sábado, 24 de marzo de 2012

El antónimo del Valor Agregado
Conozcamos el valor desagregado
Manuel C. Martínez M.
Autor: Manuel C. Martínez
Fecha de publicación: 21/03/11
1.-"Es necesario mantener presente que la igualdad entre las cantidades resultantes del cálculo monetario y del cálculo en términos de valor (y, potencialmente con las obtenidas del cálculo de plusvalía) es una igualdad empírica, no teórica: sucede que el valor agregado en "términos de valor" se vendió al valor agregado "en términos de dinero" (es decir, se vendió a ciertos precios). El problema, últimamente -y simplificando al máximo- se debe a que no hay un algoritmo o formula de validez general que transforme "unidades de valor" en "unidades monetarias", en otras palabras, que resuelva el llamado problema de la transformación . Se ha sugerido que el valor agregado constituye las bases de la ganancia, pero es posible concebir o incluso encontrar ejemplos en el cual el valor aumenta sin ganancia (se vende sin ganancia) o viceversa (se vende a ganancia sin crear valor)." http://es.wikipedia.org/wiki/Valor_agregado
2.- "Es el valor adicional que adquieren los bienes y servicios al ser transformados durante el proceso productivo. El valor agregado o producto interno bruto es el valor creado durante el proceso productivo. Es una medida libre de duplicaciones y se obtiene deduciendo de la producción bruta el valor de los bienes y servicios utilizados como insumos intermedios. También puede calcularse por la suma de los pagos a los factores de la producción, es decir la remuneración de asalariados, el consumo de capital fijo, el excedente de operación y los impuestos a la producción netos de los subsidios correspondientes "
Tomado de: http://www.definicion.org/valor-agregado. La negrilla va de mi parte.
De entrada, en la definición del valor agregado(VA), del epígrafe "2" de esta entrega, vemos cómo la categoría "ganancias" es identificada con el eufemismo neoburgués de "excedente de operación"; resultaría obvio preguntarse: ¿cómo puede obtenerse excedentes materiales más allá de algo físico que en la propia Contabilidad burguesa aparece con un valor supuestamente constante: salarios causados + depreciaciones e impuestos sobre "subsidios?; eso sería como obtener algo de la nada, pero de esta no se puede obtener nada, vista cartesianamente y en respeto a la ley de la causalidad.
Ya se ha escrito mucho sobre el VA; es difícil no recordarlo si es vehículo y basamento tributario en los países que castigan a sus trabajadores sobre la base política de un Contrato Social de inspiración netamente burguesa, vale decir: El Impuesto al Valor Agregado (IVA).
En los países que rige, el "IVA" se aplica en cada compra de mercancías por nimio que sea su valor y por pésima que sea la calidad que caracterice la mercancía cuya compra es gravada, y, lo peor, sin que haya opción alguna para su reintegro en caso de reclamos legales ante un Estado cuya Administración Fiscal cobra primero y factura después. Solicitar un reintegro al Seniat, por procedente que resultare, por ejemplo, resulta a todas luces un exabrupto, de una antieconomía evidentemente perjudicial para el contribuyente
Pero dejemos a un lado esa opinable aplicación tributaria del "valor agregado"[1], IVA, y aboquémonos al "valor desagregado: Por este entendemos el "valor" que se "desproduce" cuando comerciamos con bienes originarios, o sea, esos bienes que la literatura económica y geoeconómica señala como oferta originaria o de "recursos naturales no renovables", también conocidos, en la le teoría de economicoburguesa mengeriana, como "bienes de último orden.[2].
De tal manera que el índice macroeconómico nacional que se viene llamando "Producto Interno Bruto" (PIB), debe ser ajustado hacia abajo puesto que si bien es cierto que su valor deriva en ingresos presupuestarios para la economía que exporta esos bienes no renovables, como son bienes que no se producen, el país va reduciendo su patrimonio original por ese concepto.
De allí que llamemos "valor desagregado" (VDA) a todo el valor que se exporte como mercancías brindadas por la propia naturaleza sin intervención de la mano de obra humana, y "mercancías" que no estamos en capacidad alguna de reponerlas con ningún otro "valor agregado". Es más, si a ver vamos, ese "valor desagregado carece de valor alguno, como lo carece la tierra que tampoco se produce. Sin embargo, como quiera que se trata de bienes naturales que pasan de una economía a otra, socialmente éstas deben pagar por sus importaciones.
Queda pendiente la determinación el justo valor comercial de estos bienes originarios, que, a pesar de no contener valor trabajo, como el resto de las mercancías producidas por los trabajadores, son naturalmente invalorables, habida cuenta de que su producción artificial, además de ser cuesta arriba, insumiría un valor trabajo que difícilmente podría pagarse a los precios actuales, por elevados que pudieran considerarse actualmente en los mercados mundiales.



