viernes, 20 de marzo de 2009

Fin del keynesianismo

¿Hasta cuándo el Keynesianismo?
(Apología del Antiliberalismo o Capitalismo Regulado)
Manuel C. Martínez M.
20 mar. 09
El Keynesianismo ha sido una estrategia burguesa apologizada por aquellos empresarios de elevado giro financiero y energético. Estos le temen el derrumbe del sistema capitalista ante la presencia de muchos medianos y pequeños empresarios amenazados de ruina. La defensa del keynesianismo y su implementación tuvo al empresario inglés John Maynard Keynes a la cabeza. Digamos que él mismo fue su autor material e intelectual.
Oficial y paradójicamente, esta política económica intervencionista, o antiliberal, por así decirlo, viene aplicándose con mucho éxito desde hace más de 60 años. Su oportuno caldo de cultivo fue una Europa devastada al término de la Segunda Guerra Mundial (siglo XX), y en paralelo, lo fue la existencia de una sobreproducción real y potencial alcanzada por la “próspera” industria norteamericana. Una guerra que fue consecuencia de anteriores crisis económicas, en una suerte de causas y efectos exponencialmente cíclicos que cual pirámide espiralada con fauces agigantadas con cada vuelta que van engendrando las crisis precedentes.
También es un hecho notorio que desde hace sus buenas décadas la literatura económica se ha enriquecido con los detalles de semejante estrategia, habida cuenta de que mediante ella se ha “garantizado” la supervivencia y retoma del mismo sistema burgués cada vez que este se ve amenazado de extinción, pero que, cual maldición sisifiana suele recomponerse a partir de sus propios deshechos.
Los políticos inescrupulosos llegados al poder con el financiamiento de la misma oligarquía nacional, misma que funge de testaferros económicos natos de la alta oligarquía internacional, han visto en el Gasto Keynesiano un filón de corrupción que les ha garantizado el más nauseabundo enriquecimiento legalista y democrático y “soberanamente” constitucional. Hasta por las piedras es conocido que por cada dólar invertido keynesianamente los corruptos terminan embolsillándose otro dólar o más dólares con cargo al sudor presupuestario y tributario de los ciudadanos trabajadores.
A continuación damos una apretada síntesis de lo que podríamos llamar: Eficaz terapia para el Capitalismo en su fase transnacionalista:
<La esencia de la teoría keynesiana estriba en que el Estado burgués, con el fin de conservar y consolidar el régimen capitalista, debe intervenir activamente en la vida económica y asegurar elevadas ganancias a los monopolios capitalistas más importantes. Para ello, a juicio de Keynes, hay que fundar y ampliar empresas capitalistas a cuenta del presupuesto estatal, hay que prestar ayuda financiera a los monopolios.
No es pequeño el papel que confiere Keynes al desarrollo de las industrias de la guerra con el fin de aumentar el empleo de la población y disminuir el crecimiento del paro forzoso1. Para llevar a cabo estas medidas, Keynes y sus partidarios proponen elevar los impuestos que pagan los trabajadores, intensificar más aun el trabajo de los obreros.
Desde el punto de vista de Keynes, las crisis económicas pueden superarse regulando la circulación monetaria2. Para que se eleve la ocupación y se amplíe la producción, propugnaba Keynes que el Estado asegurara el incremento de la rentabilidad disminuyendo el salario real de los trabajadores3, redujera el tipo de interés, recurriera a la inflación4, mantuviera una política de militarización de la economía a costa de los recursos estatales, aumentara los gastos con otros fines no productivos5.
Entendía Keynes que el Estado burgués puede reducir el paro forzoso si se regula el consumo6, la inversión de capital en la producción y el nivel del tipo de interés.
