martes, 20 de abril de 2010

La privatización de toda la Economía es inevitable

(El populismo agota sus días))

Manuel C. Martínez M.

17 abr. 10

Hemos conocido estados llamados socialistas en URSS, Yugoslavia y Cuba, sociedades donde el proceso de instalación del Estado proletario siempre ha arrastrado vicios del Estado burgués, digamos que la transición jamás se ha concretado. Se busca explicaciones. Jamás han sido socialistas en el verdadero sentido marxiano. Pero tampoco se conoce aún la completa capitalización o privatización de la Economía Nacional.

Venimos afirmando y denunciando que los gobernantes de los estados burgueses son explotadores natos a la par de los explotadores capitalistas. Estos extraen plusvalía, y aquellos plusproducto. El producto elaborado por los funcionarios de la burocracia masiva consiste en servicios públicos impagos, por cierto, más de tercera calidad que de primera. (Cónfer: http://www.aporrea.org/ideologia/a98705.html

http://www.aporrea.org/ideologia/a98546.html

Resulta curioso como los políticos y gobernantes demócratas de la última centuria vienen luciendo carismas socialistas, se abocan a muchas nacionalizaciones y defienden con mucho énfasis la no privatización de unos servicios públicos cuya prestación por esos mismos gobernantes ha transitado de fracaso en fracaso, con notorio malestar social, de insuficiencias y mala calidad , despilfarradora, malversadora y corrupta. La gran consecuencia económica de esa temeridad empresarial burocrática ha sido los Grandes e interminables Créditos Públicos sólo honrables mediante nuevos endeudamientos, cosas así.

Bien, lo fracasos socialistas y nacionalistas de todos sus ensayos tienen en común haber irrespetado las condiciones sine qua non que los cambios estructurales de los modos de producción exigen. La siguiente cita revela cómo se ha ignorado las críticas de Marx al respecto:

Entendemos por "sistema capitalista puro" a la libre explotación del trabajo asalariado disponible o extracción directa de plusvalor por parte de propietarios privados de medios de producción, esto es, sin interferencias políticas o estatales de ninguna índole. Tal es la tendencia irresistible que tiende a imponerse cada vez con más fuerza. Tendencia objetiva irreversible de no mediar una acción revolucionaria del proletariado mundial que rompa con la organización del trabajo y de la vida social y cultural basada en el modo de producción capitalista, en la propiedad privada de los medios de producción. “De Wikipedia, Internet (http://www.nodo50.org/gpm/yugoslavia/04.htm ).

Obsérvese que primero se admite la tendencia a la universalización máxima del sistema capitalista “puro”, pero contradictoriamente, “antimarxianamente”, se invoca la necesidad “revolucionaria” de arremeter contra ese desarrollo a fin de revertirlo. Eso irrespeta la filosofía materialista dialéctica, según la cual la existencia, la realidad social, ofrece las condiciones mismas para su cambio. Este cambio es ideado sólo cuando el desarrollo de las fuerzas productivas así lo reflejan en nuestra conciencia. Los yugoslavos parecen no entender bien el asunto marxista, pero no están solos en su desviación socialista. Por estos desviados caminos siguen transitando todos los modernos movimientos antiimperialistas”.

Un gobierno puede perfectamente asumir de nombre funciones socialistas pero seguir respondiendo a un Estado burgués. Este es, a nuestro juicio el Estado venezolano.

En la Rusia zarista, por ejemplo, no fue cierto que el Capitalismo se hallaba desarrollado como para dar el salto hacia el Comunismo. Lenin hizo esfuerzos teóricos descomunales a fin de demostrar lo contrario, pero no pasaron de ser unos justificativos para el asalto del poder por parte del socialismo bolchevique. (Cónfer: V.I. Lenin, “El desarrollo del Capitalismo en Rusia”). Los bolcheviques tuvieron éxito, se instaló la Primera República soviética, esta se amplió durante la postguerra y ya sabemos del paradójico aburguesamiento al final del estalinismo.

Ese ensayo y gobierno socialista no termina todavía de ser analizado más allá de la crítica que se hace del “dictador” Stalin, de sus desaciertos administrativos, de sus crímenes y asuntos afines.

El fracaso de la URSS suele atribuirse al mal gobierno estaliniano y la campaña anticomunista norteamericana, pero lo cierto es que se trató siempre de una muerte anunciada. No estuvieron dadas las condiciones estructurales y el ensayo se derrumbó. Las leyes económicas no son “Constituciones Jurídicas”, ellas son inviolables.