[1] Contradicciones burguesas como las siguientes son frecuentes en la literatura económica mundial, sin que haya un solo organismo ni academia ni universidad ni entidad alguna que uniformen semejantes e importantes criterios sobre la "riqueza" material. Esa versatilidad es una prueba irrefutable del carácter "vulgar" o acientífico de la Economía Política Burguesa (EPB). Cónfer: http://www.zonagratuita.com/curiosidades/DicEconomia/V.htm :
"VALOR DE USO
Es aquél que representa la utilidad y beneficios económicos que proporciona el bien, o sea la utilidad futura que se espera se derive de su posición. Por lo tanto, es un valor subjetivo y podemos decir que se conoce intuitivamente; por ello es difícil determinarlo con precisión y su base son las predicciones futuras sobre precios y tasas de interés.".
En esa definición usan valor, a secas, para referirse al valor de uso, según la terminología marxiana. Además, insinúan, como método coadmitida en esa misma EPB, que el valor de uso podría valorarse "intuitivamente", es decir, subjetivamente, mediante precios ofrecidos por los centros bursátiles, o sea, con arreglo a la cacareada oferta-demanda, sin tomar en cuenta para nada, cuánto realmente haya costado la fabricación asalariada de la mercancía en cuestión. Esta evasiva responde, lógicamente, a la negación misma que mantienen los apologistas burgueses (sus economistas vulgares) sobre los hallazgos científicos de Carlos Marx (El Capital). Con semejante postura, evitan referirse expresamente a las mercancías, una categoría económica e histórica que caracteriza a la Economía Capitalista, puesto que en esta todos los valores de uso tienen un valor de cambio, y se fabrican como tales y no como valores de uso. Este valor de uso en la Economía Capitalista es sólo el soporte material del valor de cambio, del capital, para decirlo en una sola palabra. Por esta razón y modernamente, la mayoría de las mercancías son desechables, de pésima calidad y con altos índices de obsolescencia moral y material, salvedad hecha de mercancías de gran coste, sólo para consumidores con alto poder adquisitivo, y para la propia alta burguesía explotadora.
"VALOR
Es el grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite. Equivalencia de una cosa a otra. En plural, títulos representativos de participaciones o haberes de sociedades, de cantidades prestadas, de mercancías, de fondos pecuniarios o de servicios que son materia de operaciones mercantiles."
Esta otra definición es peor: Confunden valor con valor de uso, aunque a este lo silencian, mientras en la primera definición hacen lo contrario. Aquí hablan de "equivalencia" de una cosa con otra y no de valor relativo que es otra categoría marxiana.
[2] Carl Menger, citado por Heinrich freiherr von Stackelberg, Principios de Teoría Económica.
Según Menger, la "capacidad de trabajo" del asalariado es la fuente de las "prestaciones de servicios" o de las labores en fábrica, pero a éstas, él las califica como "bienes de orden final" porque, según el mismo Menger, el trabajador no puede producir la mano de obra. Este desaguisado teórico es una sutil y artera forma de obviar el problema de la explotación del hombre en las fábricas burguesas, ya que la fuerza de trabajo, en la terminología marxiana, para Menger sería algo "caído del cielo" como lo es el petróleo, los minerales y demás bienes "originarios" o "bienes de último orden".
marmac@cantv.net
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Actualidad


 

Economía no es Ingeniería

 Contribución al deslinde entre la Administración de valores de uso (costes y precios) y su Valoración económica (capital y plusvalía)


Manuel C. Martínez M.

