardos y empequeñecidos a todos los gatos.

Por eso afirmamos que un mundo monocromático, monoazulado, monoverdeado, monorrosa, en fin, monoviolado, sería un mundo tan <> o invisible como el más negro de los mundos. Así que: Newton descubrió el mundo entero, visiblemente hablando.

Corolarios: El mundo de color de rosa no es <color de rosa>>; el mundo invisible es el mismo mundo visible; el mundo que vemos es tal iluso, óptimamente hablando, como la ilusión de percibir el lado posterior de un cubo cualquiera como si fuera de tamaño inferior al de su lado próximo a nosotros.

28-1_04_KK3(539-06-02-1994 año XIII) Manuel C. Martínez M.

Sadelas

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Motivos para celebrar, reír y vivir en paz

El mundo, con sus cosas que nos rodean, propias o ajenas, no deja de ilusionarnos: Es así cómo se dispone de múltiples bienes, un cafecito negro, por ejemplo. Para que éste se dé, es necesario el concurso oportuno y concomitante de múltiples variables en calidad y cantidad, en determinado espaciotiempo.

No se diga de fenómenos más complejos, digamos, un libro, avión, satélite, computadora, o una institución pública universitaria, independientemente de su calidad alcanzada.

Una sana conversación entre amigos, entre colegas, es motivo suficiente para sentirnos vivos, apreciar nuestra existencia y dar gracias anónimamente a nosotros mismos como equipo; y para disponernos a reír, cantar, celebrar y vivir para hacerlo en paz.

En fin, que es tan difícil disponer de amigos, de otras personas y de las variadas cosas que nos permiten y facilitan la vida, que su presencia misma debería alegrarnos, sin importar, dije, a quién pertenezcan, porque que el avaro, incapaz de compartir, niega la vida , la suya y la nuestra, sin darse cuenta de que tiene doble motivo para estar gozoso: las cosas mismas y su propiedad sobre ellas.

Sonriamos, pues, celebremos y vivamos en paz, porque es tanto lo que tenemos; es tanto lo que nos rodea, que ha terminado por ilusionarnos y hacernos considerar que son una hechura mágica o divina. Pero, si lo fueran, no importa: riamos y celebremos, porque son harto difíciles de producir artificialmente, de disponerlas, de coexistir motivadamente con ellas.

130_30_04-KK3-(60- año IV) Manuel C. Martínez M.

Sadelas

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En piscina

(Primitiva e insalubre forma de bañarse)

Sí, aunque nos cause sorpresa, en piscinas ya se bañaban los bárbaros contemporáneos de la vieja Roma, cuando entre aceites, perfumes, leches, sudores, mucus, detritus y demás excretos y mejunjes, las noblezas romanopersa y arabicomarroquí, suplían con ellas el baño fluvial que estaba reservado para esclavos y plebeyos , o para uno que otro furtivo encuentro de romántico desenlace.

Lo cierto es que, mientras el agua del río nos impide bañarnos en ella más de una vez, al igual que la moderna ducha del INOS, cualquier piscina, por decorada, pulcra y deslumbrante que nos luzca, supone aguas estancadas de impráctico reciclaje y conservación.

Entonces, como si fuera poco, está comprobado que ellas son un excelente caldo de cultivo ara la germinación de su buen número de agentes patógenos.

Por lo demás, es evidente que bañarse es piscinas dista muy poco de una simple ablución en poncheras, tal como se practicaba en la Venezuela de los años treintas y h. bien entrados los cuarentas, en aquella época de bacinillas de apeltrado revestimiento y de <>. En estos , cuando una persona se lava su cara, necesariamente ensucia su agua y con esta misma pretende seguir aseándose, sin caer en la cuenta de que, mientras así se lave y más lo haga, más estará reciclando y contaminando el sucio del que quiere desprenderse.

Que la nobleza romana se haya bañado en piscina tiene una histórica explicación científica, si se quiere, pero, que hoy se lo siga haciendo es sinónimo de insalubres prácticas aún no entendidas.

No obstante, la explicación actual que puede hacerse con este desfasado uso es que a los miembros de las clases dominadas siempre les ha ha resultado tentador <> de los bienes que tradicionalmente eran coto privado de las personas pertenecientes a las clases dominantes, y ante lo cual los avances tecnocientíficos sanitarios terminan estrellándose.

140_18_06_KK3 Manuel C. Martínez M.

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Las escolaridad promiscua

Mucho antes de la vigente República Bolivariana, ya hace varias décadas, y a cuyo movimiento demográfico puede atribuírsele, por lo menos, 3 generaciones en línea que merecen este comentario:

Dichas generaciones humanas se han caracterizado por un sistema educativo nacional de amplio y obligatorio cumplimiento, y que supone operaciones docentes de aula donde niños y niñas han compartido hasta el enrarecido aire de sus estrechos recintos escolares.

Las indeseables consecuencias de esa práctica insalubre, cuya finalidad fue sembrar criterios homogéneos de sociabilidad entre todos los venezolanos, y hacerlo desde sus más tempranos años, ha resultado harto contraproducente, por lo menos en lo relacionado con el contagio por emulación de etopeyas que son tan naturalmente suyos a cada uno de esos géneros, y que han sido, repetimos, obligatoriamente condenados a privaciones de sus particularidades íntimas.

Es así cómo vemos con tristeza y preocupación el aprendizaje y manejo indiscriminado de un lenguaje soez por parte de las niñas, púberes y adolescentes, enriquecidas con una acerbo de denuestos al que en nada aventajan los adultos de sus padres y representantes.

Por su parte, los chamos han terminado por abortar sus propios cambios fisiológicos fonéticos, y es así, también, cómo vemos a una caterva de niños, púberes y adolescentes, con una arraigada y estancada voz atiplada, como resultado de su emulación del fino timbre propio de sus condiscípulas niñas y chamitas.

De resultas, una promiscua educación escolariega que han terminado en fundir y confundir con firmes lazos sociológicos y etológicos, las vulgaridades que ya son cuestionables de los varones, con el gayano timbre de voz de de las hembras, a tal punto que, si no presenciáramos el parlamento de unos y otras, no sabríamos distinguir inequívocamente la fuente ora de las vulgaridades en serie, ora de sus finas y atildadas voces.

144_02_07_KK3(514-231-10-1993 año XIII) Manuel C. Martínez M.

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HUMILLADOS y ADMIRADOS

Así lo pensó Mahatma Gandhi: <>.

Gandhi entrevió que el hombre no ha aprendido cabalmente a verse y mirarse reflejado en sus semejantes ora sean sus familiares, ora, sus amigos o conocidos.

Pero, esa misteriosa conducta humana es la misma , mutatis mutandi, que se asume cuando admiramos, seguimos e idolatramos, sea éste el caso, a un artista virtuoso. En el éxito de este reconocemos instintiva e inconscientemente todo el potencial productivo de los hombres: que pueden estos ejecutar a Mozart divinamente, cantar con la timbrosa fuerza de Caruso, o de Pavaroti; pintar como Picaso, descubrir como Newton. Que pueden tocar el cello a lo Casal, emular a Miguel Ángel, y poetizar como Neruda, o como Machado, y escribir la prosa juanramoniana, o garciamarquezana.

En fin, que el hombre gusta de autoadmirarse en los virtuosos, pero niega reconocerse en los defectuosos. Por esto no puede comprender en la humillación de terceros a la suya propia.

146_17_07_KK3 Manuel C. Martínez M.

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El vacío como interpenetrabilidad de la materia

(Hipótesis)

Este es el caso: Cada vez que una porción de materia cambia de lugar, automáticamente éste es <> por materia circundante. A tal fenómeno ha dado en llamársele <>, como una característica adicional propia de toda forma material conocida hasta ahora. Infiérese que el v a c í o no pasa de ser sólo una tendencia; es inexistente.

Ocurre que, según la hipótesis, mediante ese movimiento tendente a ocupar los espacios dejados por los cuerpos móviles se crea un nuevo movimiento que provoca nuevos espacios <>, que se llenan con nuevas porciones de materia, las cuales, a su vez, ofrecen nuevos <> que permiten indefinidamente la interpenetrabilidad de la materia en sus distintas formas y tamaños, a manera de un auténtico p e r p e t u m m o b i l e.

En el macromundo, el fenómeno es observable con el llenado atmosférico. Efectivamente, cuando inhalamos el aire contenido en un pitillo de los usados para beber algún líquido provocamos un vacío que inmediatamente es eliminado por el líquido en cuestión , el cual asciende hasta nuestra boca. La función de los pulmones es similar. Con su compresión expulsamos el aire viciado o impuro, y, como aquellos son elásticos, al recobrar su dimensión de <>, creamos al mismo tiempo el vació que termina llenándose con nuevas dosis de aire exterior.

Digamos que toda respiración es el juego de interpenetración ocurrida con los actos de expiración e inspiración sin cabeza ni punta. Al parecer, los pulmones, precomprimidos en el saco matricial, ven luz por primera vez y se expanden con la <> que suele darle al recién nacido el partero de turno, para provocar así el ensanchamiento pulmonar que determina la interminable función respiratoria hasta la muerte de la persona correspondiente.

Y ocurre que el aire que sale de nuestra boca y es soplado hacia algún objeto no es el que lo toca sino el de la capa que se halla justo en el entorno de dicho objeto, de manera semejante como las ondas sonoras que impresionan a nuestra membrana timpánica no son, por ejemplo las emitidas por la cuerda de un violín, sino justo las que energéticas se generan alrededor de aquella.

Ese mosquito que tanto nos molesta cuando <> penetrar nuestras fosas nasales lo hace involuntariamente, arrastrado, como se ve, cuando pasa por esas ventanas justo en el momento en el que llevamos a cabo la inhalación., y, así mismo, observamos el truco eólico del que se valen los proboscidios para <> hacia sí los objetos y comestibles que les interesen.

En el micromundo, inferimos que las partículas electrónicas y positrónicas responden al mismo fenómeno: Un electrón, al desplazarse en su nebuloso y microscópico submundo va dejando espacios <> que inmediatamente son ocupados por los demás congéneres, y, de esa manera, podemos hablar de movimiento perpetuo intramolecular e intraatómicos, o imposibilidad de vacíos perfectos, salvedad hecha de explosiones nucleares, lo que nos conduciría a temas de otra índole. Sólo aventuramos al decir que para este último caso, la eliminación o penetración de la materia supone liberación de las fuerzas que garantizan la separación entre las partículas del submundo atómico.

150_03-08_KK3 Manuel C. Martínez M.

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Los imperativos gramaticales

Los llamados innovadores gramaticales, y particularmente quienes han identificado el <> con ruptura e irrespeto hasta con las normas gramaticales, tipo rosenblatistas, no terminan de entender que la Gramática de cualquier lengua y en cualquier momento y lugar resulta convenientemente respetable, por encima de nuestros íntimos deseos por cambiar hasta sus raíces.

Cualquier persona que necesite expresar por escrito sus aportes especializados en materia ajena a su lengua misma debe forzosamente respetar todas sus leyes gramaticales y disposiciones vigentes tanto prosódicas como sintácticas.

De nada o muy poco vale un concepto <> mal escrito de una manera que traduzca <>. En Castellano, por ejemplo, la puntuación es fundamental si queremos que nuestros lectores terminen leyendo precisamente lo que mentalmente persigamos. Y es que entre nuestro pensamiento y su escritura se atraviesa la norma gramatical, so pena de que terminemos escribiendo otra cosa distinta a la que pensemos y sigamos pensando. Se trata del conocido fenómeno del analfabetismo funcional.

Toda esa literatura de pesada lectura que caracteriza a numerosos informes, ensayos, libelos y afines tiene su causa en una evidente mala puntuación, y ni qué decir si esta se acompaña de cacografías.

Entiéndase que respetar la Gramática de la lengua, usada para la representación de logros científicos, es garantizarnos la mejor traducción de nuestras ideas, tanto de parte nuestra como de las de los lectores correspondientes. Los imperativos gramaticales resultan absolutamente apolitizados, así como con los números indistintamente se hallan al servicio de ciencias tan aparentemente distintas entre sí, como: Física y Economía, Biología y Mineralogía.

152_13_08_KK3(1018-10-03-199) Manuel C. Martínez M.

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Mi jardín es una libre pajarera

Este es otro <> que pude haber presentado a la AsoVAC, Convención XLIX (IL, (sic), para el Capítulo Aragua).

Dije antes que esa asociación viene forzando contradictoriamente a sus colaboradores con primas por suscripción, por inscripción de trabajos, y quienes se dediquen a investigar y pretendan valerse de ella, en lugar de recibir estímulos y facilidades, deben, <>.

Pero, entremos en la investigación que me ocupó: En mi embrionario jardín botánico y hogareño he venido estudiando la Cayena de Zarcillo, variedad de planta cuyas flores rojas suelen colgar como su nombre o indica.

Esas florecillas sirven de anfitrión al ave de nombre vulgar: reinita, que es su invitada y huésped más frecuente. Finalmente pude observar que sus flores son uno de sus platos favoritos.

En un primer momento pensé que a esas aves sólo las atraían sus abundantes hormigas; éstas resultaron ser tan invitadas como aquellas.

Pocas flores son perseguidas por las aves, pero las de mi jardín están dotadas de un nectario cuya glucosa se halla depositada justo debajo de sus cálices, y sirve de alimento tanto a las reinitas como al colibrí que también la visita. Ni qué decir que también despacha las numerosas hormiguitas que también participan.

Lo curioso del caso es que las visitas al jardín pasan de 10 veces por día durante todo el año, y he llegado a pensar que su prole floral parece estimularse con cada servicio alimentario que tan gentilmente ofrecen, puesto que el propio nombre de la planta le fue dado por la disposición <> de sus encendidas flores.

De tal suerte ocurre este precioso espectáculo de comidas y comilones que mi jardín es de hecho una sonora, encantadora y libre pajarera.