Es que la construcción del Comunismo pasa necesariamente por el Estado proletario. Este se caracterizaría por una férrea dictadura proletaria que mantendría frenada la aspiración de la clase burguesa por seguir disfrutando de su riqueza acumulada con cargo al proletariado. La clase burguesa, una vez que se den las condiciones, habrá perdido fuerza mercantil pero quedará mucho pequeñoburgués con sus mismos proyectos capitalistas. Estos se aferrarán al viejo modo con sus pequeñeces individualistas.

Hoy por hoy queda mucha tela burguesa que cortar. Significa esto que aún no están dadas las condiciones capitalistas y precomunistas para el salto al comunismo. Podría haber tentativas fallidas. El caso chino es proverbial.

Aquí estamos de acuerdo con la apreciación yugoslava:

Una de las parcelas del trabajo social todavía no incorporado como fuente directa de apropiación y disponibilidad discrecional de plusvalor por parte de los propietarios privados, está constituida por los trabajadores de las empresas del Estado, especialmente en aquellos países con burguesías nacionales débiles, dominados por regímenes políticos pequeñoburgueses del tipo nacional-populistas, con proyectos de acumulación de capital basados en un capitalismo de Estado burgués o de "desarrollo autosostenido del capital nacional", donde los Estados -constituidos también en empresas públicas- han venido actuando a modo de barrera de contención del capital multinacional privado, en salvaguarda de la pequeña y mediana explotación del trabajo asalariado. Son los residuos del bloque histórico de poder formado entre la clase obrera (en especial su aristocracia en gran parte localizada en las empresas del Estado) y la pequeña y mediana burguesía nacional "no monopólica". A excepción de Cuba -cuya excepcionalidad confirma la regla- a esto se redujo el antiimperialismo que floreció en los años inmediatamente posteriores a la segunda guerra mundial.”. De Wikipedia, Internet, http://www.nodo50.org/gpm/yugoslavia/04.htm

Tenemos un trabajo donde apuntamos en esa dirección: http://www.aporrea.org/ideologia/a61030.html

Pero también venimos describiendo cómo los Estados, es decir las sociedades donde existen clases sociales, una de las cuales es protestarla por excelencia y la otra es explotadora, cómo esos Estados, decimos, han estado defendiendo a la clase burguesa y, además, explotando al personal burocrático. Este personal es subpagado, vejado y pasa sus días de jubilación con pensiones de vejez sometidas a todas las fluctuaciones monetarias que esos gobernantes burgueses aplican al circulante: devaluación monetaria, inflación desgobernada, moras en los pagos, etc. (Ver vínculos de arriba, Segundo párrafo.)

Bueno, allí en esa ingente población burocrática está una buena reserva de asalariados dispuestos a defender con sus uñas cualquier modalidad burguesa que los saque de la deplorable situación en que los viene manteniendo el Estado burgués. Los conatos de nacionalización con apariencia de socializaciones ya no podrán seguir funcionando y el sector privado dará cuenta total de todas las empresas de servicios “públicos”. Hacia allí pudo apuntar el Nobelado Stiglitz cuando habló del “Hibridaje Estado burgués Empresa privada”. Será un paso hacia el control total de Economía. La empresa privada ya no se desentenderá de los Servicios públicos, liberará a sus funcionarios y los asimilará a asalariados. El populismo agota sus días y los vestigios feudales llegan a su fin.

Se buscará la máxima concentración de la producción total, sin la ineficiente e improductiva división actual de unas empresas privadas para algunas mercancías, y un Estado parasitario, feudaloide y explotador que no termina de convencer como gerente para cubrir eficientemente el cúmulo de necesidades sociales colectivas, masivas y paralelas que actualmente pretende satisfacer un Estado burgués que más se ocupa de explotar a sus funcionario que de resolverle problemas a la sociedad, más allá defender los intereses de la clase burguesa. Esta clase dará cuenta de esa retrógrada y anquilosada intromisión feudaloide oficialista en asuntos que por su naturaleza deben ser atacados privadamente. Esto forma parte del desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas que es condición sine qua non para el arribo a nuevos modos de vida.

Además, el comercio que fue la base de acumulación previa para el desarrollo del capitalismo mantiene apresado también una buena cuota de asalariables. Esto ocurre también en las cadenas financieras bancarias. Las empresas industriales burguesas actuales no tardarán mucho en reincorporar a sus fábricas las gestiones comerciales, y se habrán dotado se suficiente capital circulante como para desistir de las gestiones financieras actualmente en manos de terceros capitalistas.

El personal mercantil de comerciantes y banqueros se alzará necesariamente, exigirá mejores pagas que la tasa de ganancia mercantil ya no podrá honrar. Será entonces cuando el capital industrial dé cuenta de todas las funciones productivocircualtorias. El burguesismo habrá logrado la máxima concentración del capital, el populismo gubernamental habrá agotado sus días y toda la economía se habrá privatizado justo antes de darse el salto hacia el Comunismo.