17/03/2012 18:15:52
"La utilidad de una cosa hace de ella su valor de uso, por ejemplo, vestir, enseñar, alimentar, producir otros bienes. Esa utilidad no tiene nada de vago e indeciso y está determinada por las propiedades (materiales e individuales) del cuerpo de la mercancía. Cuando de habla de valores de uso se sobrentiende determinada cantidad, como 2 m de tela, 1 bisté, 2 asalariados, 1 Manual de Organización de Empresas, 1 PC.

Los valores de uso de las mercancías constituyen el material de un saber especial, de la ciencia y la rutina comerciales .


Tomado de Carlos Marx
Precorolario: "Donde se lea: "Los problemas sociales no deben dejarse en manos de los Economistas", debe leerse: Los problemas sociales no deben dejarse en manos de los Ingenieros que funjan de Economistas.
Acusaciones desconsideradas y carentes de verdaderos soportes científicos han venido cargándoles indebidamente a los Economistas las culpas de muchos males sociales en materia de unas supuestas decisiones políticas prescritas por "economistas". Las bombas bélicas, por ejemplo, han servido para destruir bienes y personas, pero ninguna de esas morbosas y perversas aplicaciones de los bienes y mercancías caen bajo la responsabilidad de los Economistas, aunque sí de los Físicos, Biólogos, Químicos, quienes todos en común son ingenieros. Ciertamente, los Economistas Vulgares son y han sido en sí mismo una variante de la Ingeniería de Costes, en cuanto que tampoco van al fondo económico del asunto, sino que se quedan en la contabilidad de insumos varios, en la funcionalidad y aplicabilidad productiva para tales o cuales productos, sin tocar ni aludir las relaciones sociales de producción, ya que para la Ingeniería esas relaciones sólo representan indistintamente el piso sobre el cual se yergue cualesquiera estructura tecnoproductiva, fabril, comercial y financiera, como ciencia aplicada y como ciencia investigativa, en lo teórico del presente y porvenir, y en lo práctico e inmediato.
Hasta los Políticos menos sobresalientes han estado más cerca de comprender los asuntos económicos o sociales, que el más acabado de los Ingenieros de costes, atrapados como se hallan estos en la corporeidad material de los bienes producidos y consumidos. Es común de ellos, limitarse a decir: Esto cuesta tanto, y aquello otro tanto; esto es de primera calidad, y aquello de tercera; el obrero tiene bajos, medianos o altos rendimientos; este empresario es eficiente, la empresa luce próspera y gananciosa, cosas así.
Cuando un Ing. habla de cómo se produce una mercancía en particular, se refiere a cuánto de ella se dispone oportunamente, de los excedentes o faltantes de producción; se refiere al tipo de máquinas o a la manualidad de las operaciones productivas, a partir de tal o cual materia prima, a sus características intrínsecas de orden fisicoquímicas, y de esta o aquella forma organizativa de los factores materiales de la producción, en un intento por minimizar el albur productivo, vale decir, la contingencia o el azar natural que presente en todo proceso humano y dinámico.
Cuando un Economista se topa con la misma pregunta (cómo se produce), la remite a las relaciones entre los patronos y los trabajadores, los primeros como dueños de toda la producción, y los trabajadores sólo del salario que cobra al crédito. El Economista habla de productividad, de plusvalía, de pobreza proletaria, conceptos todos relativos al conjunto de todos los trabajadores en funciones como tales, y con inclusión de la parte desempleada de recursos y de mano de obra, un asunto que no es competencia del Ing. Este da cuenta del buen funcionamiento aislado de una empresa, de una o varias mercancías. El Economista se ocupa del buen o mal funcionamiento de todas empresas y mercancías y de todos los procesos involucrados.