154_ 18_08_KK3 Manuel C. Martínez M.

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Cayenas rojas sobre mármol gris

La belleza del diamante se le ofrece al minero como una deslumbrante guía capaz de polarizar su atención para distinguirlo en medio de las miríadas de opacas piedrecillas arrastradas y redondeadas por el arcano paso de las movientes y arenosas aguas fluviales.

Es, pues, el destacamento que suele ocurrir entre toda amalgama y mezcolanza de partes, estructuradas o no, porque de otra manera no sabríamos si son tales, separables y aprehensibles, o si forman parte integral del escenario donde habitan.

En Física se habla de diferenciales; en Química, de valencias; en Sociología, de clases; en Poesía, de rimas, y en Música, de armonías, pero en común, trátase de contrastes.

Hablamos el otro día de que la existencia de un mundo de color de rosa es una fantasía absurda y fea ya que estaríamos tan incapacitados para ver como ciegos en la claridad que como videntes en la oscuridad.

Bueno, todo ese marco preambular es para describirles la belleza y notoriedad que ganamos cuando cuidamos el entorno donde nos toque desenvolvernos: Nuestros domicilio, escuela, oficina, universidad, calles, plazas y jardines.

Por ejemplo, mi modesto jardín acaba de enriquecerse muy estructuradamente cuando, luego de estar produciendo y cediendo cayenas rojas sobre un maltrecho, incoloro y amorfo suelo, ahora lo hace encima y salpicadamente sobre la reluciente, uniforme y sólida faz del marmóreo y grisáceo asiento que pintorescamente las ataja.

158_18_08_KK3-(Año IV # 55-25-01-1986) Manuel C. Martínez M.

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CAOS TENDENCIOSO y ORDEN AZAROSO, Parte 3

(El enigma de la buena/mala suerte)

Manuel C. Martínez M.

Hemos recientemente inferido que el albur, el azar, la eventualidad, la dicotomía, y hasta el abanico abierto de opciones y alternativas para la toma de una decisión, en un momento y lugar determinados, da cuenta de nuestros desaciertos prima facie y por excelencia, de tal manera que sólo con bajísima probabilidad tomamos la decisión conveniente y convencionalmente correcta, pero no porque la suerte misma, el azar mismo, la dicotomía misma ni el abanico abierto de opciones nos lo imponga, sino porque en ello, precisamente en ese permanente acierto-desacierto, le va la vida productiva y dinámica y humana a nuestro cerebro.

Basta con preguntarnos: qué sería de nosotros si lineal y entubadamente fuéramos tan *sortarios* que *la pegáramos* en las primeras de cambio*, en nuestros primeros intentos. Seríamos sencillamente unos humanoides con una programación uniforme sin el recurso de la creación y regeneración de neuronas y enlaces ad hoc que, según la más recientes investigaciones científicas y especializadas sobre nuestra mente, las garantizan y evitan el síndrome de Alzheimer e insuficiencias demenciales afines.

Y evidentemente, es frecuente que hasta los *sortarios* se quejen de su *mala suerte*, que no la tienen. Ocurre que ante cualquier dicotomía, si la opción A es la que nos favorece, y esta es precisamente la que escogemos en la primera selección, entonces no solemos darle mayor importancia habida cuenta que no nos interrumpe la labor de marras, digamos que pasa inadvertida, pero si escogemos su contraria, la B, entonces este desacierto impresiona sobremanera nuestros archivos y son el cúmulo de estos desaciertos los que van perfilando en nosotros una personalidad de mala suerte, que tampoco tenemos.

De la figura supra se desprende que, a diferencia de lo que suele afirmarse, solemos llamar desorden a las meras manifestaciones fenoménicas que son apenas un tipo más de reórdenes posibles extraídos y azarosamente configurados a partir de los diferentes reordenamientos que terminan entropizándose a lo largo de su vida útil como entes de estabilidad temporal.

Del <> I, u orden prima facie, surge el reordenamiento I, así como del <> II, el reorden II. Las cuatro configuraciones de la figura aparecen preenjuiciadamente tipificadas como órdenes las unas, y caos las otras.

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Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud

Bolas Chinas en movimiento orbital

Secretos de la inteligencia formal

(Hipótesis)

Manuel C. Martínez M.

Hemos venido elucubrando sobre el origen recóndito que podría dar cuenta de la diferenciación cuantitativa imperante entre los conciudadanos del mundo en materia de *inteligencia*, abstracción hecha de rasgos étnicos, económicos o culturales que pudieran coadyuvar con esa variable. Conste que no dudamos de la inteligencia común de los seres humanos.

De entrada, es bueno observar la etología cognoscitiva de muchos animales. Del caballo, por ejemplo, se dice que obra maravillas, y hasta sirve de mofa a muchos seres mejor dotados en la escala zoológica. Nunca he tenido uno bajo mi observación directa, pero sí muchos perros y perritas: Mi Irlanda, mi Paipo, mi Jaspita, mi Monona, mi Lucky, mi recordatísima Edil. Todos han dado demostraciones de saber desenvolverse excelentemente.

¿Qué explicaría, groso modo, esa *inteligencia* animal? Podría ser su innata capacidad para no distraerse con tantas influencias externas de encantadoras manifestaciones externas a nuestra pelleja. Pero, Sociólogos Psicólogos y Psiquiatras y Filósofos están contestes en que la realidad de afuera recibe mandatos de nuestro propio ego, y este de aquella.

El hombre, por el contrario, vive rodeado de fuertes y poderosos atractivos de los que muy difícilmente puede abstraerse. Entre mis anécdotas como profesor universitario está aquella sesión de clases cuando me vi obligado a girar en 180 grados el mobiliario y a sus correspondientes usuarios. La puerta del salón era una pantalla donde a cada minuto, cual pasarela sin fines de lucro, desfilaban preciosos y tentadores especimenes de ambos sexos.

La concentración del alumno ha sido exigida como requisito sine qua non para una mejor y más pronta asimilación de los temas tratados por el docente de marras. Y ha funcionado bien.

Entonces, podemos aventurarnos a disparar la siguiente flecha: La capacidad intelectiva de todo ser humano, estadística y medianamente hablando, es de partida igual para todos. Sólo que hay personas con una mayor sensibilidad genérica para reaccionar ante las variables de su entorno y sus polivalentes manifestaciones.

Ante ese escenario de múltiples y paralelos fenómenos y actores, el cerebro de cada quien se ve conflictuado en mayor o menor grado, para unos y otros, de tal manera que un buen método para *sobreinteligenciarnos* sería la el aislamiento o congelación de todas las variables o sucesos menos uno, para que sea este el que máximamente nos polarice toda nuestra potencial capacidad de observación, de inferencias, comprensión y demás acciones constituyentes de lo que solemos llamar inteligencia.

De Perogrullo, la inteligencia es una variable más que se mueve entre los distraídos lunáticos y los geniales de aposentos cerrados con olor a probetas y demás parafernalias propias de la investigación tecnocientífica, razón por la cual nadie puede emprender con éxito ninguna tarea sino pone de su parte, mediante una máxima concentración en lo que aisladamente nos propongamos conocer y dominar.

De allí que si bien el azar (Cfere. Sadelas: El clonaje antiidiotas) daría cuenta de nuestra variada composición neuronal en el tablero de la carga genética, una sensibilidad dependiente de nuestras recónditas endocrinas nos potenciaría en más o en menos para el buen, regular, excelente o pésimo empleo de nuestra inteligencia formal, mediante la sana administración y advertencia del polarizante magnetismo propio de los estímulos circundantes.

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Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

Curiosidades gaseosas

¿Por qué los mosquitos penetran nuestra nariz?

*Tercera versión, segunda ampliada*

Manuel C. Martínez M.

Usted se habrá preguntado porqué los mosquitos suelen penetrar nuestra nariz con mucha frecuencia, siempre que estos insectos pululen en nuestra cercanía.

Bueno, ocurre que cuando estamos periódicamente respirando, estamos vaciando el tubo nasal justo durante las fases de inhalación; es entonces cuando esos molestos animalitos, gracias por su liviandad comprobada son presa fácil del efecto gravitacional y se ven atraídos involuntaria e inevitablemente hacia el interior de nuestra laringe.

Hacemos a un lado el numeral de Avogadro. Tampoco hablaremos de sus demás características atómicas ni de sus ya superadas propiedades químicas.

Queremos destacar algunas aplicaciones vulgares que suelen pasar inadvertidas ante nuestros sentidos, pero que no por ello son menos importantes, aunque sí pecan de chocante desacademicidad.

El aire circundante cuenta entre sus más arcanas aplicaciones industriales la de servir para hacer botellas de vidrio con una facilidad que deja corta la peladura de mandarinas. El artesano licua el sílice, toma una de sus abrillantadas y candentes gotas con su azadón; hábilmente despliega parte de aquella para adelgazarla adecuadamente y sopla. Las demás fases que va cubriendo el vidrio hasta convertirse en una desequilibrada y porfiada botella corren automáticamente a cargo del recalentado gas que luego de besar la superficie desplegada termina inquieta y explosivamente atrapado en esa concavidad que va formando gracias al pegamentoso contagio de calor propio del infierno en que dantescamente ha caído.

De manera que cuando oigamos decir por allí: *Es más fácil que soplar y hacer botellas*, ya recordaremos que se trata de una labor casi natural y donde menos peso tiene el vidriero, más allá de calentar, sostener y soplar, porque ni siquiera a este pertenece el aire insuflado que finalmente hace la botella, según pasamos a detallar en el siguiente párrafo.

Ocurre que cuando soplamos nos limitamos a presionar direccionalmente una parte del cascarón gaseoso que se halle en nuestra periferia inmediata; como si lo perforáramos o prolongáramoslo en tubular y elástica metamorfosis. Y esa presión va tocando de cerca y sucesivamente cada una de las capas sucesivas, a manera de matrioshka, hasta que finalmente la cobertura gaseosa del objeto hacia el cual hayamos dirigido el soplido toca física y *personalmente* a dicho objeto, cosa, persona o animal, momento y fase para la cual creemos que lo hemos movido, calentado o refrescado, según el caso.

Tampoco nuestros apreciados e infatigables pulmones dan cuenta per se de nuestra oxigenación ni de nuestra desintoxicación gaseocarbónica. Ocurre que justo cuando la partera o partero nos da la primera nalgada nos asustamos tanto que comprimimos por reflejo estos encajonados y neumáticos órganos recién hechecitos. A partir de entonces, y debido al carácter lisomuscular y esponjoso de los lóbulos *respiratorios*, el vacío y ensanchamiento provocado por la descompresión pulmonar (la de la musculatura alveolar) cede inercialmente a su relleno con el corriente y *libertino* y disponible aire que produjimos al momento de nuestro primer alarido. Todo lo demás sigue ocurriendo en fases alternas de vacío-relleno hasta que morimos.

Algo semejante ocurre con el conocido y colorido bombeador de sangre. Sus contracciones diastolicosistólicas pueden perfectamente explicarse por una alternancia inercial de un órgano que en un primer momento contrajo exógenamente sus paredes interiores y entonces dio pie para que los diminutos y capilares vasitos de sangre penetraran en vasos cada vez más gruesos hasta su desembocadura en las grandes hoyas de nuestro amante y amado corazón.

Ni qué decir de la útil descomposición alimentaria que se desarrolla en las intimidades de nuestro aparato digestivo. No sólo desechamos la porción sólida e indigeridle de nuestros alimentos, sino ese importante y comprimido y potenciado volumen gasífero que dirige toda su fuerza hacia el exterior y se lleva a su paso lo que vaya encontrando.

El peso del gas es otra curiosidad. Como forma parte intrínseca de las referencias paramétricas de pesos y medidas convencionales, sólo comprimido, o sea desprendiéndolo de su estado libre, puede ser objeto de medida alguna. Es así cómo, por ejemplo, una paca dispersa de copos algodonosos, cargados de gas, difícilmente permiten su medición en una báscula que deje fuera de sí parte de la pesada.

Así como el sonido que estimula nuestros oídos no sale directamente de ningún instrumento sonoro, el aire que roza o golpea los objetos de nuestros entorno no es el que acabemos de emitir cuando soplemos, habida cuenta que este sólo empuja las capas sucesivas del entorno hasta llegar a la superficie distal o parte externa del objeto al que aireemos con nuestro aire expulsado.

A todos nos llama la atención la facilidad y rapidez que sale el humo por las chimeneas, por esas torres huecas y cónicas que a manera de *mechurrios* acompañan todavía a muchas empresas manufactureras que operan con combustibles que ayudan a la polución por su elevado y contaminante desprendimiento de gases tóxicos.

Bueno, esa rapidez y facilidad responden a que el aire que va saliendo caliente de las calderas, por ejemplo, inicia forzosamente una carrera ascendente y verticalmente recto, protegido como se halla dentro de la chimenea, cuyas paredes interiores se recalientan acumulativamente y refuerzan la temperatura del gas albergado el cual va azarosa, reiterada y aceleradamente chocando contra dichas paredes, e impulsándose con fuerza creciente hacia en exterior y extremo de la chimenea que nos ocupa.

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188_28_09_KK4 Manuel C. Martínez M.

Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud

Los favoritos de Dios

Desde las primeras impresiones tipográficas de los relatos bíblicos, y desde más atrás ciando privó la historia de viva voz, la demografía del mundo terrenal nos aparece destacadamente partida en dos grupos no necesariamente iguales entre sí; sólo las mitades, los tercios, etc., logran determinado equilibrio numérico entre sus respectivas particiones.

Esta realidad divisionaria sufrida por quienes supuestamente tienen un origen ancestral remotísimamente común debe tener explicaciones más o menos racionales y desapasionadas, más o menos especulativas,y en el este caso cercano debido a la impenetrabilidad de las causas últimas y las ínsitas limitaciones con las que venimos al mundo.