Keynes y sus partidarios se han manifestado como apologistas del capitalismo monopolista de Estado7. Al mismo tiempo propugnan que el Estado burgués utilice a los desocupados en obras públicas que han de contribuir a que se incorpore fuerza de trabajo adiciona y a que aumente la demanda de artículos de consumo. Bajo el capitalismo los consumidores fundamentales son las masas trabajadoras, y sólo es posible aumentar en gran escala la demanda de bienes de consumo elevando el bienestar de las amplias masas populares, cosa que el keynesianismo no prevé. Carecen de bases científicas las tentativas de los keynesianistas en el sentido de explicar por motivos psicológicos8, las crisis de superproducción, las fluctuaciones de los precios en el mercado, etc., así como asignar al tipo de interés un papel extraordinario en la economía del mundo capitalista.
Las concepciones económicas de Keynes figuran en la base de la teoría de la “economía dirigida”, teoría difundida en el mundo capitalista, y que han incorporado también a su arsenal los socialistas de derecha y los revisionistas8. >> Tomado de: Multiautoría, ”Diccionario Marxista de Economía”, Ediciones de Cultura Popular, México, 1979.
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1) Paro forzoso: Cuota inevitable de desempleados derivada de una oferta de trabajo convencionalmente mayor que su demanda.
2) Regulación monetaria: Control de cambio de divisas a fin de que sean filtradas con preponderancia hacia la alta oligarquía en su condición de mejor postor. Los mercados “negros” surgen y se alimentan con cada CC. Obsérvese que estos mercados carecen de control y curiosamente sus agentes no son perseguidos por el Estado.
3) Disminución del salario real: El poder de compra del salario está en función de los precios de la oferta, y estos lo están en función del poder adquisitivo de la moneda nacional respecto de las divisas mundiales y capitalistamente fuertes, dólares, libras, euros y afines. Esto despeja cualquier duda acerca de la antipopular y proburguesa defensa a ultranza que suele anidarse en la mentalidad infantil de muchos defensores de las “devaluaciones del bolívar” (caso venezolano).
Imperialistamente, keynesianamente, “entre gallos y…” en los pacatos y aristocráticos hoteles Bretton Woods se decidió adoptar el dólar como referencia básica calculatoria para el valor de todas las demás monedas del mundo capitalista.
Tan pronto fue endiosada la moneda fiduciaria y sacado del juego el “patrón oro”, la paridad monetaria nacional de los países carentes de autonomía económica fueron enraílados a la cola de un dólar cada vez más empobrecido e inorgánico.
Por cierto, la cuantiosa y nominal ayuda monetaria que hoy hace el gobierno de USA a la banca principal es en moneda megadevaluada, y de allí su abultado monto nominal.
4) La inflación. Se trata de un mecanismo crónico, recurrente, y derivado del carácter inorgánico del dólar y demás monedas atadas a su convertibilidad.
5) Gastos no productivos. La impune y descontrolada malversación de fondos es un buen ejemplo de ellos. El empleo burocrático proselitista es otro b. ejemplo.
6) Regulación de consumo: Se refiere a su orientación unidireccional, según decisiones del Estado, para favorecer empresas de dudosa rentabilidad, hoy llamadas e. intoxicadas. La bancarización del salario y demás pagos burocráticos a través de la banca privada es un ejemplo.
7) Capitalismo monopolista de Estado: Las nacionalizaciones revestidas de socializaciones dan cuenta de esta modalidad de intervencionismo estatal. Y
8) Un keynesianismo inductor de la “economía (capitalista) dirigida”: Obsérvese el copioso acervo de términos marxistas y leninistas que usual y aspaventosamente adorna el discurso de los reformistas y derechistas conductores de esos socialismos de laboratorio. Buscan con ellos ayudar a la supervivencia rentable de un sistema ya predestinado a morir, pero susceptible de “terapias intensivas” o de intubaciones varias.
Las manifestaciones populares parisinas de ayer, 19/03/2009, nos mostraron una masa de trabajadores que solicitaron el cese de la política keynesiana, buena para alimentar el capital dinerario de los empresarios venidos a menos, y su reversión en ayudas directas a la masas de los consumidores potenciales representados por los trabajadores empleados y desempleados y sin reservas monetarias suficientes para enfrentar las calamidades económicas que se avecinan.