Sepamos, pues, que la Economía comprende la Ingeniería, pero no lo contrario. Eso afirmamos y corroboramos porque la Economía ventila forzosa e indirectamente los valores de uso, porque estos representan el soporte y vehículo de los valores de cambio, y estos son el meollo de la Economía, como ciencia y no como contabilidad ni ingeniería de la producción. Los valores de uso representan la riqueza material de una sociedad, absorben trabajo pago e impago y materializan también la relación obrero patronal. De allí que, como tales, los valores ingenieriles de uso y contabilización deban ser manejados por el Economista a fin de conocer y demostrar bajo cuales condiciones se realiza la producción y, particularmente, permiten deslindar las relaciones hombre-Naturaleza, de la relación hombre-hombre, entre Economía e Ingeniería.
Digamos que mientras el hombre explota la Naturaleza, y de eso trata la Ingeniería, el hombre también explota al hombre, y de esto se ocupa la Economía Científica o Economía por excelencia. Dejamos a un lado la Economía vulgar porque esta no guarda mayores diferencias con la Ingeniería ni con la Contabilidad burguesa. Un sano ejercicio profesional ingenieril no ventila asuntos económicos como el valor y su fuente, porque una cosa es la cuantificación de valores dados o precios constitutivos del Producto Interno Bruto, y otra, el conocimiento de las mercancías o costes financiados por el empresario sumadas a las inversiones en trabajo realizadas por el trabajador, y de esto se ocupa la "contabilidad" económica propiamente dicha, la usada por Economía Científica. ¿Qué explica la diferencia de los resultados entre una contabilidad y otra? Sencillamente, que la primera esconde la ganancia, la explotación burguesa, y la segunda la devela.
Los valores de uso interesan al Ingeniero cuando entran como factores de producción y como mano de obra , y cuando salen convertidos en nuevos valores de uso como resultado del consumo y de la aplicación útil de la fuerza de trabajo a determinada materia prima, con o sin el concurso de otros medios de producción, todo con miras a producir un tercer bien no existente hasta ese momento, en beneficio, primeramente del capitalista o explotador, según el momento histórico que nos ocupe, y en segundo plano, de los consumidores a quienes, gústeles, o no, deberán consumir esa producción y al precio que conciliadamente así imponga la Ingeniería de costes al servicio incondicional del productor burgués.
El manejo de los valores de uso corre a cargo, ciertamente, de la Ingeniería que los evalúa en calidad y cantidad, que evalúa y prescribe las combinaciones técnicas productivas de mano de obra de determina calidad y cantidad, con las correspondientes dosis de medios de producción. La Ingeniería, contabiliza, y vela porque se cumplan principios de rendimiento, vela porque la empresa fabricante respete la necesidad capitalista de fabricar un máximo volumen de producción con la menor inversión posible. Este principio técnico con visos de ley se le viene atribuyendo a la Economía, como Ley de oro de la Economía, pero entiéndase que en este caso se trata de la Economía Vulgar o Ingeniería Económica.
Por ejemplo: la fijación del valor-precio de una materia prima o maquinaria, desde el momento de su adquisición hasta su uso y consumo en la fábrica y la puesta en los centros de expendio corre a cargo de los Ingenieros de costes, y tales actividades tan particularizantes podrían llamarse Ingeniería Económica o Microeconomía, mientras la Economía propiamente dicha se ocupa de todo el paquete de los diferentes valores de uso, homogeneizados como valores de cambio que comprenden y reflejan el valor que uniforma todas las diferentes formas ingenieriles. La Economía es Macroeconomía por excelencia.
Corolario: Esta confusión manifiesta en la identificación de la Ingeniería con Economía, bien ha podido ser inducida por los apologistas del sistema capitalista, y responder a un interés velado a fin de tergiversar las nobles y humanitarias funciones de la Economía científica y su consecuente defensa y armamento ideológico del proletariado.