De entrada, una notoria y connotada clasificación poblacional es la oprobiosa aparentemente división humana entre ricos y pobres. Obsérvese que prejuiciadamente citamos según el orden de poder material donde nos desenvolvemos hasta ahora, pero nada nos priva para darle un giro y poner en primer plano las pesadas mayorías de los misericordiosos, a los pobres y abandonados de Dios.

Decimos aparentemente oprobiosa porque es innegable que todos queremos ser muy ricos, y nadie quisiera ser pobre o continuar con ello. Sigamos:

Entonces nos preguntamos: ¿por qué ese abandono divino para unos y máxima premiación para otros? ¿qué nos mantiene en el profundo e insondable hueco de la pobreza?

Previamente, nos detendremos en la división de los pobres y de los ricos, de cara a la separación entre sus aspectos meramente materiales, tangibles y cognoscibles por cualquier mortal de cromosomas completos, y sus contrapartes, las personalidades que nos permiten desenvolvernos en lo moral, educativo, y solidario.

Se nos ha explicado y educado en una escuela que habla de pecadores, de inicuos, y de respetuosos y bondadosos, con absoluto deslinde de su estatus económico. Digamos que hay pobres y ricos que han venido dando mucho de sí, y los hay que ora han tomado mucho de las pertenencias de terceros,,ora se niegan a reconocer su pobreza y luchan por la hipotenusa del camino fácil y sin mayores exigencias espirituales.

Y concluimos en que Dios tiene una lista de favoritos que pudiera estar configurada con quienes han ganado su gracia. Una primera recomendación que se nos ocurre es que primeramente reconozcamos nuestra condición de pobres, ya que en estricto orden de aparición primero está la penuria, la escasez, la ausencia de riqueza en cúmulos.

Visto así, cuando empecemos por reconocer nuestras propias limitaciones podríamos estar aprendiendo el lenguaje de Dios, para hacernos ricos merecedores de sus favores, lo que no significa que los ricos sean sus elegidos a priori, a menos que estos dejen de ser tan *pobres*y pecaminosos como aquellos pobres que arrastran su pesada carga de egoísmos, de lucros indebidos, de envidia y del diabólico terror y temor a ser n pobres. Cosas así.

El tema. lo sé, ha sido plantado desde hace mucho tiempo. No pre3tendemos crear nuevas hipótesis, pero sí reconocer y divulgar que mientras no pisemos tierra terrenal y abroguemos por un poco de misericordia, seguiremos siendo pobres y no entraremos en la citada lista de los favoritos de Dios.

Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

Manuel C. Martínez M.

PLEGARIA

(I)

¡Oh!, sentido señor mío:

Puesto que me hiciste tan finamente

sensible

para ver, oír, gustar, tocar y pensar

Dadme una no menos justa capacidad de respuesta

para comprender , tolerar y avenirme

a tantos estímulos que generalmente y hasta ahora

me han resultado saturantes y mortificantes.

-oo-

Dadme energía suficiente para ampliar mi entendimiento

y así pueda caber holgada y sin estorbo alguno

todo lo que hasta ahora

me resulta abiertamente incomprensible e ininteligible

y frente a lo cual mis propias fuerzas son impotentes

y porque de buena parte de esas impresiones -muy mías- hay algunas

no pocas que han logrado- sí que lo ha hecho- obnubilarme

de tal manera que he visto, oído, concebido y practicado

el odio, el rencor, la intolerancia, y hasta la disconformidad e inmisericordia.

-ooo-

Así, mi Sentido Dios, permitidme pedirte que trates de entenderme

como yo trato íncita y débilmente de hacerlo con los demás.

(06-06-1998)

¡GRACIAS!

(y II)

En mi reciente Plegaria, y ahora cuando pliego más convencido

de lograr una respuesta complementaria

sin que esto se entienda como señal profana de inconformidad

doy muchísimas gracias a mi sentido Señor

por el alumbramiento de este camino de la enmienda

por donde deberé trazar mis pasos y mis acciones.

-oo-

Pedí más fuerzas, más poder, sin comprender que bastaba

y así es, con reducir mis apetencias , mis estimulaciones , mi sensibilidad,

y constreñir también mis valoraciones, mis juicios, mi juzgado.

-ooo-

Ahora siento que mi corazón se agiganta y mi razón se acorta

en una mejor y más comedida medida

para desver, desoír y transentir más allá de mis pocas fuerzas

que estuvieron tentadas a abarcar lo inabarcable, a comprender lo incomprensible, a entender lo ininteligible.

-oooo-

¡Gracias!, mi sentido Señor

por las propias y justas limitaciones con las que

tan generosamente de has dotado.

(09-06-1998)

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Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

Manuel C. Martínez M.

Los costes de la Riqueza Burguesa

A diferencia de las formas precedentes de enriquecimiento privado de unos con cargo a la pobreza de muchos, la contemporánea riqueza burguesa lleva consigo una fuerte e inevitable carga de costes de mantenimiento, conservación, vigilancia, temor por robo, sustracción, agotamiento, confiscación, apropiación indebida, mermas por improductividad, anquilosis, etc.,etc., además de costes médicoasistenciales para el correspondiente destresamiento que tal número de problemas implica para ese *afortunado* rico de riqueza material.

Ocurre que los tenedores y buscadores de esta riqueza son ciertamente dueños privados jurídicos de ella, pero y también de la propiedad exclusiva de todos los problemas citados arriba y arrastrados por ella. Nadie, absolutamente nadie, puede garantizar la conservación de semejante riqueza como su propio dueño.

Es entonces cuando debe acudirse a administradores ad hoc, quienes independientemente de su honorabilidad profesional y de una colegiada deontología, indubitablemente tenderán a la apropiación particular de una buena parte de la riqueza custodiada y contabilizada, y supervisores y administradores que también recibirán su dosis de infelización que contaminadamente reciben en cada dólar acumulado para sí.

El caso del cachifaje burgués bien podría ilustrar divinamente lo que literalmente hemos afirmado. La ilustración que engalana la portada del Nobel: El camino de la carne/ Samuel Butler/Del COTAL-1980. En dicha portada aparece en primer plano la víctima comercialmente enriquecida durante la ortodoxa Inglaterra victoriana.Un protagonista acabado y decepcionado con su propia familia. En segundo plano, su *ama de llaves* y de toda la propiedad doméstica en cuanto a disposnibilidad usuaria, disfrute y demás comodidades compartidas. allí está, informada, arregladita. vestidita de limpio, bien comida y bien bebida y embebida en todos aconteceres íntimos de la familia patronal de la que en los hechos forma parte intrínseca

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Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

Manuel C. Martínez M.

Flores saltarinas y el Arca de Noé

Desde que los científicos se adentraron en la búsqueda de leyes explicativas de la fenoménica de la Naturaleza, la Conciencia y la Sociedad, prejuiciados como siguen de la cultura esclavista y feudal, optaron por clasificar en tres (3) reinos el mundo circundante:

1.- Reino mineral

2.- R. vegetal, y

3.- R. animal.

Esos reinos se mantuvieron como estancos cerrados y se les estudió metafísicamente , cuestión que todavía se mantiene , al margen de las diferentes y hasta encontradas ideologías de los investigadores modernos.

Esa regia separación se mantuvo con poca mutación hasta bien entrado el siglo XIX, y fue a partir del primer cuarto del s. pasado cuando se logró integrar parcialmente a dichos reinos a través de los enlaces y puentes trazados entre virus, bacterias y formas celulares en general, sean estas vegetales o animales.

Esa integración de la vida y de lo vivo con lo inanimado, y de los seres vegetales con los animales se observa en las diferentes formas de mancomunión vital que ofrecen los casos de simbiosis, combiosis y parasitosis . Por cierto que esta última asociación ha sido analizada con toda esa carga de prejuicios sociales clasistas, fundamentalmente capitalistas, según los cuales unos seres *dañan* a otros, con lo cual se pierde de vista la necesaria correspondencia e intercambiabilidad subyacente en todo ecosistema.

Digamos que cuando, pongamos por caso, un insecto *ataca* un fruto, o una flor, y estas perecen, tal acción no debería seguirse mirándose como un acto depredador , puesto que la negación de una vida, allí, va con cargo a la creación o mantenimiento y conservación de otra, en una suerte de interminables transferencias energéticas y de sustancias desde las menos complejas hasta las superiores, para luego desdoblarse en seres u otras sustancias más sencillas y capaces de servir como bases biológicas a otras más complejas, y así sucesivamente. Cual de los protagonistas tiene prioridad funcional y existencial sería opinable, pero hasta allí.

En medio de toda esa perjudicial carga de prejuicios, usualmente los movimientos espaciales de cualquier ente tendemos ubicarlos en el reino animal, esto es, con seres dotados de patas, alas o de capacidad para autocontorsionarse , y para el caso de entes de los otros dos reinos, sus movimientos responderían a fuerzas exógenas tales como el viento, , los líquidos y campos electromagnéticos o plasmáticos.

Sirva ese marquito teórico y preambular para hacerles saber a mis lectores que recientemente (01-04-1988), cuando me hallaba en labores de jardinería tropecé con unos *embriones florales*, de origen leguminoso. Tales cuerpecitos aparentemente se movían por sí solos mediante saltos erráticos de determinada periodicidad y altura decreciente. Opté por denominarlos FLORES SALTARINAS, luego que descubrí la causa de su exógena motricidad, y a partir de entonces han despertado interés y curiosidad en muchas personas. En esta labor investigativa conté con la colaboración del Ing. Pedro González, y la de profesor y Botánico Baltazar Trujillo, jubilado de la Universidad Central de Venezuela, Facultad de Agronomía, Maracay, Venezuela. Muchos Agrónomos y Entomólogos mostraron interés en rastrear la posible literatura existente sobre esta característica mecánica de la papilionácea en cuestión. Los embriones pertenecen al Roble americano (Platymiscium polystachum).

El fenómeno en sí sirve para ilustrar cómo, supuestamente, se desenvuelven algunos movimientos intermoleculares en una masa gaseosa enrarecida o en el de las interacciones nucleares.

Efectivamente, el motor del movimiento de mis flores saltarinas es un insecto, familia Curculionidae, género Apion, y cuyos huevos deposita periódica y anualmente en los embriones florales; la floración es abortada y finalmente el embrión termina desarrollándose a expensas del nutriente germinal. Durante su crecimiento larvario el insecto adopta contorsiones de espirales comprimidas que luego se intensan bruscamente, golpean el cascaron que le sirve de cuna y por reacción se producen los saltos que me permitieron bautizar al al fenómeno en cuestión.

Y ese descontorsionamiento es en sí mismo interesante: Si, porgamos por caso, el mismísimo *Superman* es encerrado en un bidón debidamente tapado, él no podría elevarse habida cuenta que cuando se apoyara para tomar impulso lo haría sobre el piso bidón y este forzosamente no tendría el necesario punto de apoyo fuera de sí. Con las F. S. ocurre que el cascarón del embrión floral que le sirve ahora de cuna al insecto es de forma ovoidal, y los golpes que las distensiones provocan lo hacen sobre uno de los extremos del eje mayor, lo que supone un desbalance que termina devolviéndose hacia el otro extremo y consecuencialmente produce el salto ora desde una punta, ora desde la otra.

Y con esos datos de las Flores Saltarinas viene a colación la deficitaria carga viajera de la bíblica y primotestamentaria Arca de Noé ( Génesis, 6:14 y s.s.), mediante la cual sólo una muestra representativa y exclusiva del reino animal tuvo el privilegio de embarcarse y salvarse. Inferimos que semejante omisión del reino vegetal se explica por las inhóspitas y ciuasidesérticas condiciones de esos territorios orientales, mismas que inspiraron el hábitat y la literatura bíblicos, y les impidió a sus escribanos tomar y citar la debida muestra de este reino floral que necesariamente garantiza la vida animal humana con su reciclaje productivo y fitotrófico, además del preciado oxígeno fotosintético que dicho reino elabora y re4cicla constantemente.

P.D.: Con esta Sadelas hice un fallido e ignorado llamado al Pedagógico de Maracay y al Instituto de Botánica de de la U.C.V. en búsqueda de esfuerzos colectivos para terminar esta investigación privada.

205_1-29_07_KK5 -#235-04_04_1988,Año VII)

Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

La Justicia no es una Técnica

Manuel C. Martínez M.

En los países de elevada e incontrolable corrupción burocrática, extensiva a la empresa privada gerenciada por pillos de la cosa pública, su práctica cada vez se perfecciona, lejos de aminorarse. Tal es el caso de Venezuela, donde los reclamos populares por una Justicia que dé cuenta de tanto delincuente de cuello blanco que pulula a sus anchas en las oficinas públicas y privadas se vienen traduciendo en la implementación de una estrategia que sólo refuerza la corrupción misma, y aleja más toda posibilidad de que el Poder Judicial se sanee a fin de poder sancionar ejemplarizadamente la corrupción hasta erradicarla o reducirla a su mínima expresión.

Esta estrategia reforzadora de más corrupción, avalada y sostenida desde el propio Poder Judicial (Tribunal Supremo de Justicia), la observamos cuando las protestas populares están siendo traducidas como una petición de mejoras técnicas que aumente los rendimientos tribunalicios. Efectivamente, hasta hace poco los expedientes eran elaborados a mano mediante la adición de páginas amarradas con hilo en perforaciones ad hoc, un labor que lleva su tiempo, pero que permitía que el funcionario o técnico correspondiente se compenetrara mejor con el contenido mismo de cada caso expedido y archivado.

La protesta popular para combatir la corrupción e incapacidad en el Poder Judicial se traduce ahora en mayores desembolsos presupuestarios destinados a la construcción de onerosas plantas infraestructurales *modernas* y al uso de la Informática y computarización digital para aligerar los procesos del empaquetado de los expedientes y se sustituya el hilo, la perforadora y al amarrador.

