miércoles, 25 de marzo de 2009

Salarios desiguales y combinados

Salarios desiguales y combinados

Econ. Manuel C. Martínez M.

25-03-2009

Desde nuestra más temprana edad, cuando empezamos a razonar, lo hacemos mediante reflexiones y juicios sobre las cosas que nos rodean tanto lejanas como mediatas e inmediatas, y sobre la conducta de nuestros semejantes y hasta sobre la de nosotros mismos.

Y si a algo le seguimos damos respuestas especulativas es a la evidente, cotidiana y todavía no suficientemente esclarecida desigualdad de los salarios existentes en estas sociedades de trabajadores, parásitos y patronos.

En este momento resulta oportuno reafirmar que de ninguna manera son trabajadores los patronos o inversionistas ni los supervisores de calidad laboral, ni los custodios ni muchos otros personajes que aparecen en nóminas y estados financieros de las empresas industriales de producción, comercio y finanzas. El hecho de recibir una paga sólo encarece los costos de producción, digamos que, por el contrario, merman el monto de ese Valor Agregado (VA), exclusiva y redundantemente, por esos asalariados, con el cual sus verdaderos creadores bien podrían salir de la pobreza donde crónicamente se hallan.

Tampoco son trabajadores los cuerpos burocráticos de índole no sanitaria ni docente ni procientífica. La policía, los militares, los tribunales, muchos ministros y gerentes gubernamentales, por altruistas y connotados que resulten, sólo limitan sus roles a coparticipar consuntivamente en dicho Valor Agregado (VA). Sus labores son tan improductivas como las de destapar huecos para rellenar otros, es decir, son más bien un Valor Desagregado (VD), y buena parte de su *justificación* contable responde al mismo proceso social que no termina por hacer de cada trabajador un hombre comunista, no sólo preparado técnicamente, sino moral, responsable y solidariamente comprometido con sus responsabilidades comunitarias, o potencialmente comunistas. Y sus pagas sólo sirven para la compra de servicios ineluctablemente importantes para la conservación clasista de la misma sociedad que los sostiene y los acuna.

Si, por ejemplo, los capitalistas renunciaran a sus ganancias, los costos de producción se vendrían abajo, y aquellos no podrían justificar su paga ni su riqueza adquirida a punta del curioso proceso laboral mediante el cual los trabajadores crean una riqueza mayor al monto de sus salarios.

Así las cosas, resulta interesante respondernos porqué unos trabajadores reciben mejor paga que otros, con independencia de su capacidad productiva. Es que en nuestras sociedades los salarios también se hayan muy desigualmente distribuidos, en una suerte de simetría social plenamente concordante con la desigualdad imperante que caracteriza la coexistencia de clases y conglomerados sociales, unas más parasitarias que otras, unas explotadodoras, otras sumamente trabajadoras, al lado de otras de indigentes y vivianes.

Quede claro que los irregulares y codiciados altos salarios que suelen recibir la alta burocracia, la alta gerencia y el personal administrativo superior de los organismos del Estado, ni de los de las grandes empresas industriales, no se ajustan, linealmente a sus aportes laborales. Por ejemplo, las labores de fiscalización, de dirección, de contraloría, o de policía, no añaden absolutamente nada al proceso productivo de ninguna sociedad, sino, por el contrario, insistimos, reducen notoriamente el valor de la riqueza creada que de otra manera mejoraría las condiciones sociales de vida de los verdaderos trabajadores.

El capital es sólo una Renta

El Capital es sólo una Renta, no una Propiedad
Econ. Manuel C. Martínez M.
30-nov-07
Si partimos de la premisa de la propiedad privada como base de la explotación de unos hombres por otros, los trabajadores del sistema burgués deberían ser los únicos propietarios individuales ya que sólo ellos poseen la capacidad para crear valores de uso convertibles en valores de cambio, o sea bienes canjeables por dinero con miras a cubrir ofertas y demandas de amplio giro.
Cuando se afirma que Fulano, llamado empresario productor, como dueño particular de un capital, D1, a este canjea por medios de producción, y lo emplea en la contrata mano de obra asalariada para producir mercancías, M; y que Mengano, llamado comerciante, como dueño particular de otro capital, D2, se dedica al comercio de M; y que, Zutano, llamado banquero, como dueño particular de otro capital, D3, financia las operaciones dinerarias de Fulano y Mengano, cuando eso afirmamos estamos atribuyéndole propiedad privada a los tres protagonistas de la explotación capitalista, y a ojos vistas pareciera que verdaderamente estamos ante un irrebatible aserto.
Pero bien miradas las cosas, Fulano ni Mengano ni Zutano no necesariamente tienen que ser propietarios de nada, ni de un solo dólar. Efectivamente, cuando el empresario productor y el comerciante acuden al banquero para proveerse de capital dinerario a fin de comprar los medios de producción y contratar obreros, o destinarlo a la compra venta de mercancías fabricadas por Fulano, estamos admitiendo que para explotar asalariados no se necesita capital propio alguno, ni tampoco para obtener ganancias comerciales. Y si nos paseamos por el incuestionable hecho de que la banca privada usa como capital el mismo que sus ahorristas le han depositado, tenemos que admitir que Fulano, Mengano y Zutano terminan repartiéndose el plusvalor por el sólo hecho de ser empresarios, de ser comerciantes o de ser banqueros.
Entonces, tenemos que buscar otro argumento alterno a la propiedad privada sobre los medios principales de producción que valide la toma de ese plusvalor, y ese no puede ser otro que el simple carácter social y rentístico que tiene la clase de estos tres explotadores. Es decir, basta con fungir de empresario productor de alguna mercancía importante, con dedicarse a su comercialización o al financiamiento con dinero ajeno de ambas operaciones, para tener el derecho de propiedad privada sobre los excedentes laborales que los asalariados entregan gratis a su explotador.
Ahora bien, obsérvese que Fulano, si no tomara dinero prestado, e invirtiera su propio capital, D1, se quedaría con su parte y la del banquero (Zutano), pero como lo toma a préstamo inferimos que sus ganancias responden a su mero rol de empresario, rol de rentista burgués.
Y si Fulano, además comercializa toda su producción de M, sin valerse de Mengano, entonces terminaría apropiándose 100% del plusvalor, pero como el supuesto capital aportado por este Fulano (D1) le es íntegramente devuelto a través del reintegros de amortizaciones varias y de sobrecostes añadidos a M por concepto de materias primas y afines, este Fulano termina disponiendo de una plusvalía, de una Renta sólo por su condición de explotador, de ser empresario, por ser miembro de la clase explotadora, sin ser propietario privado de ningún capital.
Concluimos y decimos que los trabajadores son los verdaderos propietarios privados de todos los medios de producción y de todob el arsenal mercantil , habida cuenta que son los únicos creadores de la riqueza artificial.
Corolario:
la propiedad clasista o económica (p. rentística) está legalizada a través de la propiedad jurídica. Esta es impuesta por unas leyes extranaturales o sociales de autoría o hechura clasista, gracias a los ventajimos de una clase que logra difundir, legalizar y juríridicamente darle valor y credibilidad a la propioedad privada. Esta existe mediante registros y escrituras coadmitidas que se plasman en títulos de propiedad jurídica.