Pero, ocurre desgraciadamente que ahora esas innovaciones y supuestas mejoras técnicas se están traduciendo en una auténtica despersonalización de la justicia, en una deshumanización de la misma, y, lo peor, en que no es la formación a mano de los expedientes lo que el pueblo protesta, sino la moral de los jueces involucrados, la moral de los profesionales del Derecho, y la moral del funcionario público, contratado para servir y no para delinquir desde sus modernas y ahora computarizadas oficinas.

El caso es que la moral no es tecnificable, y ninguna moral se endereza con mejores instalaciones físicas ni con ordenadores de punta, porque sencillamente no es un asunto técnico lo que está en juego, como si se tratara de ambientes laborales donde el excesivo calor y el herramentaje de obsoleta tecnología impidiera incrementar la productividad del operario.

En Venezuela la Justicia cayó en manos burguesas que todo reducen a billetes sin importar su procedencia, y es así cómo un delincuente de la cosa pública, por ejemplo, usa el dinero procedente de sus delitos para comprar jueces, magistrados y funcionarios de los modernos edificios tribunalicios cuyos expedientes ahora son solicitados a una fría máquina que los imprime a la velocidad de la luz, pero unos expedientes que suelen contener sanciones exculpadoras de los mismos delincuentes que ayer también se salían con la suya con los viejos métodos técnicos de marras.

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Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

Manuel C. Martínez M.

DEVALUACIONES, CARNE MOLÍA y QUESO RALLAO

Estoy valiéndome de una analogía que subyace en las relaciones de intercambio mercantil de cualquier sociedad contemporánea.

Devaluaciones alude a medidas financieras monetarias que puede tomar desde arriba un ente productor de dinero fiduciario, o que puede ocurrir espontáneamente por causa de un detenimiento retrógrado en la dinámica productiva de una sociedad moderna. Con ellas un mismo puñado de dólares puede equivaler a más o menos unidades de otras monedas.

La carne molía y el queso rallao, escritos así, con sus des caídas y sin apóstrofos, responden a la folklórica expresión popular, según la cual los pobres perfectamente demuestran en concreto que 1 Kg de plomo pesa más que 1 Kg de algodón, con todo el irrespeto que supone semejante incongruencia fisicomatemática. Veamos:

Para ningún pobre u obrero raso es un secreto que el queso rallao es *rendidor*, o sea que con la misma cantidad de queso entero comerían menos personas y hasta insatisfechas quedarían, y hay quienes afirman que dicho q. r. es la más gustosa manera de saborear este derivado vacuno.

Por su parte y complementariamente, la carne molía también le resuelve al pobre algunos problemas de bolsillo con sus variedades gastronómicas de albóndigas, frita término medio, empanadas y pastelitos, etc. De allí que la carne en bistés casi no figura en la mesa de los abandonados de Dios, salvo uno que otro día de cobro quincenal, o una que otra reminiscencia de los tiempos cavernícolas como lo es la carne en varas o de *parrilla*, que por cierto, muy infatuadamente la gente de la clase media y los ganaderos prósperos usan en sus fiestas para engatusar a los gobernantes que los visitan.

La mortadela, como carne de tercera y mezcla de desechos grasos, muy antihigiénicos, aunque de igual densidad nutricional, encaja perfectamente en la aquella folklórica y aparente inecuación. Con la llegada de las modernas rebanadoras, donde antes comían dos o tres personas, ahora comen muchas más con sólo reducir el diámetro de las rebanadas.

¿Y cómo ligamos esos valores tan aparentemente heterogéneos, devaluación, carne molía y. queso rallao y mortadela? El intercambio mercantil con sus compraventas nos dará la respuesta:

Para que los intercambios comerciales se lleven a cabo, es necesario la disposición de determinadas masas de *dinero* circulante que incluye desde cestatickets, vales, fiados de pulperías y tascas, hasta el moderno dinero virtual, cheques endosables, bonos y afines, amén de las monedas convencionales de emisión reservadas a los bancos centrales y a la banca privada debidamente supervisada, ayudados con el circulante falsificado y el alcahueteado e incontrolado mercado negro de divisas.

Ocurre que, en los hechos, en el sacrosanto mercado, para un volumen dado de ese circulante dinerario, la cantidad de mercancías comprables durante un periodo económico queda automáticamente predeterminada, lo que significa que con dicha masa de dinero podemos regular la producción u oferta de bienes industriales.

Así entendidas las cosas, el estado emisor y acuñador se convierte en supremo ente contralor, impulsor, medidor, tasador y regulador de la economía de un país, por encima de todas las atribuciones que constitucionalmente puedan concedérseles al libre comercio, a la libre empresa. El estado, desde el momento mismo que acuña moneditas, e imprime billetitos por su cuenta, da cuenta en buena parte del empleo nacional, independientemente de las supuestas posturas del neoliberalismo o del intervencionismo. De allí el interés de las potencias foráneas por disponer de gobernantes títeres, o sirvientes de librea.

Ahora bien, si se puede realizar un mismo o menor volumen de compras con cantidades variables de monedas (caso devaluacionista), y se puede realizar más transacciones de compraventa con menos dinero circulante (caso revaluacionista), es de Perogrullo que los billetes y las monedas devaluadas de un país son perfectamente asimilables al queso rallao, a la carne molida y a la mortadela.

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Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud

La verdadera clase obrera es la clase media

(Destrucción y renacimiento del proletariado)

Manuel C. Martínez M.

Cuando Carlos Marx en su historiografía de El Capital, va a la Historia Industrial de los patronos y leyes ingleses, italianos, franceses y otros durante la incipiencia, el despegue y desarrollo del sistema capitalista en la vieja Europa, no sólo dedica cientos de páginas para soportar sus inferencias estadísticas acerca del antihumano grado de explotación del patrono sobre sus trabajadores, sino que en ella nos indica estadísticamente que el obrero, emergido recientemente del vasallaje y de las labores agrícolas y artesanales en general, todavía no terminaba de constituir una clase como tal, habida cuenta que la mayoría de esos patronos son pequeñoburgueses, comerciantes y gente de mayor instrucción tecnocientífica que para entonces fungen de explotadores de ese obreraje ignaro y de ínfima preparación técnica concorde todavía con aquellos procesos mecanizados y de palurda calidad industrial.

La creación de talleres va dando cuenta de la autonomía del artesano, y con el idealista Ádam Smith aparece la teorización y organización de la división del trabajo en varios obreros rasos para dar cuenta de la elaboración de una mercancía cuya producción antes corría cargo de un artesano y un aprendiz.

A lo sumo llegó a definir el estrato aristocrático del proletariado. Fue con el correr del tiempo, y con el surgimiento del gran capital, cuando la voracidad de ganancias y las mejoras productivas catapultadas por el desarrollo tecnológico va segregando a los obreros rasos de aquellos que debían ser hasta académica y universitariamente preparados. La universidad deja definitivamente de ser teológica y filosófica para rediseñar un currículo eminentemente tecnociéntifico.

Esa clase media, asalariada y emergente, es la misma que mutatis mutandis hoy está ideológicamente sometida al gran capital nacional y trasnacional, y ella misma ha creído verse como negación de la existencia de clases. Y como expresión de una dominación casi absoluta, de su ubre asalariada viven aflorando los más acérrimos epígonos del burguesismo. Estos, con inclusión de Premiados Nobeles, intentan demostrar cómo con *sudor y lágrimas´*, con *sacrificios*, con disciplina, con amor al trabajo y mil pamplinas más; cómo con adulancias a granel, con sumisión al gran capital y a los jerarcas de la oligarquía criolla e internacional se conseguiría *salir del hueco de la pobreza* formando una elite de mejores ingresos, al precio de seguir ignorando que siguen siendo asalariados por sus complejos de superioridad frente al obreraje de menor productividad y baja preparación técnica.

Es sintomático cómo la Administración Pública venezolana, por ejemplo, ha dividido al asalariado de sus nóminas jurídica y contablemente en *2 rolos*: los asalariados a quienes eufemísticamente se les registra como *empleados* (como si los demás compañeros de trabajo estuvieran desocupados), y los obreros ( como si los primeros estuvieran ociosos).

Y sintomático es el proceso de devaluación monetaria que el Imperio tecnoindustrial y trasnacional moderno viene aplicando con los obreros de la clase media de cara a mermar al máximo su capacidad de lucha.

Concretamente, en la idiotizada Venezuela con el Ex Presidente Luis Herrera C. vimos y sufrimos cómo nuestros bolívares de plata (Ag) fueron sumisamente canjeados por moneditas de níquel (Ni), estas por metal vil, y ahora con la presente devaluación de la presente República Bolivariana, la devaluación se concretiza en pérdida irreversible de su moneda frente a las fuertes divisas del mundo.

De resultas, creemos y sostenemos que estamos en presencia de una destrucción económica de esta clase media y asalariada en un desesperado esfuerzo del imperio para evitar la indetenible globalización el proletariado mundial, que hasta ahora ha sabido mantenerlo atomizado en grupos nacionalistas, al lado de los ingentes e improductivos reservistas industriales.

Digamos que el Imperio, en su aleteo por mantenerse vivo, está abocado a destruir al asalariado que ya venía despegando en conciencia y poder económico, y a potenciar (empoderar) al marginado, al excluido por el sistema como lumpen, para de esta manera reciclar el viejo status de una nueva clase media que empiece a encariñarse con los engaños de un sistema amante del individualismo, del independentismo personal y frenador de la lucha de clases.

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Los verdaderos beneficiarios del Primero de Mayo

Manuel C. Martínez C.

Efectiva y paradójicamente, pareciera que los verdaderos beneficiarios de los aumentos salariales inducidos y digitalizados por cualquier gobierno de turno, por ejemplo, para la Venezuela de hoy, bolivariano, y ayer, puntofijista, son los comerciantes e industriales burgueses en general quienes hallan en los ajustes salariales de cada Primero de Mayo un método expedito para acrecentar sus ganancias absolutas, como que si su mercado se hubiera agrandado. Y al asalariado le queda el triste recordatorio de sus colegas sacrificados por gobierno y patronos de aquella fecha fatal que hoy nos mueve a consideración.

Por ejemplo, la nómina burocrática que pagan los bancos venezolanos por encomienda del Estado crecerá mágicamente en un 27% aprox., como medida chiquita, desde el próximo 15/05/2005, y con ello su correspondiente alícuota de beneficios por el servicio involucrado. Esto parcialmente en cuanto al industrial de las finanzas.

Los comerciantes al detalleo desde el mismo Pro. de Mayo, si no desde hoy mismo, aumentarán contable y *justificadamente* sus precios de venta, salvo que el gobierno decrete en paralelo una severa y eficaz regulación de aquellos, cuestión que le resultará muy cuesta arriba por aquello de la libre empresa y el libre comercio.

Y es que para un industrial cuya ganancia sea la diferencia aritmética entre su precio de venta y sus desembolsos por costes primos y demás insumos concomitantes, la suba de sus erogaciones salariales que decreta cualquier gobierno lo inducirá irremediable y automáticamente a elevar lineal y hasta exponencialmente el valor de sus ventas. Ni qué decir que tales aumentos salariales cruzarán toda la estructura de costo de todo el aparataje productivo y comercial del país, de manera que forzosamente podemos hablar de una inflación directamente gestada por el propio gobierno nacional de turno.

El caso es que a partir de la teoría burguesa que soporta los procedimientos contables en uso, fincada en la Economía Vulgar, diligentemente practicada y beatificada por los Economistas procapitalistas, a cuya cabeza se hallan los Premios Nobeles de esta disciplina política, ningún patrono burgués concibe que ahora podría vender más y ganar más por el sólo hecho de que los consumidores tendrán mayor poder absoluto de compra; no, él no permitirá una bajadura en su tasa de ganancia, y consecuencialmente se limita a saber que a mayores ventas, mayores y proporcionales ganancias, mismas que él cree obstinadamente que proceden del mercado, y que a costos dados por materias de insumos diversos y salarios, sólo el excedente que recarga a esas erogaciones de caja suyas la representan. De allí su traslado de salarios propios y ajenos al precio de venta, de tal manera que pueda hacer extensivo y ganancioso ese aumento salarial que para él es simple aumento de sus inversiones.

El siguiente es un ejemplito numérico que esperamos radiografíe los efectos de los *aumentos* salariales generosamente otorgados por los gobiernos burgueses:

Insumos no salariales = 50; insumos salariales = 50; entonces, para una ganancia bruta de 50 (50% del costo), el precio de venta en el mercado = 150.

Si el aumento del Primero de Mayo del año X es = 50, entonces esos números serán a partir de dicho día:

100ins +100is + 100g = 300, y, de Perogrullo, el consumidor desembolsará a partir de ese Pro. de Mayo, *día del industrial y del comerciante*, céteris paríbus, ese mismo 33% de la oferta que desembolsaba antes del aumento salarial, pero el comerciante ahora se mete 100 de ganancia absoluta en vez de 50 que lograba antes, y de allí sus motivos para estar de fiesta. Y conste que esta sencilla contabilidad de pulpería es aplicada en todas las cadenas de intermediación comercial e industrial y en todas las ramas del árbol de la industria burguesa.

Una evidente inflación que dará cuenta de los cacareados aumentos salariales. Por esto, inferimos que la inflación sólo perjudica al obrero, mientras beneficia al patrono, razón por la cual es impropio seguir pregonando que ese fenómeno mercantil perjudica al país, habida cuenta que las pérdidas del asalariado necesariamente son contrarrestadas con ganancias para el patrono.

t11-04-2005

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El Antikeynesianismo

Manuel C. Martínez M.

Debe seguir llamándonos a reflexión cómo una estrategia política coyuntural referida a la ruina económica de la Europa involucrada en la Segunda Guerra Mundial hizo historia en su oportunidad, hace ½ siglo, obtuvo rango de teoría económica y todavía, hoy, se presta para que los epígonos del decadente sistema capitalista cuasiglobalizado echen mano de ella para darle empleo a sus ociosos inventarios representados por la riqueza excedentaria que los productores de la misma no alcanzan a consumir con sus deficientes pagas.

Y sobre esa base, para el caso venezolano, decimos: Los efectos de un ocasional excedente monetario o de sobreliquidez en manos asalariadas tiene, en verdad, un inminente efecto alcista de precios, pero, para una economía gerenciable por *empresarios verdaderos*, muy capitalistamente animados por el lucro de la explotación industrial burguesa, que no pillos ni saqueadores del Estado, NI FINANCIADOS POR EL ESTADO mismo para su simple enriquecimiento personal o familiar, o de sus amigotes, entonces, a mediano y largo plazos los efectos de esos excedentes deben ser positivos en tanto y cuanto esos verdaderos empresarios harían las adaptaciones correspondientes de cara al aumento del volumen físico y premonetario de su oferta. Al final de cuentas la sobreliquidez inicial perderá fuerza.

E insistimos: Una reevaluación gradual del poder adquisitivo del bolívar o una mejora de su paridad frente al devaluado dólar, según lo venimos recomendando los *Defensores del bolívar*, y reevaluación perfectamente soportada por toda la reserva de dólares que cuantifican las Reservas Internacionales conjuntamente con los sobreingresos de petrodólares, se traduciría en incrementos de la liquidez de compra de los empresarios y, principalmente, de los trabajadores ordinarios así como de los beneficiarios de los subsidios y de las moderadas subvenciones gubernamentales. A esto doy en denominarlo: el antikeynesianismo.

Repito: en consecuencia y en contra de la conseja tradicional e interesada, a manera de un keynesianismo invertido: es en salarios, en la cancelación de los Pasivos laborales, como parte intrínseca de la Deuda Interna, hacia donde debe volcarse cualquier excedente de reservas que deriven de acumulaciones de dólares más allá de las exigencias mínimo-máximas internacionales, amén de usar buena parte de ella para la cancelación parcial de la Deuda Externa que es, si a ver vamos la principal razón de ser de dichas reservas, y a menor deuda, menores reservas.

Esa Deuda Externa es expresión permanente de la política keynesiana, la que a título de supuestas ayudas han pretendido equiparar las circunstancias de aquella Europa con la carencia de capital originario en estos países de escasa preocupación industrial, y es lógico inferir que el pago de esta deuda con rebaja del capital principal de Perogrullo nos garantizaría excedentes presupuestarios que entonces se dedicarían al proyectado desarrollo endógeno venezolano que lleva adelante el Presidente Hugo Chávez, un desarrollo endógenos que personalmente he considerado una continuación de la vieja política puntofijista en tanto y cuanto no es con empresarios dueños o condueños de esas empresas como saldremos de este pernicioso sistema burgués. Ahí está esa Europa, 50 años después debatiéndose en acomodos y reacomodos de nunca acabar a pesar de haber recibido todos los auxilios financieros que el capital internacional invirtió en sus países miembros.

Y es que, en contra de la propuesta keynesiana, el verdadero motor de la economía de cualquier país es el poder de compra del consumidor, ya que seguimos desconociendo aún la existencia de algún empresario que haya invertido una unidad monetaria sin la garantía previa de una demanda económicamente rentable y efectiva. Pero, la conseja burguesa e interesada en el saqueo de los dineros de países naturalmente ricos, gracias a sus reservas mineropetroleras o agrícolas, ha vendido marcando al empresario privado como protagonista principal, al asalariado como un simple despilfarrador, y al Estado como un fiel y keynesiano financista proempresarial dedicado a las obras de mayor envergadura que el capitalista utiliza como plataforma técnica, y de paso con todos los escamoteos tributarios que caracterizan la gran empresa, y cuyo mando y control efectivo de la Economía Nacional traspasa los recintos de los galpones y oficinas privadas hasta llegar a los propios centros del Poder Político; es así, innegablemente así.

Definitivamente, debemos ir erradicando de nuestra economía la perversa y obsoleta política keynesiana, que sólo está indicada para momentos emergenciales, de posguerra, de poscalamidades en general, pero en Venezuela, por ahora, las empresas están allí con todas sus instalaciones semicociosas, con los parques industriales que les regaló el Estado, con las carreteras que, por cierto, debería ser costeada por los industriales del automóvil, y no por el Estado; esto es otra lacra de conseja económica keynesiana que hemos estado malaplicando: acondicionarle, por ejemplo, a General Motors, a Ford Motor C., y a otras afines las vías que requieren sus mercancías transportistas. Esta política del costeo de las llamadas obras de infraestructura carreteril, por parte del Estado, es la gran estrategia que utiliza el Imperio para distraerle a los estados neocoloniales sus recursos que bien podrían destinarse a fines *más endógenos* como mejoras en los salarios absolutos y relativos (mejor paridad cambiaria), la educación, la salud, la mejor alimentación.

Las carreteras o vías de comunicación no tienen la importancia económica que el burguesismo industrial le viene asignando en su oscurantista literatura económica keynesiana. Ocurre que: Dado un tiempo de viaje, en burro, por ejemplo, tan pronto llega la primera carga el día lunes, pongamos por caso, el día martes llegará el otro y así encadenadamente se garantizaría la continuidad y oportunidad del sumistro mercantil, tal como nos llega la luz solar que lo hace a la lenta (lenta, he dicho) velocidad de ocho minutos por cada envío de su radiante energético.

Y ocurre que el monto en dólares que dispone Venezuela, si bien es una variable, permanece como una constante cuando la distribuimos en varias aplicaciones. En vez de estar en esa Banca Externa, como lo afirma con sobrada razón el Presidente Chávez, las Reservas las podemos desviar parcialmente hacia otros depositarios, como serían los asalariados, los acreedores internos del Estado, la banca criolla, y si esta última es estatal mucho mejor, cosas así.

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PARADOJAS IDIOMÁTICAS

Manuel C. Martínez C.

En Filosofía y Matemática hay varios ejemplos de paradojas, antinomias y afines que tanto sirven para matarte el tiempo a muchos, así como para hacernos dudar con razón acerca de la universalización y completitud de muchos axiomas y asertos lingüísticos que tanto han enriquecido el currículum de muchos connotados filósofos y matemáticos de vieja y reciente data.

El idioma castellano alberga algunas otras contradicciones que perfectamente son calificables como paradójicas. Tal es el caso de la alumna/o a quien la maestra de Educación temprana invita a conjugar correctamente el verbo comer, en su modo indicativo afirmativo presente, y nuestra/o aprovechada/o e ingenua/o estudiante arranca diciéndole: Yo como, tú comes, él come, nosotros comemos, ustedes y ellos comen.

Que también se puede hablar en modo negativo no desvalida la paradoja en cuestión porque cuando la conjugación corra a cargo de quienes siempre comen en este sistema, estos mentirán al decir: *Yo no como*. Pero esa/e aprovechada/o alumna/o, más temprano que tarde, caerá en la cuenta de su tamaña mentira, cuando sus tripitas le entonan las consabidas contracciones intestinales y estomacales por falta de alimentación oportuna. (Obsérvese lo *pichacosa de esta disposición constitucional venezolana acerca del asexsualismo idiomático, mientras nuestra propia Constitución hace mutis ante la más bochornosa promiscuidad de nuestras niñas y nuestros niños en sus tempranos y bisexuales centros de estudio.

Paradojas y contradicciones de esas abundan en toda sociedad clasista, donde los idiomas son diseñados haciendo la más absoluta abstracción de la existencia de grupos o clases sociales donde, por supuesto, no todas ni todos comen, y la conjugación en negativo siempre adopta visos de afirmatividad.

Otra paradojita no menos llamativa es esta: A Fulanita, una rebelde cualquiera que aprendió a leer en este *improductivo* lenguaje castellano, le impusieron que los nombres o sustantivos propios *deben* comenzar su escritura con mayúscula. Pero Fulanita decide escribir su propio nombre con minúscula, y a partir de ese momento para todos suscribe *fulanita*, y cuado le dicen que está incorrectamente escrito les dice que hasta su modo de escribir su nombre es propio, suyo y de ella, y como tal lo puede escribir como le venga en ganas, y hasta así: Phulanita, phulanita, Fulanita, fulanita, cosas así.

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Dinámica de la Propiedad Artística Europea

Manuel C. Martínez C.

Estamos dirigiendo estas observaciones hacia el acervo pictórico y escultórico de los principales museos de Bellas Artes europeos, con el Louvre y los florentinos a la cabeza.

La admiración que los pueblos de América y el venezolano sienten por esas obras exóticas comienza desde la educación secundaria nacional en cuyo pénsum de estudios tiene fuerte peso el programa de Educación Artística. Esta incorporación de esta asignatura en la raíz misma de la Educación Venezolana es un recurso imperial conocido psicológicamente como efecto subliminal. Según ese programa, primero se nos imbuye y condiciona nuestra admiración hacia la producción artística europea, y mucho después se nos habla y escribe sobre la autóctona.

El punto es que en esos escenarios artísticos de vieja tradición transcultural se recoge una evidente evolución de la riqueza producida por las continuadas expropiaciones que los grandes imperios occidentales practicaron y siguen haciéndolo en el continente más tardíamente incorporado a la cartografía internacional.

Los primeros invasores más connotados, como los españoles y portugueses, así como los ingleses, holandeses y franceses, primero practicaron el saqueo en especie mediante la sustracción de ingentes masas de oro, plata y piedras preciosas. Para estos países costeros y peninsulares fue vital el aguijón de la necesidad de una ruta más corta para comerciar con el Lejano Oriente desde donde importaban mercancías de exquisito consumo: sedas, especias y demás exoticidades. En términos de propiedad privada, esa forma de apropiación por invasión original representó el abuso que les permitió a dichos intrusos erigirse progresivamente como imperios postmedievales.

Y ocurrió que con esta riqueza, hoy por hoy indiscutible y comprobadamente mal habida a todas luces, pudieron financiar y costear la producción artística que entonces estuvo muy estimulada, sobre todo en materia pictórica y retratística, en una época donde los recursos de la fotografía brillaban por su desconocimiento. Ni qué decir acerca del auge que tomó la representación en lienzo de las divinidades justamente al comienzo de la universalización de la flamante y monoteísta religión cristiana. Esta segunda etapa puede considerarse como el uso.

Y llegamos pues a la presente etapa cuando la colección y recolección de galerías de bellas artes, con ayuda de los aportes privados de familias muy enriquecidas durante la etapa imperialista, permitieron erigir los museos que bañan casi toda la "atractiva y turística ruta " geográfica de la moderna Europa.

Esta etapa actual representa el usufructo que están haciendo ahora esos países mediante la explotación de sus raídas y derruidas obras pictóricas (La Gioconda), sus deteriorados y descoloridos cacharros, sus mutilados ( Venus de Milo) y afines para que el visitante de este continente siga enriqueciendo a los mismos abusadores y usuarios de la misma riqueza origiriamente americana. Tal es la dinámica artística con sus tres principales componentes de la propiedad privada: abuso , uso y usufructo presentes en la pinacoteca, arquitectura y

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PENSAMIENTO HOLÍSTICO

Cualesquiera que sean los orígenes primarios que *individualmente* nos atribuyamos, carecerán de confiabibilidad mientras sigamos observando al Todo como si este estuviera allá, y nosotros acá, ya que con semejantes monovisiones nunca superaremos nuestra propia subjetividad.

En la siguiente exposición, tanto *allá* como *acá* quedarán fuera del juego.

Digamos que nuestra visión ocular e interpretativa como espectadores, a pesar de las permanentes renovaciones que de ellas vivimos haciendo, nos revela que es verdaderamente imposible abarcarlo todo con una mirada por muchas vueltas y angularidades que le demos a nuestra cabeza.

Efectivamente, solemos despegarnos del Todo como si en él no pudieramos estar. Monovisualmente percibimos que es el Sol el que gira alrededor de la Tierra, y no lo contrario, así como vemos viejos y niños en la sociedad, e inconscientemente rechazamos que seguiremos siendo lo uno y lo otro, y hasta todo lodo lo contrario.

El mayor latifundista real que registra la historia, idiotizado por su egocentrismo absoluto, cuando arribaba a la parte Este de su vasto territorio muy posiblemente desconocía en mucho los cambios operados en su antípoda y mal habida propiedad territorial.

Toda posesión está holísticamente limitada, y la Naturaleza está paradójicamente abierta para nuevas apropiaciones.

Por ejemplo, las versiones sobre una pareja humana pionera en materia progenitora de nuestra humanidad, dejan en blanco su propia prehistoria. Filósofos y científicos modernos buscan pruebas más conmensurables, y la de la evolución discontinua de las *amebas azuladas* hasta el hipercomplejo *hombre asalariado* es la que manda ahorita, a pesar de contener el veneno racista de haber citado a un mono de coloración pardonegrizco que, por cierto, les facilitó a los vendedores y consumidores de esclavos del Occidente europeo ver en el habitante africano una rareza de la Naturaleza porque ellos se han considerado ancestrante liberados de la encubridora melanina.

La versión darwinista nos hace depender, como animales, los unos de los otros, en una cadena retroactica que cae en la siguiente paradoja:

Si la evolución biológica fue tal como la vio Darwin y su ayudantaje, cada especie cohabitante albergaría permanentemente su propia evolución. Del hombre se esperaría un posthombre, y del mono vigente un clon natural del hombre actual; y así, en todas las especies zoofaúnicas conocidas. De resultas, se hipotetizaría sobre el *hombre X*, para X = 1 a infinito

Pero la visión aholística nos lleva a una visión de quietud de unas partes que, a manera de espejismos nos lucen congeladas, independientemente de que se mueven en su mundo de subrealista y abreviada vida.

De tal manera, ¿telúricamente, no estaríamos ya superpoblados con las especies conocidas y aholísticamente contabilizadas, sino también con sus respectivos homólogos, ahorita en proceso de advenimiento y tal vez como seguridad de conservación HOLÍSTICA, ¿ o es que acaso tal evolución se lleva a cabo ante nuestra nariz y sólo vemos su microciclo de especie, sin poder apreciar el macrociclo del Todo?

Los siguientes ejemplos pretenden arrojar más luz que la que nos alumbra:

Los diletantes de Beethoven, Mozart, Schubert, etc., y el público musical en general viven preguntándose quién de ellos es o fue el mejor. Unos afirman que cada uno tienen su particular y fascinante encanto; otros, que responden a diferentes estilos, y otros terminan con determinado favorito, gracias a unas gradaciones cualitativas de incomnesurable y subjetiva apreciación.

Ahora bien, si pudiéramos oír por primera vez sus creaciones, e ignorar el nombre de sus autores, a todas y todos los calificaríamos como maravillosos productos con calidad uniforme como si procedieran de la sociedad , de sus escritores y compositores, de los fabricantes, del instrumentaje, de los ínterpretes y los variopintos productores de sonidos que su habitat despliega en cada instante por sus tres o más dimensiones.

Otro ejemplo: Al visitar una galería de pinturas alimentada con Matisses, Picasos y Dalíes, bajo las mismas condiciones del ejemplo anterior, como subastadores en puja no pagaríamos ni un céntimo monetario más por ninguna de las piezas contenidas en la muestra, porque sencillamente todas y cada una de ellas contiene el mismo valor y la misma belleza de todas.

Es que la Holística nos permite despersonalizar las creaciones del hombre, y ella es clave para la comprension de muchas cosas supuestamente conocidas, y no precisamente por acercamientos y renovaciones perfeccionistas propias de la dinámica investigativa de teóricos y practicos.

En esa despersonalización brindada por la H. dejaríamos atrás el componente cuantitativo del desarrollo dialéctico, a pesar de que supondría una violación adicional a las leyes físicas tradicionales. Por ejemplo, si nos acogemos al pensamiento h. en las sesiones parlamentarias de los regímenes correspondientes, ya no podríamos aprobar leyes que, a pesar de su desaguisada formulación, hasta de inconveniente aplicación para el colectivo, terminan privando por el sólo hecho de que la mayoría cuantitativa parlamentaria con sus alzadas manos así lo determine. La H. nos sugiere que bastaría la voz racional y beneficiosa para todos de un (1) diputado para que esta sea la que rija los destinos del país, en caso de que fuere contextualemnte coadmitida sin necesidad de contabilidad alguna.

vemos también, que seguimos aferrados a pensar que la creaciones humanas tienen un propietario privado. A Carlos Marx, el genio que más objetivamente valoró la propiedad colectiva, paradójicamente le seguimos atribuyendo propiedad personal sobre su creación, y así lo hacemos con Einstein, con Galileo, Aristóteles, Pitágoras, Da Vinci y no paremos de contar.

La tarea investigativa consecuentemente no tiene fin, pero este más se aleja en la medida que estemos partiendo del mismo supuesto de que podemos erguirnos para mirar y observar la ceación total del Universo desde una presuntuosa atalaya ubicada en la microscópica pupila de un curioso y atrevido especulador.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Los ingleses pisotean y evaden la Izquierda

Casi todo el mundo conoce la peculiar forma de transitar en vehículos que caracteriza al chófer inglés. Lo hacen por la izquierda, y el volante de sus transportes se halla a la derecha, es decir, al revés de lo que ocurre en América, el resto de Europa y, tal vez, del mundo vehiculizado y automotor.

Bien miradas las cosas, eso significa que los ingleses, prepotentes por excelencia, como buenos colonizadores , esclavizantes y aburguesados, que lo han sido desde la segunda y tardía mitad del siglo XVIII, con su manera de transitar por la izquierda, a ésta políticamente la pisotean, y al poner el volante a la derecha del vehículo, están evidentemente evadiendo la misma Izquierda.

En concordancia con lo que venimos afirmando, nos resulta pasmosamente emblemático la curiosa disposición del texto que adorna los lomos de su afamada *Encyclopædia Britannica*, expresión evidentemente cargada y respetuosa de latinismos adquiridos de la Roma Imperial.

El caso es que el título de dicha obra aparece escrito verticalmente, y de tal manera que su lectura queda facilitada sólo si nos colocamos a la izquierda de uno de los correspondientes lomos, lo que obliga al lector a mirar hacia la derecha.

A tal punto ha llegado y se ha sostenido la recalcitrantidad y derechismo de los distinguidos y refinados hombres paisanitos de Shakespeare.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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La gravedad esculpe la vida, parte II

Son tantos los ejemplos de armonización entre Fauna, Flora y el petulante *homo sapiens*, que, a veces, llegamos a inferir que todo lo que el hombre construye y destuye formaría parte de un sólo programa ensayado infinitas veces hasta nunca acabar.

La autoría de ese macro proyecto no forma parte de estas disquisiciones, ya que en esta segunda entrega acerca de la asombrosa facultad in natura que como escultora tiene el entorno del cual somos simples habitantes, sólo queremos asociar las fuerzas físicas que nos garantizan la potencialidad del disfrute de ríos y riachuelos, mientras las mercantiles manos del hombre no disponga torcerlas a su capricho de insatisfactibles ganacias monetarias.

Así, decimos que tanto en ríos y riachuelos afluentes, como en receptores de primer orden y más allá de estos, hasta las correspondientes desembocaduras marítimas, está presente la ley de gravedad aplicable a los cuerpos en caída libre.

Efectivamente, a lo largo de sus cauces, la acuátil masa va cobrando velocidades aceleradas en la medida que se va acercándose a sus llegaderos. Esta fuerza de caída, no tan libre, es requisito físico sine qua non para enfrentar con éxito la poderosa masa marina que la otra masa fluvial intentará penetrar para ocuparle parte de su inmenso volumen acuoso.

Pero, como todo cuerpo en caída, las aguas fluviales se desplazarán tanto más lentamente cuanto más alejado se halle el atrayente río recipiente y/o el distante mar que terminará *endulzando* sus saladas aguas. De otra manera, no podríamos concebir que los ríos y riachuelos socabaran sus priopias cabeceras con impetuosas aguas, cuestión reservada a la sapiente gestión del hombre de negocios, burgués hoy, ayer enfeudado, y más atrás, esclavizador de la mano de obra que los ha enriquecido a todos.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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La gravedad mueve la vida

De casi todos nosotros es sabido que en la fuerza de atracción recíproca experimentada por los cuerpos físicos a estos les va su movimiento perpetuo, salvedad hecha de obstáculos potenciados para entorpecérselos.

Con las formas corpóreas inorgánicas, cilíndricas, regulares o cónicas, y esféricas, tenemos el mejor ejemplo emparangonable con la caminata de cudrúpedos, y bípedos muy especialmente.

Porque de casi todos es sabido también que cuando caminamos provocamos en nuestro cuerpo un desequilibrio por desplazamiento de nuestro centro de gravedad, ya que al avanzar, digamos, la pierna derecha tendemos a caernos, y no lo hacemos porque entra en nuestro auxilio la otra pierna, que, a su vez y contradictoriamente, provoca una nueva inestabilidad, de tal manera que inequívocamente el ciclo va repitiéndose mientras dura la caminata emprendida.

Entonces, las conocidas rolineras que tan últiles resultan en maquinarias y equipos industriales, son el más *vivo* ejemplo de desequilibrios físicos subsanados mediante nuevos desequibrios que van sucediéndose a lo largo de la infinita trayectoria circunferencial qque represnta la sumatoria de los puntos tangenciales involucrados.

Así, la bola colocada sobre un primer punto de un plano inclinado cualquiera se halla en desequilibrio, y en la medida que cae con miras a logra la estabilidad ausente, esta le resulta inalcanzable, habida cuenta que seguirá con desestabilidad permanente ya que estará saliendo de un un desequiñibrio para entra en otro mientras no halle la corresapondiente fuerza contrarrestante que la detenga.

Por eso decimos que la gravedad mueve la *vida* hasta la los cuerpos más inorgánicos a los que erróneamente se la hallamos negado.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Sociedad Amigos de la Salud *

La gravedad esculpe la vida, parte II

Son tantos los ejemplos de armonización entre Fauna, Flora y el petulante *homo sapiens*, que, a veces, llegamos a inferir que todo lo que el hombre construye y destuye formaría parte de un sólo programa ensayado infinitas veces hasta nunca acabar.

La autoría de ese macro proyecto no forma parte de estas disquisiciones, ya que en esta segunda entrega acerca de la asombrosa facultad in natura que como escultora tiene el entorno del cual somos simples habitantes, sólo queremos asociar las fuerzas físicas que nos garantizan la potencialidad del disfrute de ríos y riachuelos, mientras las mercantiles manos del hombre no disponga torcerlas a su capricho de insatisfactibles ganacias monetarias.

Así, decimos que tanto en ríos y riachuelos afluentes, como en receptores de primer orden y más allá de estos, hasta las correspondientes desembocaduras marítimas, está presente la ley de gravedad aplicable a los cuerpos en caída libre.

Efectivamente, a lo largo de sus cauces, la acuátil masa va cobrando velocidades aceleradas en la medida que se va acercándose a sus llegaderos. Esta fuerza de caída, no tan libre, es requisito físico sine qua non para enfrentar con éxito la poderosa masa marina que la otra masa fluvial intentará penetrar para ocuparle parte de su inmenso volumen acuoso.

Pero, como todo cuerpo en caída, las aguas fluviales se desplazarán tanto más lentamente cuanto más alejado se halle el atrayente río recipiente y/o el distante mar que terminará *endulzando* sus saladas aguas. De otra manera, no podríamos concebir que los ríos y riachuelos socabaran sus priopias cabeceras con impetuosas aguas, cuestión reservada a la sapiente gestión del hombre de negocios, burgués hoy, ayer enfeudado, y más atrás, esclavizador de la mano de obra que los ha enriquecido a todos.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Ex esclavos de USA y ex esclavos de Venezuela

Como algunos historiadores y sociólogos venezolanos lo señalan, con gran peso profesional y de indubitable objetividad (Laureano Vallenilla Lanz, Rufino Blanco Fombona,...), la Independencia colonial de Venezuela pasó por una verdadera masacre entre los distintos estratos oligárquicos de aquella época, muy unidos y hasta *felices* hasta que a Napoleón I se le ocurrió descabezar el reinado español con el secuestro de Fernando VII.

Digamos que entre la España napoleónica y la Venezuela mantuana no hubo guerra alguna, pues toda ella se escenificó endógenamente entre parientes hispanovenezolanos, entre burócratas representantes del defenestrado Rey, sus recaudadores de impuestos y policías de marras; entre Blancos peninsulares y blancos criollos, ambos igualmente esclavistas: entre padres y abuelos realistas con hijos, nietos y sobrinos venezolanos, quienes se enfrascaron en una guerra fratricida catalogada como *guerra civil*, no independentista en sus comienzos ni objetivos primarios. La causa de tal guerra civil fue el resultado coyuntural de desigualdades estructurales entre los blancos privilegiados, *descendientes* de Colón y de los conquistadores e invasores, y los descendientes de estos en tierra firme.

Ocurrió que finalmente la muerte masiva y el casi exterminio de ambos bandos, sumados a la acefalía real peninsular, culminó con el cese del yugo español, y así dicha guerra derivó en una suerte de Independencia por defecto.

Como quiera que los beligerantes usaron y se repartieron como soldadesca a los indios, artesanos y campesinos, y sobre todo a los esclavos que habían comprado y/o heredado, sucedió que cuando estos últimos fueron liberados de esa oprobiosa condición infrahumana desde los primeros años de esa guerra civil, como cebo para animarlos a participar en una contienda que en nada podía favorecerlos y ex esclavitud que se nacionalizó con Monagas(1854),esos esclavos psicológicamente adujeron que con su libertad quedaban exentos de toda obligación laboral.

Sociológicamente, eso podría explicarnos un poco el tipo de industriosidad que prendió en la idiosincrasia del venezolano medio. Los rendimientos y la productividad característicos del obrero venezolano no son un secreto para nadie, salvo para los parlanchines y demagogos que han hecho panegíricos electoreros, negando esta realidad y atribuyéndole a este trabajador venezolano, a estos ex esclavos, una defectuosa proclividad para el trabajo responsable, unas cualidades de las que original e históricacamente no está muy bien dotado.

Por el contrario, los ex esclavos de Norteamérica, con la asunción al Poder de Abrahán Lincoln, dejaron de ser esclavos del hacendado sureño para convertirse sin solución de continuidad en asalariados del industrial norteño. Esta liberación de la esclavitud agraria norteamericana vino a darse 87 años después de lograda la Independencia colonial (1863).

Es de inferirse que toda la laboriosidad de los trabajadores que lucharon por su Independencia de Inglaterra se conservó, y de allí sus innegables altos rendimientos y sustanciosa productividad que tanto le permitió a los pioneros del industrialismo burgués norteamericano enriquecerse como lo ha hecho.

Tales son algunas claras e históricas diferencias entre los ex esclavos venezolanos y los estadounidenses.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud *

Los DOCENTES,

PROMOTORES ad honórem de EDITORIALES BIBLIOGRÁFICAS y AFINES

Muchas personas, los estudiantes y comerciantes del libro y de la prensa, conocen el rol muy bien desempañado por los docentes de todo el sistema educativo nacional, quienes desde toda su vida preparatoria y profesional son los primeros clientes de las EDITORIALES PRIVADAS tanto nacionales como extranjeras.

Dichas editoriales cuentan con un mercado cautivo, con un Estado y unos Ministerios de Educación *Inferior* y Superior que desde hace décadas perdieron el hábito de supervisar exhaustivamente la calidad de los recursos bibliográficos que se distribuye libérrimamente en nuestro país.

Esas editoriales han sido incapaces de donar motu proprio ni un solo libro para que los docentes los evalúen con miras a su recomendación sí fuere el caso, y en todo caso deberían pagar por la correspondiente promoción que dichos docentes les vienen haciendo gratuitamente.

De buenos lectores y observadores es conocido que la mayor parte de nuestros libros son de tercera, desechados por los controles de calidad de las editoriales extranjeras, e irresponsablemente ofertados por las criollas, tanto públicas como privadas.

Sería pedirle peras al olmo esperar una mejor supervisión educativa por parte del Estado cuando esta viene corriendo a cargo de cuanto privilegiado con titularidad legal o amañada entra en el juego del reparto burocrático de cargos y contratos lucrativos que se han convertido en el verdadero Leitmotiv de nuestras instituciones. Por supuesto, estas usan la inducida necesidad de alfabetización y preparación técnica sistemática de vieja data para poder desangrar formalmente el Presupuesto Nacional con todos los visos de legalidad y legitimidad que viene dándose en estas sociedades burguesas.

De resultas, esas editoriales tienen conceptuados a los docentes y bibliotecas nacionales como simples clientes, como Promotores de sus mercancías bibliográficas, y gozan del amparo de políticos indiferentes o inescrupulosos , quienes, tal vez, terminan lucrándose prorrateadamente con la parte del lucro que por derecho propio a los docentes les pertenece.

Manuel C. Martínez M.

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Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud *

HERENCIA FENOTÍPICA y ULTRATUMBISMO

La gente de otrora, la que hoy identificamos como *nuestros antepasados*, de alguna manera intuyó nuestra continuidad como miembros de una sociedad que no se extingue.

Para ellos, el mecanismo de la eternidad terrenal estuvo identificado con la vida de ultratumba, y así fue como terminaron preparándose para *el más allá* de variopintos modos y formas: pirámides egipcias y mayas, acicaladas sepultaciones , oraciones perdonatorias, amenazas infernales a los malvivientes, etc., etc.

Es pues, a raíz de las inferencias científicas formuladas por los teóricos de la función fisiológica de la HERENCIA, cuyo más recordado y digno representante es el clérigo Gregorio Mendel, que los humanos terrestrísimos y mundanísimos, así como mortalísimos, cayeron en la cuenta de que la RESURRECCIÓN ultratumbal no es más que la expresión subjetiva de nuestra INMORTALIDAD objetiva, como reciclados descendientes de una especie biológica dotada del mecanismo resurrector de la herencia misma, y como respuesta , ésta, de nuestra reproducción sexual que nos condena ineluctablemente a morir como individuos (herencia genotípica), y a sobrevivir eternamente como especie (herencia fenotípica).

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud *

El ENCANTO de la INTIMIDAD

Entendida la Intimidad como un acto privado y personalísimo, que puede involucrar a dos o más personas, nada, absolutamente nada, puede violarla cuando se trate de una acción de corriente intimidad, o sea, nadie podrá jamás enterarse con certeza de los actos realizados en privado por una persona cualquiera, ni siquiera cuando alguno de los partícipes de la intimidad revele lo sucedido, habida cuenta de que siempre quedará la duda de su potencial charlatanería.

Tal es el encanto de la intimidad. Porque es un hecho que toda persona suele suponer que los demás suponen lo que aquella íntimamente hace, pero siempre será una suposición. Los modernísimos vídeos y medios fílmicos electrónicos tampoco pueden dar plena fe de lo acontecido en la intimidad.

Entonces, ocurre que podemos hacer, deshacer, cantar, bailar, coser, comer, descomer y muchas otras cosas más, solo o en compañía de terceros, pero para cada uno de estos siempre privará la inviolabilidad de lo acontecido, ya que siempre será respetada su intimidad como si no hubiere ocurrido nada, como si no hiciéramos lo que hacemos, ni deshiciéramos lo que deshacemos, ni cantáramos lo que cantamos, ni bailáramos lo que bailamos, ni cosiéramos lo que cosemos, ni comiéramos lo que comemos, ni descomiéramos lo que descomemos.

Sólo los actos públicos, donde simultáneamente todos presencien lo que los concurrentes hagan, pierden el encanto de la intimidad, son acciones conocidas plenamente por todos y nadie podrá negar que hizo lo fue visto, oído u olido por todos.

Pero no es porque se trate de acciones comunes a todo ser humano la razón por la que no tiene gracia apuntar ni reseñar las intimidades de terceros, sino porque encantadoramente sólo nosotros mismos podemos saber lo que íntimamente hacemos, y ni siquiera quienes atestigüen podrán hacer valer sus revelaciones so pena de quedar en ridículo.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud *

Arquímedes y la Relación erótica humana

Dos cuerpos alineados paralelamente y superpuestos frontalmente entre sí no pueden autoimpulsarse ya que si se apoyaran en sus extremos tenderían forzosamente a seguir paralelos y conservarían la angularidad de partida.

En el caso de la Relación erótica humana, bajo la forma convencional, vis a vis, los vientres planos juegan un papel determinante a fin de lograse una sana y satisfactoria práctica amorosa.

Basta con imaginarnos uno de los vientres abultados para que el paralelismo corporal deje de ser tal, y la pareja adopte ángulos más o menos obtusos, más o menos agudos, pero diferentes a cero grado angular. Cuando esta postura se da, se abre la posibilidad de que entren en juego las leyes arquimedesianas y el vientre de una de las parejas o los de ambas se conviertan en puntos de apoyo separatistas ya que los cuerpos en funciones forzosamente alejarían ora sus extremidades inferiores, ora sus bustos si estaban besándose, por ejemplo.

Digamos que los vientres sobreabultados facilitan un curioso vaivén que permitirá de todo menos el término de una extasiadora relación coital. Salvo que el hombre contranaturalmente esté dotado de excedentes penianos, o sacrifique parte de la relación, o sea que estaría impedido para besar en paralelo, lo cual también resta completitud al acto amoroso.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Sociedad Amigos de la Salud *

Los sonidos del micromundo

Manuel C. Martínez M.

26/03/2007

Hasta ahora, las investigaciones más precisas sobre la composición del micromundo se limitan a la observación óptica de las ondas electromagnéticas que simulan el ondulaje atómico de los electrones y afines, gracias al microscopio electrónico. Y esto deja incólume las limitantes de Heinsenberg en cuanto a la imcompletitud o cuadro de incertidumbre de cualesquiera observaciones por parte del hombre, ya que hasta los ligerísimos fotones se convierten en agentes perturbadores de la objetiva limpieza del objeto en estudio.

El punto que nos ocupa son nuestras especulaciones sobre el posible paquete de características sensuales que, en concordancia con la ley de simetría de la materia, pudieran tener las micropartículas, más allá de las impresiones oculares que hasta ahora disponemos..

¿Podíamos oír los sonidos de la fricción electrónica, a su paso por las infinitas órbitas que supuestamente describen en torno al núcleo atómico?, ¿ los sonidos emisibles por la apretada carga protóneutrónica? ¿y sus olores, sus sabores, temperatura, aspereza, etc?

No cabe duda que en ese micromundo debe haber una elevada producción sónica de frecuencias humanamente inaudibles por los mortales de término medio. Pero esto no debe animarnos a descartar esa sonoridad.

Especulamos que algunos artistas, poetas, investigadores de original calidad, y particularmente los músicos virtuosos, de alguna manera son sensibles al sonido del universo, en su pequeñez y en su grandeza.

De otra manera no nos explicamos cómo pudieron y pueden aquellos músicos, como Mózart o Beethoven, expresar mediante el sonido musical los portentosos ritmos, melodías y colores que llegaron a su mente antes de vaciarlas en las correspondientes partituras. El caso último caso es proverbial, habida cuenta de que buena parte de su producción musical la hizo en condición de sordera auditiva por sus deficiencias del órgano sensual correspondiente, pero conservando toda su capacidad *auditiva* directamente cerebral.

Tal vez no podamos *oler* al Universo sino las micropartes de nuestra angosta vecindad; tal vez no degustemos sus *sabores*, ni apreciar su temperatura, salvo la de nuestro entorno inmediato; tal vez no podamos tocarlo, pero, en cambio, sí podemos intercomunicarnos con él mediante los sonidos, a cuya velocidad estereofónica salen disparados desde cualesquiera parte del Universo para perderse en el infinito del mundo no vacío, y con suficientes intensidad, color y volumen llegar a los cerebros superdotados para tales efectos.

Cuando oímos a Frèdèric Chopin tenemos la sensación de que dialogó con entes de un dimensión desconocida por la mayoría de los seres humanos, pero que están allí y hay quienes la perciben y hasta conviven con ella por alguna propiedad con la la que son naturalmente privilegiados, para oír al mundo, al macromundo y hasta los sonidos del micromundo.

Sadelas

Sociedad Amigos de la Salud *

La metasensorialidad

En materia de sensorialidad humana, nos acostumbraron a una interpretación mecanicista y puntual (de primer grado). Así, tenemos entendido que, dado un estímulo óptico, una descomposición luminosa, por ejemplo, nuestra retina sabe percibirla o retenerla con el lenguaje de sus correspondientes ondas, y luego enviarlas al cerebro mediante su traducción electroquímica, para que finalmente sean procesadas y reconvertidas en los diferentes colores que inicialmente un objeto alumbrado le ofreció a nuestra curiosa vista.

Otro tanto podríamos decir de la sensación sonora, de la olfativa, de la gustativa y de la táctil. Digamos que un cielo despejado lo vemos azulado, los acordes emitidos por el violín los percibimos agudos, y el jugo de limón, con su acidez correspondiente. Pero la sensorialidad cerebral va más allá. Para nuestro cerebro las variopintas sensaciones aparecen supersutil o azarosamente combinadas, a veces yuxtapuestas, a veces imbricadas, a veces contrariadas, pero todas concomitante, articulada y armoniosamente empaquetadas en una suerte de menú memorístico que va alargándose o enriqueciéndose con cada una de nuestras metasensaciones de cualquier tipo.

Porque, pongamos por caso, un objeto de color de rosa necesaria e inevitablemente evoca rasgos de otros objetos, de ciertos olores, de ciertos gustos y sonoridades. Toda una percepción de multisensaciones interrelacionadas que son procesadas automáticamente cada vez que ponemos en marcha alguno de nuestros particulares órganos sensoriales.

Digamos que a cada paquete exógeno de sensaciones captadas que impresionan nuestros sentidos, se suman endógenamente las informaciones precedentes ya convertidas en recuerdos debidamente estructurados. A las informaciones externas y netamente objetivas nuestro cerebro añade todas las metainformaciones *subjetivas*, u objetivas de segundo grado o más, en una cadena explosivamente envolvente de datos cuyos detonantes requieren estímulos extraídos del mundo exterior, cuando nos hayamos en vigilia, pero cuyas percepciones cerebrales terminan autonomizándose cuando soñamos, o cuando, estando despiertos, nos abstraemos del mundo exterior e inmediato para penetrar metasensorialmente dentro de nuestro propio Yo a fin procesar toda esa información acumulada desde que se sensibilizaron todos nuestros órganos primosensoriales.

Tal vez usted haya experimentado el irrefrenable y complejo flujo de ideas que suelen venirnos a la mente cada vez que oímos a un interlocutor, cada vez que comemos determinado plato u oímos determinada pieza musical. A tal punto de que eventualmente llegamos a *perder* la concentración in situ para adentrarnos en la encrucijada de mil caminos, y la lectura del caso, el sabor del caso, o la audición correspondiente, si bien siguen impresionando nuestros sentidos, para ese entonces nuestro cerebro divaga a sus anchas por el copioso cúmulo de recuerdos que están allí precisamente para alimentar nuestras reacciones ante tal o cual experiencia sensorial de reciente factura. De otra manera estaríamos padeciendo de demencia senil o del embogado *mal de Alzheimer*.

Es esa metasensorialidad la que marca la diferencia entre informaciones subjetivas y objetivas claramente reconocibles pero que tanta confusión ha inspirado entre pensadores objetivitas y subjetivistas , y redundado en la precipua división filosófica entre idealistas y materialistas, no respectivamente.

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

La explotación de la mujer por la mujer

Manuel C. Martínez M.

Si bien es cierto que cuando háblase del hombre, como expresión genérica, allí queda subsumida la mujer, no lo es menos que a esta se le ha tenido después del matriarcado como un ser humillado, vejado y explotado económicamente, a tal punto que esa condición suya ha dado origen ibsenianamente a los movimientos reivindicativos feministas más diversos.

Pero, bien miradas las cosas, admitida como está la división social clasista-económica, no debe haber duda alguna acerca de la existencia de mujeres explotadoras, exprimidoras y vividoras en sí mismas; si no, pregúntenselo a los burgueses, a los jeques, artistas connotados, profesionales prósperos y a los demás hombres acaudalados a quienes sus adoradas mujeres no terminan de enjugarles sus ideshidratables bolsillos.

Efectivamente, mientras las compañeras del hombre humilde se han limitado siempre a trabajar como unas burritas y mulitas de carga y tiro (salvo las flojísimas, que tanto abundan para desgracia de sus maridos ), las queridísimas *doñas*, matronas y demás consortes de los industriales y ricohombres se limitan en su mayoría a darse la gran vidorra con asomos de *dolce vita*: los clubes, viajes , viajecitos, fiestas y fiestecitas, trajes y trajezotes , té y tezotes, son actividades que desfilan ininterrumpidamente en los cotidianos planes ocupacionales que les permiten a esas DIVINAS EXPLOTADORAS paliar su patológico y adorado tedio.

796-20-07-1997

Sadelas

(Sociedad Amigos de la Salud)

DÉJENME MORIR VIEJO

Manuel C. Martínez M.

Atención: No estamos insinuando *morir de viejo*. De lo que se trata es de los veloces cambios tecnológicos inclusivos de reformas arquitectónicas mediante anchuras de calzadas o eliminación de viejas calles, demolición del viejo casco de la ciudad que conformó nuestro hábitat, de reemplazamientos de estatuas, de edificios públicos, cambios estos que nos van borrando la historia de nuestra vida social.

También hablamos de movimientos demográficos por cambios en el uso de los espacios e inmuebles, generalmente destinando a actividades comerciales las viviendas de nuestros viejos amigos y conocidísimos vecinos.

Estamos pidiendo que, en razón de la brevedad caracterizante de nuestras vidas, no tengamos que llegar a viejo viviendo entonces con un entorno desconocido por quienes vieron surgir toda la población vecinal, sus calles, edificios, esquinas y demás lugares, y que en la medida que los vamos conociendo van integrándose tanto a nosotros que al ser derrumbados o sustituidos se llevan consigo una significativa parte de nuestras vidas, de nuestra historia.

Es entonces cuando, además de viejos, aparecemos paradójicamente como desinformados, tanto como pudimos estarlo durante nuestra niñez y adolescencia; seríamos unos viejos jovencitos o viceversa.

Por eso sugerimos que nos dejen morir viejos en conocimientos, en relaciones públicas , en confianza en nuestros coetáneos y en nuestras cotidianas vivencias, cargados de historia, del paisaje que llenó nuestro espacio vital, vivencias en las cuales por longevos que lleguemos a ser gozaríamos del merecido ventajismo que nos brindaría el hecho de ser siempre los más informados sin que ello suponga dotaciones diabólicas.

917 año X y VIII 21-05-1998

Sadelas

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Curiosidades IV

Si usted se halla, pongamos de ejemplo, en el último piso de un edificio y desea bajar hasta la planta baja, debe pedir el *último piso*; es un asunto de simple relatividad espacial.

Los nombres propios, extranjeros para uno, son de partida intraducibles, máxime cuando estén referidos a personas. Así, por ejemplo, Charles, Peter, Marzha y John deben seguir siendo: Charles, Peter, Marzha y John, respectivamente, mientras se les emplee para identificar a tal o cual Charles, Peter, Marzha o John, quienes, como personas, hayan sido así bautizadas en su país de origen, y a nadie se le ocurrirá dirigirse a ellos como Carlos, Pedro, Marta o Juan, en la seguridad de que no se darán por aludidos. Desde luego, Charles y Marzha pueden equivaler a Carlos y Marta, respectivamente, pero sólo como nombres potencialmente atribuibles a otras personas de origen latino en el momento del bautizo. Tocamos este punto porque abunda la literatura con traducciones latinas de nombres extranjeros. El caso es que cuando se ha tratado de George Washington se le señala como *Jorge* W., e igual, cuando leemos *Carlos* Dickens como traducción de Charles D.

Los cajeros bancarios venezolanos no han podido perfeccionar su infimísima* productividad. Como sabemos, además de desplegar, alisar, cuadrar, clasificar por colores y denominación; además de empaquetar, precintar, sellar y contabilizar los billetes recibidos en depósito, desvergonzadamente y ante la pacienzuda calma del depositante sólo les falta ordenarlos alfanuméricamente, según los seriales ad hoc, para que así sea máximo el grado de resistencia que viene imponiéndoseles a los usuarios de esas instituciones financieras tan estimadas y *timadas* por los huéspedes de Miraflores.

Los cacareados, y connotados como buenos, salarios reinantes en EE UU y en algunos otros países *eurogases* tienen como contrapartida el sacrificio de ganancias domésticas que practican los inversionistas de allá, aquí, con cargo a las superganancias que ellos mismos derivan de las elásticas políticas operativas que los gobiernos hispanoamericanos les ofrecen. De allí los pésimos salarios criollos y la baratura de las distintas y consabidas materias primas explotadas por esos generosos patronos yankees.

Las aves migratorias (pensamos) no vuelan per se. En sus largas trayectorias invernales e intercontinentales se limitan a tomar el transporte eólico que les brindan las periódicas corrientes de vientos norte sur y viceversa. Como quiera que se trata de corrientes bimensuales y/o bidireccionales, invernan acá y veranean allá. Porque de otra manera no puede entenderse de dónde van esos debiluchos seres a sacar tanta energía para cubrir tan tan largas rutas, ni podemos imaginarnos el recalentamiento muscular que tan prolongado ejercicio supondría. Digamos que las aves no vuelan, sino que se trata de pasajeras en el suave vehículo del viento.

Los gallos del planeta viven comunicándose entre sí como si dispusieran de un Internet natural. Esto lo afirmamos porque matutina y vespertinamente estas aves cantan continuamente con una sonoridad y volumen audibles para radios acotados que van sensibilizando a los gallos vecinos y huéspedes de sus correspondientes periferias en un intervalo continuo de tiempo de 24 horas, de tal suerte que el área de intercomunicación se va espaciando durante períodos de tiempo en unos husos horarios que cubren la Tierra misma. De allí que su canto se deje oír en las madrugadas y en las tardes, porque ambas fases son indistintamente madrugadas o atardeceres, según el hemisferio donde nos hallemos. Porque el gallo de su vecino, o el propio, suyo, de usted, luego de emitir su adorable e inmolesto *quiií quiri, quiií*, tardará unas 12 horas en recibir respuesta canora de sus congéneres del lejano oriente, gallos esos que a su vez la recibirán de suyo unas 12 horas después de su inalámbrica y eólica transmisión. De otra manera: pregúntese: ¿cual es el gallo que inicia el concierto?

Todos los vivos nos intercomunicamos oral, escrita, directa, indirecta, alámbrica o inalámbricamente, de espíritu a espíritu, y cuando muérese alguien, este se desalma o desespiritualiza por cuanto con la biodegradación de su cuerpo visible va metamorfoseándose la base misma de de nuestra conciencia (animación) y de de nuestra capacidad parlamentaria, de tal manera que entre espíritus andamos sólo mientras vivamos.

Los pintores y sus críticos han estado plasmando y evaluando unas obras que, más que reproducción de modelos prefabricados por la realidad misma, han sido creadas por dichos pintores y siempre imaginativamente, añadiendo aquí un retoque, suprimiendo otro allá, según patrones como: ideales de belleza, de perspectiva, de simetría etc. Ha sido poquísimo lo que han dejado a las desviaciones normales del azar, de la naturaleza autónoma que sí caracterizan originalmente toda obra exterior a la mente de pintores y críticos suyos. Por esto el movimiento fauvista ha tenido tanto éxito revolucionario, pictóricamente hablando.

Cuando la gente de habla anglosajona habla sin conocimiento de nuestra gramática, lo hace con respeto de la suya propia. A tal efecto, las *tarzanadas* son un magnífico ejemplo de este aserto. En la expresión: <> o <>, instintiva o inconscientemente ese parlante y traductor conserva la invariabilidad del verbo inglés en su primera persona y se limita a variarlo en su tercera como lo estipula la gramática inglesa.

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* Hemos adecuado nuestro léxico a la reciente reforma de la Real Academia de la Lengua Española, recogida en su Diccionario lexicográfico, en materia de superlativos y comparativos adjetivales. Esa honorable academia admitió el vulgarismo *buenísimo* y afines como opción a óptimo, cosas así, y de allí que podamos, y así lo hacemos, crear un extrasuperlativo para los tradicionales. Diremos en lo adelante: infimísimo, optimísimo, mejorísimo y cuanta vulgaridad idiomática supuestamente popular y dinamizante se nos ocurra. Si el ignorante y analfabeto logró con su sistemática usanza la aprobación de sus aberraciones lingüistas, pensamos que si las comete el alfabeto su admisión debe ser más expedita.

Manuel C. Martínez M.

078_27_02-KK5 (#865, año XyVIII-05-03-1998)

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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033_20_10_KK2(26/5/87 Año V No. 149)

S A D E L A S

LOS GLÚTEOS AMPULOSOS

Aquí no se trata de la parte erótica: Se trata de percibir la relación directa, aunque no necesariamente lineal, entre el volumen y prominencia de las <> y el grado de civilización alcanzado generacionalmente a lo largo de la existencia de la especie humana.

Ocurrió que en las primeras etapas , correspondientes a la infancia de las sociedades, las asentaderas quedaron establecidas como órganos para sentarse; de aquí su nombre, y de allí la causa de su gran contenido de tejido adiposo, muy adecuado para que las personas (de ambos sexos) de entonces se posaran y descansaran o trabajaran. Y lo realizaban a cuero limpio, en contacto directo con la Naturaleza, vale decir que echaban glúteos a cualquier rolo 'e palo, a una piedra o al suelo para sentarse con su mullido órgano.

Con el correr de la civilización, fue diseñado un mueble conocido con el nombre de silla, la cual, primeramente, fue uno que otro taburete, tosco y duro, pero soportable gracias a la ampulosidad glútea. Pero la civilización continuó su proceso de desarrollo, y progresó más aún, como así lo hizo en una que otras regiones del globo terráqueo, aunque lo hizo de manera desigual y combinada.

De resultas, hubo civilizaciones que perfeccionaron aquella silla hasta convertirla en una que, si bien podríamos conocer de su existencia, muy probablemente no todos la usamos por limitaciones económicoclasistas. Me refiero a que hoy hay sillas dónde apoltronarse , artificialmente mullidísimas, las mismas que , diseñadas por las sociedades más avanzadas o más industriosas, hicieron que progresivamente la función original de los glúteos fuera desaplicándose hasta virtualmente extinguirse, hecho este que se manifestó en una progresiva reducción de su volumen de adiposidad y de curvilinealidad. Todo ello, mientras en otras latitudes, donde sólo hubo rezagos civilizatorios , y por razones inoportunas de detalle, la ampulosidad de los glúteos siguió vigente y se conserva casi sin alteración alguna, a manera de continuidad biosocial que sigue siendo muy útil hoy, como ayer, para que esos glúteos se presten para sentarse en cualquier orilla de acera o en un tosco y duro pupitre escolariego, en la tangente del tubo más cercano y hasta para hacerlo en el suelo pela'o. De manera, pues, que cuando usted vea glúteos prominentes, haga por segundos abstracción de su eroticidad, y mire en ellos sólo visos de de un primitivismo atávico en sus propietarios o portadores. De allí la relación entre la ampulosidad glútea y su origen primitivo.

033_20_10_KK2(26/o V No. 149)

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* Sociedad, en su sentido holístico, porque cada ser humano la representa. Sólo por desviaciones del pensamiento aún no enderezadas, tendemos a salirnos de ella, como si la primera estuviera allá, y el segundo, acá.

Manuel C. Martínez C.

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-(219-12-08-1988 Manuel C. Martínez M.

SADELAS

Sociedad Amigos de la Salud

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¿CÓMO y DÓNDE EXCRETABA el REY?

Relativamente, el conocimiento de las propiedades del aparato digestivo humano es de reciente data, y el del potencial patogenobacteriano del bolo fecal, más reciente aún. La Quimioterapia, por ejemplo, acompaña sólo al presente siglo (XX) y la Gastroenterología dista todavía mucho de agotar sus alcances.

Sabemos que hasta bien entrado el siglo XIX el planeta Tierra estuvo plagado de reyes y reinas, de reyezuelos y reinezuelas; es más, ellos sobreviven aún en cierta parte europea.

Es el caso, que ni con toda su carga de poder en lo material y celestial, político y económico, con su faraonía, sus glorias, alfombras, copas de oro, de plata y sus piedras preciosas a granel; con sus perfumes, plumajes, vinos y demás delicatesen, con todo ello, ni el rey ni su reina lograron superar la práctica de la defecación en bacinillas o vasos de cama, muy cómodos, por cierto, en aquellas casas de largos solares carentes de <>, como los que nosotros hemos conocido desde, aprox., comienzos del siglo XX. Estos vasos recolectores eran y son imprescindibles para evitar la peligrosa y larga caminata nocturna hacia el lejano Water closet que en principio siguió ubicándose el final del solar, como inercia arquitectónica de los entonces obsoletos <> de hoyo.

Hay una data de apoyo histórico perteneciente al sig. XI que revela la praxis de recolección de detritus, de cara al mejoramiento de los suelos agrícolas, y que, aunque de procedencia animal por excelencia, llevaba en su composición una considerable porción de heces humanas.

Porque es de inferirse que hacia esos mismos recipientes se canalizaban casi todas las aguas mayores y menores de esos seres humanos, y recipientes muy poco resguardados de moscas y moscardones, de roedores y demás alimañas de forzosa convivencia con reyes y aristócratas, a tal punto de que sus opíparos banquetes, incluyentes de manjares, exquisitas carnes frías y calientes, vinos y frutas varias, solían estar <> con las microscópicas muestras excrementales que aquellos insectos, ingenua e involuntariamente, depositaban sobre las comidas con sus patitas, en una suerte de función que podemos llamar: <>, y habida cuenta que la insalubridad representada por esos contaminantes es un asunto sanitarista que sólo viene ocupando al hombre del siglo XX, y aún así, no de igual manera en todas partes.

La moraleja de este artículo es que toda esa parte romántica y fantasiosa , todo el encanto frívolo y suntuario que acompañó a la aristocracia esclava y feudal, con sus ataviados caballeros y deslumbrantes princesas y doncellas, debemos observarlos y presentarlos en su amplio marco de condiciones socioeconómicas imperantes, entre ellas las de salubridad.

Y si hasta los reyes y princesas lucían brillantes por fuera y opacos por dentro, ¿qué pensar sobre la marginalidad social de entonces, y la de ahora?. Así: en esta Venezuela mía, viajeros y viandantes siguen valiéndose de improvisadas letrinas en montes de carreteras y en uno que otro solarón abandonado, porque indudablemente en nuestras ciudades y carreteras, el <> del ex presidente Pérez no escapó del derrumbe económico y administrativo que sobrevino a su estadio por Miraflores.

En síntesis: El cómo y dónde comemos, dónde y cómo excretamos , son las otras coordenadas sociales que nos ubican en la exacta dimensión de nuestros logros civilizatorios y sanitarios. Lo demás es ilusión novelística de historietas con chismes de color de rosa e intrascendentes.

SADELAS-PUBLICACIONES.htm

FRONTAL

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